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España: Cuatro noticias

Fuentes: Rebelión

1.Pere Rusiñol lo ha recordado recientemente. Cuando la policía británica detuvo al dictador golpista Augusto Pinochet en Londres por requerimiento de un juez de la Audiencia Nacional apellidado Garzón, la Fiscalía General del Estado, dirigida por el PP, se puso a trabajar sin descanso y a marchas forzadas para que, una vez más, la razón […]

1.Pere Rusiñol lo ha recordado recientemente. Cuando la policía británica detuvo al dictador golpista Augusto Pinochet en Londres por requerimiento de un juez de la Audiencia Nacional apellidado Garzón, la Fiscalía General del Estado, dirigida por el PP, se puso a trabajar sin descanso y a marchas forzadas para que, una vez más, la razón de Estado prevaleciese por encima de la decencia, los derechos humanos y la justicia. Los socialistas (es decir, para ser más precisos, el PSOE y sus partidos federados o confederados) estaban en la oposición y exclamaron, con razón, que la derecha española además de cavernícola no tenía ningún pudor ni decencia.

Diez años después el juez Fernando Andreu se propone investigar la matanza de unos ciudadanos no militares en Gaza en uno de los últimos atropellos del Estado étnico anexionista. La Fiscalía general del Estado, esta vez en manos del PSOE, remueve todo lo que haya que remover, renuncia a todo lo que haya que renunciar, para evitar que prospere la actuación del juez. No sólo eso. El ministro Moratinos ha prometido a su colega ministerial del gobierno israelí de extrema derecha («Palestina es un slogan»: Lieberman) inmediatos cambios legislativos para evitar ese desmán, ese extremismo, ese radicalismo de decencia y de generalización de los derechos humanos.

¿Es necesario añadir que el PSOE y sus partidos afines ni siquiera pestañean ante la actuación de la Fiscalía?

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2. Joan Garí lo ha explicado en Público. Unos trabajadores de la construcción han descubierto una botella que siete prisioneros del campo de exterminio de Auschwitz introdujeron en un búnker almacén de las SS. Fue en 1944. Los siete prisioneros escribieron en un papel, ahora amarillento, sus nombres. No reclamaban derechos de autoría. Querían dejar constancia de sus nombres, de su trabajo, de su autoría de la obra que les habían obligado a realizar. De su existencia. De su trabajo también.

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3. «No se puede superar el sida con la distribución de preservativos; al contrario, aumentan el problema». Tal cual, así se manifestó el Papa Ratzinger el 17 de marzo en Camerún. ¡En África!.

El buen hacer de Francisco Vázquez, el embajador español ante el Vaticano, ese neto representante del nacionalismo-catolicismo socialista español, ha conseguido desbloquear el acceso a los archivos de la Inquisición. Se guardan en ellos, según parece, las apelaciones de los reos españoles hasta bien entrado el siglo XIX. Una cámara, hasta ahora secreta, de horrores. Se podrán obtener copias de los documentos. ¿Pueden interferir en esa anunciada obertura las críticas a los comentarios del Papa Benedicto XVI sobre el uso preventivo del condón y la transmisión del SIDA?

Incluso otro representante del nacionalismo-catolicismo socialista, el señor Bono, ha defendido la legalidad de debatir parlamentariamente la condena al Papa, y que la moción presentada por IU-ICV es constitucional. El PP, desde luego, con su sector opuesdeísta al frente, se ha opuesto a que se cursara «la reprobación», finalidad que, de hecho, no pretende la moción. Se persigue únicamente que el embajador español eleve una protesta oficial ante Vaticano por vía diplomática por esas declaraciones.

El Parlamento belga condenó en abril las inadmisibles declaraciones del Papado. Estemos atentos al voto del PSOE en junio. No ha adelantado hasta la fecha el sentido del mismo.

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4. Willy Meyer, cabeza de lista de IU para las elecciones europeas, ha declarado, refiriéndose a la disculpas anunciadas por Rosa Aguilar a Felipe González por el tema de los GAL, que la consejera andaluza tendrá que disculparse más veces. «Por haber asaltado el Palacio de Invierno, por la desaparición de Andreu Nin o por el asesinato de Trotsky. Todo va en un paquete. Espero que lo haga rápido».

No sé si hay algún error en la información. Pero no me entran en la cabeza las palabras de Meyer. Rosa Aguilar habla de los GAL y González. Meyer usa un tono irónico, el sarcasmo, la mordacidad, para recordarle a la ex alcaldesa de IU su anterior apoyo a la revolución de octubre y añade que el asesinato de Trotsky y la desaparición-ejecución de Andreu Nin van en el mismo paquete. ¿Cómo en el mismo paquete? Paquete, ¿de quién, de quienes? ¿De los militantes del IU, de los militantes del PCE, de los que han estado o están por ese proyecto? Criticar a González por el tema de los GAL, vindicar la Revolución de Octubre, lleva aparejado la inclusión o aprobación de los asesinatos de Nin y del fundador del Ejército Rojo. ¿Qué extraño paquete es ese? ¿Quiénes siguen transportando ese bulto indiscriminado? ¿Qué ironía es esa? ¿A qué mordacidad jugamos?