En Argentina no “es la economía, estúpido”, como se adjudica a Bill Clinton en el debate electoral de 1992 con George Bush (padre).
Tampoco la pobreza en sí, como suele simplificarse el análisis, en ocasiones intencionalmente.
En Argentina el problema es la riqueza.
La insospechada de izquierdista o progresista revista estadounidense de finanzas Forbes (2/4/2024), acaba de publicar su de los hombres más ricos del mundo, y seis de ellos son argentinos:
- Marcos Galperin, dueño de Mercado Libre, con 6.300 millones de dólares.
- Paolo Rocca, principal accionista del grupo siderúrgico y petrolero Techint, con 5.600 millones de dólares.
- Alejandro Bulgheroni, de Pan American Energy (PAE), con 4900 millones de dólares.
- Gregorio Pérez Companc y familia, con 3.900 millones de dólares.
- Eduardo Eurnekian, con 3.000 millones de dólares.
- Eduardo Costantini con 1.400 millones de dólares.
Mientras en el país se extienden las quiebras y cierres de empresas, el ahogo de pequeños productores, el estrangulamiento tarifario y la liberación de precios a gusto de las grandes patronales.
Mientras miles de trabajadores sufren cesantías, suspensiones, recorte de salarios.
Mientras al grito de “No hay plata” mileista se condena a los jubilados, a los enfermos crónicos, o se priva de alimentos a los comedores populares, dramático abrazo solidario de pobres a otros pobres, aún más pobres y hambrientos.
Mientras más de 27 millones de argentinos es pobre, seis (6) individuos nacidos en esta tierra acumulan 25.100 millones de dólares, buena parte de la riqueza que genera la Argentina en un año.
Está claro que no la hicieron trabajando.
Por caso, Marcos Galperín, quien encabeza la lista en 2024, sumó nada menos que 1.400 millones de dólares a los 4.900 que la misma revista Forbes (4/4/2023) calculó en 2023.
Y lo hico en apenas 12 meses.
¿Cuánto le tomaría a un trabajador registrado, con un salario medio (equivalente, pues cobra en pesos) a 500 dólares, para llegar a su fortuna de 6.300 millones?
Nada menos que 1.050.000 años, 10.500 siglos. Debería haber nacido el pleistoceno, centenares de miles de años antes que el hombre surgiera en la tierra. O ahorrar, sin alimentarse, viajar ni vestirse hasta el año 1.052.024.
Sí, claro, es un problema de Justicia social, la despreciada conquista de lo mejor del ser humano que Milei y sus mandantes corporativos pretenden liquidar.
Pero, además, es absurdo, irracional.
No, no se trata de la pobreza.
Es la riqueza, estúpido.
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