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La subversión de las relaciones cotidianas

Eros y lucha en la clase obrera en los 70s

Fuentes: Rebelión

No puedo asegurar que las relaciones sexuales entre las obreras y obreros de la zona industrial de CIVAC [i] se hayan modificado cualitativamente durante la década de los setentas. Lo que si pude percatarme es que las mujeres tuvieron un papel decisivo en la transformación de la clase obrera, adoptando un papel activo y transformador, […]

No puedo asegurar que las relaciones sexuales entre las obreras y obreros de la zona industrial de CIVAC [i] se hayan modificado cualitativamente durante la década de los setentas. Lo que si pude percatarme es que las mujeres tuvieron un papel decisivo en la transformación de la clase obrera, adoptando un papel activo y transformador, que cuestionó el autoritarismo, machismo y estructuras jerárquicas y patriarcales en las fábricas y en las familias, por lo que se abrió paso una perspectiva feminista y de defensa de los derechos de las mujeres que impactaron enormemente en la dinámica social y la practica erótica sexual libero de muchas ataduras no solo a mujeres sino también a hombres participantes en un pujante movimiento sindical independiente influido fuertemente por corrientes ideológicas de izquierda, socialistas, comunistas, demócratas, marxistas (trotskistas, maoístas, anarquistas, leninistas)[ii].

El derecho al placer Una de las avanzadas fundamentales podemos encontrarla entre las obreras de Confección y Rivetex, en donde la inmensa mayoría de la planta laboral estaba integrada por mujeres, la mayoría jóvenes, que al iniciar movimientos de huelga en defensa de sus condiciones laborales, incorporaron demandas propias de las mujeres y se atrevieron a romper roles y tabúes establecidos: salir de sus casas a trabajar en la zona industrial implicó transformar las relaciones familiares, protestar dentro de la fabrica incorporo otro elemento de toma de conciencia de clase frente al capital, atreverse a establecer relaciones afectivas y sexuales sin estar sometidas mostró las posibilidades de desarrollar una conciencia feminista, reivindicar el derecho al goce y al placer significo cuestionar la ideología represiva y conservadora, valorar el cuerpo desde una perspectiva erótica sexual también llevo a cuestionar las formas de apropiación y sometimiento, construir sujetos sexuales de alguna manera puso contra la pared la cosificación y mercantilización del sexo, el deseo y las ganas de amar corrieron en muchas ocasiones de la mano de quien se atrevió a salir a la calle a gritar en defensa de sus derechos laborales.

Apropiándose del cuerpo. Apropiarse del cuerpo frente a la tradicional concepción de que este pertenece a todos los demás menos a las propias mujeres, no es un proceso que se da sin rupturas, crisis, cambios que pueden ser acelerados o bruscos, y un punto de ruptura lo podemos encontrar en el momento en que las mujeres trabajadoras se ven obligadas a no embarazarse para preservar el empleo, por disposiciones autoritarias de los patrones capitalistas que tratan de mantener la continuidad de la mano de obra para conseguir altos rendimientos de alguien capacitada para desempeñar sus trabajos, y llegan al grado de establecer como condición las pruebas de embarazo para no ser despedidas, lo que lleva a una inconformidad y descontento que se empieza a generalizar cuando los abusos se transforman en una realidad cotidiana que termina abrumando a las mujeres y estas empiezan a oponerse primero de manera individual y luego a levantar la voz en las asambleas hasta introducir en las resoluciones sindicales un alto a estas violaciones de sus derechos y el tema de la libertad en la sexualidad y la decisión o no de embarazar o abortar en su caso lleva a abordar también el tema del conocimiento de una sexualidad largamente reprimida que despierta a la luz del intercambio de conocimientos y experiencias en el comedor, en los baños, en los autobuses y sobre todo en las guardias cuando se estallan las huelgas que llevan a las mujeres a permanecer fuera de sus casas ya no solo durante las jornadas de trabajo sino también en las noches y los fines de semana, así como en brigadas por calles y mercados, por universidades y pueblos para difundir los objetivos de sus luchas, lugares propicios para mostrar la sensibilidad, el cariño, la fraternidad, el amor que, en su acepción mas directa significa también desarrollar sentimientos y el conocimiento de la sensualidad y la sexualidad con quien comparte también esperanzas, sueños, ilusiones y búsquedas similares desde su condición de clase y de ruptura con papeles asignados socialmente sin consideración a sus derechos. [iii]

