Reivindica los paros en los hospitales, a pesar de haber logrado un aumento en marzo, y reconoce que su gremio se desgastó y se quedó solo. Por eso, acusa a los otros sindicatos de estar cooptados. No fue una semana fácil ni para ella ni para el sindicato que conduce. El lunes, la jueza de […]
Reivindica los paros en los hospitales, a pesar de haber logrado un aumento en marzo, y reconoce que su gremio se desgastó y se quedó solo. Por eso, acusa a los otros sindicatos de estar cooptados.
No fue una semana fácil ni para ella ni para el sindicato que conduce. El lunes, la jueza de Familia María Delicia Ruggeri ordenó que se normalizara la atención en hospitales y centros de salud de los menores de 18 años, y con esa medida desactivó el paro que llevaban adelante.
Pero, además, la Cámara de Diputados sancionó el convenio suscripto entre el gobierno de Julio Cobos y ATSA (Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina), el gremio con el que mantiene una puja de poder desde hace varios años.
Pero Raquel Blas (43), la titular de ATE (Asociación de Trabajadores del Estado) no cede ni un centímetro de su posición y, por eso, el jueves presentó una serie de recursos administrativos y judiciales en la Nación y en Mendoza para poder volver a la huelga en los hospitales, que hasta el fallo judicial del lunes sumaba 21 días (discontinuos).
Quiere que el Gobierno reabra las paritarias para discutir salarios y condiciones de trabajo y no va a parar hasta lograrlo, a pesar de que en marzo consiguió un aumento de 21,56%.
Si bien sigue adelante con los escraches en los domicilios de Celso Jaque y de otros funcionarios, la mujer que en otros tiempos supo manejar la batuta de las protestas gremiales, reconoce que los descuentos por los días de paro, junto con el hecho de que los otros gremios estatales -ATSA, Sitea y Ampros- hayan bajado el nivel de enfrentamiento con el Ejecutivo, desgastó sus objetivos, erosionó a sus propias bases y los dejó aislados.
Ante este escenario, acusa a los otros sindicatos de «estar cooptados» y apunta al Estado por «reprimir y perseguir a los trabajadores».
-¿Cree que ha sido oportuno este paro?
-Si la pregunta es si hay oportunidad o no de que un trabajador que cobra menos que el costo de la canasta familiar reclame una recomposición de salario, hay oportunidad. Todos los trabajadores de esta provincia tendrían que pedir que se recomponga su salario.
-¿Pero qué los llevó a comenzar con la huelga a sólo dos meses de haber recibido un aumento salarial?
-Cuando nosotros firmamos ese acuerdo salarial de 21,56%, que encima no se pagó bien, fue con la condición de que empezáramos a discutir los básicos de los trabajadores, porque tenemos un montón de adicionales y los básicos son bajos.
Pero además nosotros no quisimos ponerle vigencia a ese aumento, porque ellos (por el Gobierno) querían ponerle vigencia. Pero no quisimos porque no teníamos garantías de que los precios no subieran.
Además, influyó el paro de micros, porque la gente se enteró de que encima (del acuerdo salarial) se aumentó el costo del kilómetro. Y el Gobierno salió a decir que los fondos venían de la Nación. Bueno, pero viene del Estado. Entonces el médico y el enfermero dicen: ¿cómo puede ser que el Estado haga esto? El Estado ante esto tendría que haber abierto el diálogo.
-¿Pero no siente que ATE ha perdido fuerza frente a los otros gremios, como ATSA o Sitea?
-Sí, sentimos un fuerte embate. Pero esto tiene una larga historia. Después de la dictadura mucha dirigencia sindical fue cómplice de la destrucción de este país en el menemismo. Hoy vemos una política dedicada a cooptar instituciones, y entre ellos están los sindicatos con subsidios o privilegios. Hoy no vemos muchos sindicatos preocupados porque el salario se recomponga.
Si hasta en el conflicto con el campo, algunos gremios que deberían haber salido a reclamar por los salarios llegaron a convocar a un paro de actividades para ir a un acto partidario en Plaza de Mayo. Así, se pierde de vista lo importante.
-Bueno, pero en ese contexto, ¿se han quedado solos o no en el reclamo?
-Sí, nos hemos quedado un poco solos, pero tenemos el apoyo de otros compañeros, como los judiciales, que se han solidarizado con nosotros.
-En medio de esta judicialización que frenó el paro, ¿no han pensado en reciclar las medidas de fuerza?
-No vamos a negarnos a ejercer el derecho a asambleas informativas, de hecho seguimos haciéndolas después de la sentencia de la jueza. También nos estamos reuniendo en contraturno para que los compañeros puedan venir a reunirse y los escraches.
-Más allá de la decisión judicial, ¿el gremio no estaba desgastado ya?
-El hecho de estar un mes peleando, que les descuenten, que los aprieten, claro que jode a los compañeros. Quien tiene el poder, tiene la capacidad de abusar del poder. En vez de sentarse a dialogar, el Estado persigue y reprime a los trabajadores.
Objetivo Blas: la OSEP
ATE es el único gremio que sigue confrontando con el Gobierno. Blas quiere paritarias para discutir un alza salarial, argumentando que «la inflación se comió el aumento de marzo».
Pero apunta a meter presión para ocupar espacios de poder en la Obra Social de Empleados Públicos (OSEP), en donde sólo tienen representantes ATSA y la Federación de Municipales.
-¿Cuáles son los puntos que quieren discutir con el Gobierno además del aumento salarial?
-Se tienen que reabrir los microhospitales, tienen que cumplir la ley de recategorización y de concursos, y queremos elegir a nuestros representantes para la OSEP, y esos no son problemas de plata. Igual, aunque el Gobierno diga que no tiene plata, si se sienta en una paritaria va a tener que demostrar eso.