Pepe Rei ha fallecido este martes 9 de marzo a los 73 años, después de una larga convalecencia por el accidente de tráfico que sufrió en 2002. Atrás queda una trayectoria como periodista de investigación en ‘Egin’ y otros medios que le puso en el punto de mira de los poderes españoles, sobre todo Intxaurrondo.
Aunque un gravísimo accidente de tráfico lo retiró de la profesión hace casi dos décadas, la estela de Pepe Rei, fallecido este martes en Donostia, sigue muy presente en el periodismo vasco y especialmente entre la comunidad de ‘Egin’, el medio en que despuntó en el área de investigación.
Fue también esa implicación profesional la que le colocó desde los 80 hasta entrado el siglo XXI en la diana de los poderes españoles y también vascongados, con constantes detenciones y querellas por su labor.
La primera embestida fue el registro de su despacho en la sede de ‘Egin’ en Hernani en 1994, liderado por el entonces consejero de Interior Juan María Atutxa, y la persecución llegó hasta 2007 con una condena por «calumnias» a Enrique Rodríguez Galindo, jefe del acuartelamiento de Intxaurrondo. (En la imagen, Rei recibido en Hernani tras una detención en 1999. Jon URBE | FOKU)
Su denuncia desde las páginas de ‘Egin’ de lo que ocurría en el cuartel durante los años 80 y 90 fue incesante, incidiendo en las actividades delictivas que generaba más allá de la tortura. Denuncias todas ellas que, pese a las trabas políticas, policiales y judiciales, se han ido confirmando con el paso de los años.
Eran los tiempos del Informe Navajas, elaborado por el entonces fiscal jefe de Gipuzkoa señalando los nexos con el narcotráfico, y que fue inmediatamente sepultado. Las detenciones de Rei llegaron incluso a noticia principal de portada en ‘Abc’.
Trayectoria intensa y variada
La labor de Pepe Rei se había iniciado en otros medios como ‘Interviú’ y se prolongaría luego en ‘Ardi Beltza’, publicación que sería cerrada por orden judicial al igual que antes ‘Egin’.
Antes que eso, a su llegada a Euskal Herria participó en el
intento fallido de “La Voz de Euskadi”, proyecto impulsado por
los antiguos trabajadores de “La Voz de España” y de “Unidad”
de Donostia en 1983, tras el cierre tres años antes de estos
diarios. Pepe Rei fue su director, aunque el proyecto no cuajó.
En
la segunda mitad de esa misma década, Rei, tras un breve paso como
colaborar en «Punto y Hora», entró a formar parte de la
redacción de “Egin”, en un momento de ampliación del proyecto.
Se hizo cargo de la sección de Deportes, cuya oferta amplió
notablemente. Al poco tiempo comenzó de nuevo a hacer trabajos de
investigación, que llevaron después a la creación en aquel diario
de un equipo de investigación formalmente constituido, cuya labor se
prolongó hasta el cierre del periódico en 1998.
Pepe Rei
participó activamente en la gran reforma producida en “Egin” en
1992, con Jabier Salutregi como nuevo director. Un rediseño total
del periódico y la inclusión del color fueron dos de los aspectos
más visibles, aunque la gran revolución se produjo en la redacción
con un fortalecimiento de las diferentes áreas, entre ellas
investigación.
Marcado por los graves problemas que
acarreaban lacras como el tráfico de drogas o la corrupción, Pepe
Rei era un profesional incansable y apasionado, que suscitaba el
cariño y la admiración de sus colaboradores.
En 2001 Pepe Rei sería encarcelado durante cinco meses, aunque quedó absuelto finalmente de todas las imputaciones dirigidas por la Audiencia Nacional, que intentó reiteradamente ligarle con ETA.
A sus artículos añadió libros como ‘La red Galindo’ o ‘La cloaca vasca’, que forzosamente utilizaban un tono de ficción para reflejar hechos reales y así poder soslayar los embates judiciales.
También publicó ‘Alcalá 20-N’ junto a Edurne San Martín, sobre el atentado mortal contra el diputado de HB y excompañero suyo en «Egin», Josu Muguruza.
Un gallego abertzale
Aunque gallego de nacimiento (Barbantes, Ourense, 1947) y muy orgulloso de serlo, Pepe Rei encontró en Euskal Herria su acomodo natural, en lo político y en lo profesional. Aprendió euskara.
Un accidente de coche en agosto de 2002 cerca de Donostia le dejó postrado e incapacitado para la labor periodística, aunque en ocasiones puntuales hizo alguna aparición pública como para llevar el testigo de Korrika y nunca dejó de recibir cariño y admiración por su ejercicio periodístico.
Ha fallecido casi dos décadas después, también en la capital guipuzcoana, este mediodía. La familia ha confirmado a NAIZ que en los últimos tiempos se había complicado mucho su salud, aunque no esperaban un desenlace tan rápido.
En principio se baraja una despedida de carácter íntimo, aunque en las redes sociales rápidamente han proliferado las muestras de condolencia y tampoco se descarta alguna iniciativa más amplia.