Eros y revolución. Se hace mejor el amor en la cama cuando se comparten luchas en la calle. No es un axioma, sino una constatación. El amor como un campo de batalla puede dejar los cuerpos exhaustos y satisfechos, en la agonía del orgasmo, si no se transforma en afán de dominio y de conquista para demostrar la superioridad, sino para satisfacción mutua.

Feminización de la clase obrera. La clase obrera del Valle de Cuernavaca experimenta un crecimiento exponencial en los primeros años de la década de los 70s. Si en los 50s se instalo y creció la industria textil con mano de obra absolutamente masculina, hacia finales de los 60s ya empiezan a ingresar mujeres a la fabrica de Rivetex, que utiliza mano de obra especializada sobre todo en el departamento de zurcido («invisible» le llamaban por la elevada calidad, que significo la perdida de la vista prematura por las capacitadas mujeres zurcidoras). Pero con la instalación de la fabrica de Confección será definitivo el crecimiento del numero de mujeres obreras hasta llegar a ser cerca de 500 durante la huelga por la reinstalación de las 110 despedidas en Confección en 1972 [iv].

Irrupción juvenil y movimiento. La mayoría de las mujeres obreras son jóvenes. En plenitud de su fortaleza física y de su capacidad erótica. Y lo van a demostrar: aumentan los contactos físicos y sexuales y disminuyen los embarazos. Esta situación tiene una doble explicación, por una parte la necesidad de mantener el empleo y por la otra el mayor flujo de información y sobre todo la existencia de mas y mejores métodos de prevención de embarazos. Aun así, las historias de embarazos no deseados y abortos mal practicados abundan en los baños de las mujeres y muestra el largo y difícil camino para apropiarse sus cuerpos y de sus vidas, de su capacidad de decidir sobre su sexualidad y su vida misma.

Parejas y no tanto. Las relaciones de pareja se modifican. La mujer adquiere una mayor independencia económica y por lo tanto no espera pasivamente a que le propongan matrimonio. Cambian sus actitudes frente a la sexualidad. Va adquiriendo mayor confianza en su capacidad de iniciativa y de proponer el tipo de relación.

El significado de compañera y compañero. En las guardias nocturnas durante las huelgas es donde el significado de la palabra compañero adquiere un sentido de solidaridad y de acompañamiento en los momentos mas tensos y difíciles. En las brigadas este sentimiento fraterno se incrementa, por las dificultades que representa ir un tanto a la aventura del día a día para sobrevivir. Cuando la palabra se pronuncia en femenino no es bien aceptada y, por supuesto, se rechaza como un todo porque no incluye a los hombres, cuando estos antes han querido incluir a todas las mujeres al empezar dirigiéndose a la asamblea con el sujeto plural masculino de «compañeros». Y cuando las mujeres se atreven a hablar en las asambleas, además de soportar los silbidos y piropos machistas, las mujeres tienen que superar el verdadero terror que les infunde la cultura genital que se expresa en el lenguaje, en las actitudes, en la cultura dominante generalizada. Romper con las palabras, darles un significado diferente, asumirlas como señal de identidad, representa para las mujeres un desafió y una toma de conciencia de sus diferencias y también de sus posibilidades en su toma de conciencia como mujeres sujetas de derechos, que se lograría al paso del tiempo y múltiples luchas. Las parejas se forman y se transforman. Se va pasando de la posibilidad de un encuentro momentáneo a una relación que ya no busca la estabilidad sino la capacidad amatoria.

