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Esa mala costumbre neoliberal de subestimar al pueblo argentino

Fuentes: Rebelión

“Comprobamos que los hechos unifican y las abstracciones dividen y que por sobre la carnadura de los acontecimientos, las divergencias del nivel ideológico pierden importancia ante la demanda de las soluciones». Arturo Jauretche.

“Mientras los totalitarios reprimen toda información y toda manifestación de la conciencia popular, los cabecillas de la plutocracia impiden, por el manejo organizado de los medios de formación de las ideas, que los pueblos tengan conciencia de sus propios problemas y los resuelvan en función de sus verdaderos intereses”. Arturo Jauretche.

En varios periódicos leemos que “La ley Bases fue aprobada en la Cámara de Diputados y el Gobierno, con Javier Milei a la cabeza, celebró la victoria parlamentaria que permitirá la implementación de reformas estructurales para el país”. Leemos a nuestra vez que el ajuste neoliberal al pueblo, se legalizó.

Dicen que dicen que “cualquier parecido con la realidad es pura casualidad”, como fuere, leemos también en el artículo de  Gonzalo Pérez Álvarez “1993: El Santiagueñazo”: “Tras la “exitosa” puesta en marcha de la convertibilidad del presidente Carlos Menem y el ministro Domingo Cavallo, el proyecto neoliberal avanzaba en Argentina con escasas resistencias”. (https://historiaobrera.com.ar/events/1993-santiaguenazo/)

Sin embargo, curiosamente sucede algo, siempre sucede lo impensado en principio, el artículo alude que “Parecía que sólo quedaba tratar de salvarse solo, ser un “ganador” mientras el resto caía barranca abajo. Sin embargo, algo cambió: en uno de esos territorios donde muchxs creen que “no pasa nada”, pasó de todo. En el Santiago del Estero de la supuesta eterna “siesta”, el pueblo se despertó y transformó la historia”.

“El 10 de diciembre tomaron fuerza los reclamos en la empobrecida provincia de Santiago del Estero, contra el ajuste provincial que impulsaba el gobernador Fernando Lobo en línea con el gobierno nacional. Esas movilizaciones fueron el preámbulo del 16 de diciembre: allí la movilización obrera y popular ocupó la ciudad de Santiago, incendiando la Casa de Gobierno, el Poder Judicial, la Legislatura y el Archivo Provincial. También atacaron casas de conocidos funcionarios y quemaron vehículos oficiales: los enfrentamientos fueron durísimos, con al menos cuatro muertos y centenares de heridos”.

¿Tercera Ley del inglés Isaac Newton Newton o Principio de acción y reacción?

Como sabemos esta ley expone que “toda acción genera una reacción de igual intensidad, pero en sentido opuesto”. Se comprueba un principio físico de acción y reacción de  contrarios entre sí dado por el hecho de que un objeto que ejerza una fuerza sobre otro, éste último aplicará una fuerza de igual magnitud, pero en sentido opuesto al primero. Ahora ¿Es posible verificar esta ley física en el campo social?

Veamos el asunto a través del artículo que aludimos:

“El hecho fue calificado como un “estallido social contra el ajuste”. Desde el Vaticano, mientras era nombrado conde de la nobleza vaticana, Menem anunció la intervención provincial. El 17 se mantuvo la lucha en Santiago y se extendió a su ciudad lindante, La Banda, derrotando a la policía y resistiendo el avance de la gendarmería. El gobierno nacional tuvo que retroceder en el ajuste y lanzar un programa de “trabajo temporal”.

“Este hecho marcó una ruptura: el avance del proyecto neoliberal empezaba a encontrar más resistencia”. “…le siguieron Tierra del Fuego en la Semana Santa de 1995, Cutral Có y Plaza Huincul en 1996, y tantas otras luchas que acumularían experiencias hacia el diciembre de 2001. El santiagueñazo prendió la mecha de esa rebelión”.

La historia nos recuerda que los neoliberales tienen y ejercen una mala costumbre, cual es la de subestimar al pueblo argentino. Aplicar planes de incremento de la pobreza. Son alumnos tardos en aprender. ¿Aplicará, entonces, el principio de acción y reacción, socialmente?

Desde el enfoque cooperativo replicamos:

Es menester, proclamar que es posible construir otra economía a favor del pueblo.

Esa otra economía tiene necesariamente su base educativa y cultural contestataria al neoliberalismo y su sistema educativo tecnocrático.

Se alude con mucha frecuencia en desarrollar una educación de calidad e inclusiva, y esto está muy bien, sin embargo, las circunstancias actuales de profunda crisis civilizatoria reclama una pedagogía con contenidos educativos emancipatorios que no están presentes hoy.

Una economía social que reemplace a la economía neoliberal porque éste ha fracasado estrepitosamente, pero fundamentalmente porque perjudica al pueblo y se ha convertido en una traba a la prosperidad social. También la educación, la extensión e investigación universitaria debe aportar nuevas concepciones de dinámicas del mercado social.

¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.