El flamante ministro de Finanzas, Luis Caputo, le ha pedido a un grupo de bancos que apure el sondeo con potenciales inversores para colocar nuevas emisiones de títulos de deuda.
Según informó el sitio iProfesional.com se trataría de un consorcio liderado por la JP Morgan a la cual se encuentran vinculados el actual ministro y el ex titular de Hacienda, Alfonso Prat Gay. (*)
El pedido de Luis Caputo se enmarca en aprovechar la baja de la tasa de interés en Estados Unidos que abarataría el costo de los intereses a pagar por las colocaciones y un cierto recupero en el valor de los bonos argentinos en las últimas semanas.
Los ejecutivos de los bancos hablan de «condiciones inmejorables» para salir a realizar las colocaciones. Se menciona además que los bancos tienen mucho «apetito» para asesorarnos y que no cobrarían para ello comisiones demasiado altas.
Desde el sitio de información profesional se menciona que Caputo estaría elaborando lo que se conoce como un pre «book building», libro donde se asentarían las órdenes de compra y el precio que ofrecen los distintos inversores al emisor de los títulos, que sería Argentina.
¿Cuál es el argumento que sostiene el gobierno para seguir endeudándose? La necesidad de cubrir el déficit fiscal sin profundizar la recesión.
Lo que no dicen es que ese déficit es provocado en gran parte por el pago de la deuda pública y sus intereses. Hay déficit básicamente porque hay deuda, lo que Héctor Giuliano llama la trampa de la Deuda Perpetua.
Esto surge claramente si se repasan los presupuestos de los últimos años. En ellos los pagos de intereses de deuda (a los que se consideran gastos corrientes, como los de educación, salud, seguridad social, etc.) han provocado gran parte de los déficits que se cubrieron con deuda, refinanciando la que iba venciendo o tomando nueva.
En 2016, por ejemplo, la ley de presupuesto elaborada durante el kichnerismo preveía un déficit de casi 98.000 millones de pesos y los intereses de deuda presupuestados como gastos rondaban los 104.000 millones.
Con esto, el argumento de la necesidad de tomar deuda para cubrir déficit se desvanece.
La realidad muestra que se ha utilizado el endeudamiento como una fuente de financiamiento permanente y regular del Estado pero con dos agravantes. El primero es que no hay capacidad de pago, por eso vivimos de refinanciación en refinanciación y abonando cada vez más intereses. El segundo es que el destino de los fondos de endeudamiento no es apuntalar actividades productivas que produzcan los ingresos, como mínimo, necesarios para hacer frente al pago de la deuda que se contrae para invertir en esa actividad. Contrariamente a esto, cubren gastos o llegan para especular.
Claramente lo explica Héctor Giuliano en su nota «Macri: la deuda como objetivo de Gobierno»: «La idea de deuda perpetua es un absurdo porque va contra la lógica mas elemental de toda economía individual/familiar y/o Estatal que se viva sosteniendo permanentemente la actividad económica con deuda».
Los bancos siguen ganando
El sector financiero ha sido uno de los que ha obtenido mayor rentabilidad durante los años del kichnerismo. Dentro de las 20 empresas que más ganancias acumularon en la última década, 6 fueron bancos. Solo en el período 2008-2013 obtuvieron un 512% de rentabilidad.
También están en un sector de privilegio con el actual gobierno. Según datos del Banco Central, las entidades financieras, durante los primeros once meses de 2016, ganaron 67.793 millones de pesos, un 29 % más que en el mismo período de 2015.
En noviembre los intereses cobrados subieron un 24% con relación a noviembre de 2015 (21.953 millones de pesos). Por diferencia de cotización recibieron ganancias por 2.746 millones de pesos (un 255,3 % más). En resultado por servicios (comisiones cobradas por los bancos a los clientes) obtuvieron 6.893 millones de pesos, un 27% más.
Luego de las ganancias por las operaciones con LEBAC (cerca de un 12% de beneficio en dólares), el gobierno, como socio político, los vuelve a poner en un lugar de privilegio a la hora de otorgarle negocios con las próximas colocaciones de deuda.
«No es casual que sea un funcionariado superior integrado mayoritariamente por ejecutivos provenientes de empresas y bancos privados, nacionales e internacionales, el que esté al frente de este tipo de decisiones en gran escala del Estado Argentino, pese a que tales funcionarios tienen conflicto de intereses porque varias de esas instituciones en las que han revistado son ahora nuevos acreedores privados del país», afirma Giuliano.
Nota:
(*) El 12 de enero Caputo anunció la toma de un préstamo a 18 meses de 6.000 millones de dólares de los bancos a los que encargó la colocación de los bonos (Santander, BBVA Francés, Citibank, Deutsche Bank, HSBC y el J.P. Morgan). El jueves próximo estos bancos colocarían títulos de deuda por hasta 5.000 millones de dólares en el mercado financiero internacional, y otros 2.000 millones de pesos, en el mercado argentino. Este año el Gobierno prevé colocar bonos por 10.000 millones de dólares en los mercados internacionales y 14.000 millones de dólares en el mercado local.
Fuente: http://www.redeco.com.ar/nacional/economia/20658-gobernar-tambien-para-los-bancos-2