Un breve espacio En la medida en que crece la zona industrial, el flujo de trabajadores y trabajadoras aumenta y de una clase obrera donde todo mundo se conoce cambia el perfil hacia una clase obrera donde la mayoría son desconocidos y provienen de diferentes lugares, regiones, estados. Es un territorio en disputa, o mas bien, en donde se tienen amplias posibilidades de intercambiar deseos, sueños, esperanzas. Se viene a buscar empleo, y frecuentemente se encuentra alguien a quien conocer mas íntimamente. Los espacios de encuentro exceden con mucho las paredes de las fabricas y del transporte. Hay que ver como se abren las botaneras y los salones de baile que se llenan los fines de semana cuando se ha rayado. Para una descripción de las relaciones erótico afectivas hay que visitar los bares y botaneras los fines de semana, antes de que estos se llenen de la tradicional prostitucion, antes femenina y ahora también masculina.

Tres historias de amor y erotismo en el sindicalismo

Erotismo bajo la lluvia al atardecer. Ella una delegada sindical y el un activista de izquierda. Cuando lo vio, ella dijo que el seria su novio, se lo propuso, y lo consiguió. Iniciativa, es la palabra. El amor libre como coincidencia. Compartir, amarse profundamente, luchar juntos. Nada mas. Aun en la semiclandestinidad de la lucha diaria para evitar el despido. Reuniones en casas particulares, a la salida de la fabrica, para organizar el grupo de obreras textiles en lucha. Preparar el boletín «Venceremos». Distribuirlo y enfrentar a los esquiroles. Construir un sindicato independiente y organizar la célula proletaria del partido revolucionario de los trabajadores. Y en una lluvia torrencial cuando se efectúa el mitin, salir corriendo tomados de la mano. Su mano, su piel, su boca. Erotismo bajo la lluvia.

Lo personal es político. Ella una obrera con enorme cabellera y el un dirigente sindical charro. Ella en la esquina de abajo, buscando estar entre sus brazos, fuertes y agradables. El, hastiado de las relaciones casuales y de fin de semana, buscando a la mas joven de las que luchan. Encuentro fogoso. Embarazo pronto. Desata un fuerte debate entre lo que puede ser y lo que tal vez resulte. Lo político y lo privado imposible de separar. Ella decide tener el hijo. El huye a sus instancias de poder. Ruptura, abandono, desolación. Y las ganas de no dejarse apabullar por una realidad que se niega a irse.

Las sombras de la memoria. Ella que se niega a tener relaciones sexuales. El, que la trata con tacto y cariño. Ella activista sindical despedida. El, dirigente que nace en medio de la confrontación con los charros sindicales. Ella, que sale a la calle despedida al ser electa delegada, por su seriedad. Ambos se niegan a hablar de sexualidad. Solo caminan juntos cuando terminan las reuniones. Solo eso. Y hacen una pareja romántica, para los demás, que se diluye entre las sombras de la memoria.

