Un informe realizado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) denominado Perspectivas Económicas Mundiales prevé para este año en Argentina una recesión del 2,5% y una inflación anual del 120%, una situación generada, precisamente, por la decisión oficial de seguir las recetas de ajuste del organismo.
El duro pronóstico llega luego de que el ministro y candidato presidencial oficialista Sergio Massa puso en marcha las nuevas medidas cambiarias e impositivas para complacer al organismo y que actúan como una devaluación encubierta que impacta en los precios. Precisamente, cumpliendo las recetas del FMI es que se llega a esta dura realidad en la que el 40% de la población vive en la pobreza.
La próxima semana, el Ministerio de Economía deberá afrontar pagos por 3.530 millones de dólares: 2.700 millones en concepto de capital y otros 800 millones en concepto de intereses. Si no paga, el país entrará en default con el organismo multilateral. La catástrofe que se procuraba evitar, según las palabras que emitió Massa en marzo de 2022, acecha nuevamente a la economía argentina justamente a causa de ese nuevo acuerdo pactado hace un año y cuatro meses atrás.
Los analistas locales recuerdan que la burocracia del Fondo inicia sus vacaciones la próxima semana, por lo cual Massa está urgido de cerrar un acuerdo en los próximos días y lograr que lleguen dólares frescos: al menos, llegarían 4.000 millones que casi inmediatamente se irán para pagar los vencimientos de la semana próxima, aunque él insiste en que llegará una cifra mayor a ese monto con el fin de fortalecer las reservas del Banco Central y transitar el período electoral con menos estrés.
Para lograr cerrar el acuerdo, el equipo económico realizó una serie de anuncios como gesto de buena voluntad hacia el Fondo, basados sobre el aumento de la cotización del dólar, medidas en diagonal para evitar una devaluación fuerte, que es lo que exigía el Fondo, pero que significan una devaluación parcial sobre parte importante de bienes y servicios comerciados con el exterior que impactarán en nuevas rondas de aumentos de precios y acentuarán las tendencias recesivas que ya operan en la economía.
Las turbulencias vinieron por el lado del mercado cambiario: el dólar paralelo o blue sufrió un alza de 20 pesos en solo una jornada para cerrar en un nivel récord de 552 pesos. Así la brecha con el dólar oficial mayorista superó nuevamente el 100%. Las medidas que anunció el gobierno resultan una devaluación encubierta o parcial.
El impacto de la sequía durante este año es evidente, pero las tendencias al aumento de la inflación y a la desaceleración económica son previas, y en parte son cionsecuencia del acuerdo alcanzado en marzo de 2022 con el organismo multilateral.
Desde Washington, el Fondo señaló que las medidas anunciadas en Buenos Aires tuvieron una buena recepción, pero el momento de la aparición de la letra chica del acuerdo se sigue postergando. Esa letra chica no explicitará las pretensiones estadounidenses sobre los recursos estratégicos del país, como el litio, pero seguro que el principal accionista del Fondo las está haciendo valer en la negociación.
La inflación
En abril de este año, el Fondo había hecho otro pronóstico: inflación de 88 % y crecimiento al 0,2 % para este año, pero ahora habla de 120% de inflación y una recesión del 2,5%.
Desde que Sergio Massa asumió como superministro de Economía el 3 de agosto pasado prometiendo frenar la inflación para que (en teoría) se recuperen los salarios, la inflación se aceleró y lejos de toda recuperación, los salarios cristalizaron y acentuaron la pérdida de poder de compra que arrastraban desde el gobierno neoliberal de Mauricio Macri.
Entre agosto de 2022 y mayo de 2023, el período de gestión de Massa al frente de Economía, la inflación (IPC) acumuló una suba de 77,1%, en tanto que los precios de productos de primera necesidad, que componen la canasta básica alimentaria, treparon un 86,9%.
Mientras, el Índice de Precios al Consumidor del mes de mayo había marcado una suba del 7,8%, los salarios de los trabajadores crecieron en promedio un 7,5%, lo que marca un nuevo retroceso en los haberes laborales que a escala interanual: quedaron 7,9 puntos por detrás de la suba de precios. Los haberes en promedio subieron un 106,3% mientras que los precios aumentaron un 114,2% en el mismo período.
Se trata de una pérdida del poder adquisitivo promedio de 3,6% que se agrava sensiblemente para el sector informal cuyos salarios solo se incrementaron un 77,4% medidos en forma interanual. Para este sector, la pérdida del poder adquisitivo fue del 17,2%.
¿Fuga?
La pregunta obligada es: si el superávit comercial del 1 de enero de 2020 al 30 de junio de 2023 es de 29.813 millones de dólares, la disminución de las reservas internacionales del Banco Central de 16.922 millones de dólares y el aumento de la deuda pública bruta de la Administración Nacional de 80.744 millones de dólares en tres años y 6 meses, la suma de estos tres componentes totaliza 127.479 millones de dólares ¿Adónde se fueron?.
Una parte importante fue el pago de intereses de la deuda externa pública nacional y la disminución del capital adeudado con el FMI (de 44.599 millones de dólares prestados al gobierno neolide Cambiemos a 40.220 millones adeudados al 30 de junio 2023), que suman unos 27.000 millones de dólares. A ello se le debe sumar la venta de dólares al tipo de cambio oficial a las provincias, para que paguen el capital e interés de su deuda externa (unos 9.000 millones de dólares).
Pero el gobierno tomó la decisión de venderle a precio oficial divisas de las reservas internacionales para pagar el capital y los intereses de la deuda privada (compromisos y obligaciones de pago de empresas privadas).
La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner señaló que “no debió haber salido ese dinero o esos dólares. El argumento, no se puede hacer que las empresas privadas tengan default. ¿Ustedes creen, sinceramente, que una empresa argentina que obtiene un crédito en dólares en el exterior se lo dan en el exterior?”. Y eso fue lo que pasó, “el deporte preferido de los grandes empresarios del país, sacarle reservas internacionales al Banco Central”.
“¿Quién va a prestar miles de millones de dólares si no están apalancados en el exterior con una garantía? Lo que pasa es que después pagan con los dólares que deberían estar dedicados a la industria para sostener la actividad económica para pagar deuda. Claro que se podría haber evitado. Seguramente se habrían enojado algunos pero,… Este es el problema de querer gobernar y conformar a todos”, añadió.
El economista Horacio Rovelli indica que los dólares que faltan son los que las grandes empresas, que fueron a su vez las que más compraron dólares durante el endeudamiento en la gestión de Cambiemos, detraen del BCRA al tipo de cambio oficial (62 pesos por dólar el 10 de diciembre de 2019 y a 281,50 el 21 de julio de 2023) por diversos motivos.
Añade que el BCRA en claro incumplimiento de su Carta Orgánica que le da como primer objetivo preservar el valor de la moneda, “despilfarra sin control ni miramiento vendiéndole a esas grandes empresas las reservas internacionales y de esa manera deja sin respaldo al dinero nacional”.
No se debe acordar con el FMI sin antes investigar qué se hizo con el crédito concedido al gobierno de Cambiemos, tema sobre el cual que el ministro-candidato no menciona.Y también es necesario que se audite la deuda real o ficticia de las empresas que detrajeron las divisas del BCRA, que hoy son las divisas que le faltan al país.
Asimismo, Rovelli alerta sobre el “encadenamiento de pagos en los que se va comprometiendo Massa” con el FMI, un acuerdo que por ahora sólo él conoce.
Claudio della Croce: Economista y docente argentino, investigador asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)