Cambiar personal y políticamente El cambio de los roles tradicionales implica la posibilidad de toma de conciencia tanto por parte de las mujeres, que se niegan a seguir siendo simplemente objetos de uso sexual, y por parte de hombres que se cuestionan un papel dominante y opresivo. Para los viejos obreros que nunca tuvieron a su lado trabajando a mujeres mas que en el área administrativa, les resulta mas difícil modificar su pensamiento y su practica, de hecho, mantienen una relación familiar tradicional y recurren mas a las relaciones sexuales extramaritales sin atreverse a pensar en nuevas relaciones. No sucede así con los obreros y obreras jóvenes, que cuestionan la familia tradicional y están mas abiertas a experimentar y conocer lo que hasta el momento ha sido considerado como algo prohibido. El feminismo desempeña un papel de promotor del conocimiento y del intercambio de información y experiencias entre las mujeres jóvenes que salen a lucha. Son memorables los talleres de auto conocimiento del cuerpo y la sexualidad. Esta experiencia se transmite entre pequeños círculos ligados a activistas y militantes de izquierda y grupos organizados de mujeres. De manera mas amplia, el debate se realiza mas en las pequeñas reuniones que en los medios de comunicación. Muy poco trasciende lo que verdaderamente esta ocurriendo entre la base obrera. Solo de vez en cuando aparecen debates, sobre todo relacionados con el derecho a decidir, sobre el tema del aborto, que es duramente combatido por autoridades y sectores conservadores ligados a la iglesia. Grupos feministas como CIDHAL [v] y el PRT son promotores fundamentales de los derechos de las mujeres. Maria Liberación del Pueblo [vi]expresa a nivel popular una apertura a estos temas. La Coordinadora de Mujeres de Morelos [vii] impulsa un amplio debate, y sobre todo forma grupos de mujeres que discuten el tema de la sexualidad. De ahí se edita un libro de amplia circulación que se llama «Cuerpo de Mujer» en donde el tema de la sexualidad por primera vez se difunde ampliamente. Cierto, aun se cambió la fotografía de portada porque el cuerpo desnudo de la mujer aun se asociaba a la pornografía antes que al erotismo, y de ello nos da cuenta el fotógrafo Enrique Torresagaton que fue quien ilustró este pequeño libro que, por cierto, debería reeditarse, porque es una buena guía de la sexualidad.

Notas

[i] Ciudad Industrial del Valle de Cuernavaca, creada en 1964 por Decreto expropiatorio de tierras comunales de Tejalpa, municipio de Jiutepec.
[ii] Aquí hago referencia al Partido Revolucionario de las y los Trabajadores (PRT) fundado en 1976 y sus grupos antecesores como el Grupo y la Liga Comunista Internacionalista (GCI y LCI) que introdujo el debate sobre el feminismo entre la clase obrera del Valle de Cuernavaca, con un núcleo de obreras despedidas de Confección y Rivetex y la creación de células y comités de obreras textiles en lucha. Existieron en esa época una decena de organizaciones de izquierda como Lucha Obrera y Popular, Movimiento Comunista Revolucionario, Frente Popular Independiente, Frente Popular Revolucionario, La Hoja Obrera, el Movimiento Obrero Campesino y Popular, el Movimiento Obrero y Revolucionario, el Frente Autentico del Trabajo, el Centro de Formación Social en el Estado de Morelos y núcleos ligados a organizaciones político-militares como el Partido Proletario Unido de América, el Partido de los Pobres, las Fuerzas Armadas Revolucionarias, entre otras.
[iii] Se puede abundar en el articulo Una radiografía del feminismo en Morelos, de Juliana García Quintanilla, pp 114-131 del libro «La Izquierda y los movimientos sociales en Morelos. Desde Abajo».
[iv] Para una mayor documentación de este periodo se puede consultar el libro «La Izquierda y los movimientos sociales en Morelos. Desde Abajo», Aura Hernández, Juliana G. Quintanilla, Julio Melchor Rivera Perrusquia y José Martínez Cruz, editada por Convergencia Socialista APN. 2002.
[v] CIDHAL (Comunicación e Intercambio para el Desarrollo en América Latina) promovió el primer centro para mujeres en Morelos durante los años 70s.
[vi] Maria Liberación del Pueblo fue un periódico editado por un grupo de mujeres de colonias y pueblos que se publico desde los 70s hasta hace pocos años que desapareció.
[vii] La Coordinadora de Mujeres de Morelos se creo en 1981 para dar seguimiento a las propuestas del Frente Autónomo en Lucha por la Maternidad Voluntaria que desde 1978 inicio una campania en contra de los certificados de ingravidez a las mujeres solicitantes de empleo en CIVAC. Cf. G. Quintanilla, p.121.

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