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Gobierno de Cambiemos: Tiempo de balance

Fuentes: Rebelión

Luego de tres trimestres del gobierno de Cambiemos, es posible hacer un balance ilustrativo del rumbo adoptado desde el punto socioeconómico, de sus consecuencias objetivas, de cuáles son los sectores económico sociales que se benefician y los que se perjudican y cuáles son las perspectivas futuras. Ante todo hay que decir que este gobierno recibió […]

Luego de tres trimestres del gobierno de Cambiemos, es posible hacer un balance ilustrativo del rumbo adoptado desde el punto socioeconómico, de sus consecuencias objetivas, de cuáles son los sectores económico sociales que se benefician y los que se perjudican y cuáles son las perspectivas futuras.

Ante todo hay que decir que este gobierno recibió el país con una actividad económica en alto nivel, con inflación alta pero controlada y en descenso, con un bajo desempleo inferior al 6%, con ingresos fijos (salarios, jubilaciones, asignaciones familiares) que habían ido subiendo en términos reales en los últimos doce años y medio, con un muy bajo endeudamiento en divisas y con un déficit fiscal moderado para los estándares internacionales.

A pesar de lo anterior, el gobierno de Macri habla de la «pesada herencia» recibida. El tema es que, para aplicar un plan neoliberal, el gobierno debía eliminar la regulación de orientación típicamente keynesiana aplicada en la gestión del gobierno anterior y hacer bajar el salario en términos reales. Es eso lo que les resulta una «pesada herencia». Es una cuestión de elección de proyecto de país, de la consecuente orientación de la gestión gubernamental y, por lo tanto, a qué sectores socioeconómicos se beneficia y a cuales se perjudica.

La cuestión es ver el resultado concreto de la desregulación de las variables económicas: cambiaria, financiera, de transferencia de capitales con el exterior, de repatriación de ganancias hacia el extranjero, de formación de activos en divisas, eliminación de retenciones a exportaciones agropecuarias y mineras, eliminación de subsidios a los servicios de energía y otras.

Esos resultados, y a que sectores afectan favorable o desfavorablemente, se pueden evaluar observando los siguientes datos concretos sociales y económicos:

Desempleo

Según el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), hubo 208.080 despidos al 31/08/16. Solo en la industria de la construcción se redujeron más de 72 mil empleos en los últimos doce meses, según cifras del INDEC.

La devaluación del salario

Según Martín Astarita (economista de FLACSO) en estos primeros meses de gobierno, se produjo una caída de aproximadamente el 12 por ciento del salario real.

Pobreza

Según el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, las políticas del actual gobierno han generado ya 1.400.000 nuevos pobres.

Inflación

Según el Observatorio de Datos económicos y Sociales la inflación anual al 31/07/16 fue de 45,86%.

A propósito, al disertar en el Congreso Internacional de Márketing Financiero, el propio presidente del BCRA, Sturzenegger, reconocio que el sistema financiero es «uno de los sectores más beneficiados con la inflación»

Transferencia de renta hacia los sectores concentrados

Según el Centro de Estudios para el Cambio Social (CECS) solo durante sus primeros cinco meses el gobierno de Macri transfirió una suma equivalente a 19.383 millones de dólares hacia compañías agroexportadoras, financieras, bancos, grandes empresas de alimentos y grupos industriales.

Tarifazo

La Resolución 28 de Energía aumentó 100% el precio en dólares del gas en boca de pozo, lo que supone un beneficio extra de unos 3.000 millones de dólares a las petroleras. El argumento es que con eso se estimula una mayor producción de gas, lo cual es falso ya que las petroleras ya tienen, por el gobierno anterior, un precio especial de 7,5 dólares por millón de BTU por el aumento de producción para el suministro de gas nuevo, razón por la cual en 2015 la producción de gas aumentó en un 4 por ciento. El beneficio del 100% que otorgó Energía es sobre el gas viejo, que se extrae de los pozos que ya están en producción y eso es incluso contradictorio con el objetivo de mayores inversiones para gas nuevo.

Situación fiscal

Viene aumentando mes a mes el déficit fiscal porque la combinación inflación-recesión provoca recaudación fiscal muy por debajo de la inflación. Por ejemplo, según la AFIP en Agosto 2016 los ingresos impositivos aumentaron 25%, o sea 20% menos que la inflación.

Incluso el economista neoliberal José Luis Espert pronosticó que el déficit fiscal «este año será como mínimo de 7,5%» del PBI.

Deuda externa

En el portal PSR, el economista Héctor L. Giuliano informa lo siguiente: El aumento de la deuda del Estado Central sería este año de unos 52.000 millones de dólares. Si a ello se le agrega los incrementos de las deudas fiscales de la provincias de 29.000 millones de dólares y del BCRA de 18.000 millones de dólares, el crecimiento del endeudamiento público total durante el gobierno Macri en 2016 treparía a 99.000 millones de dólares: Un récord histórico de crecimiento anual de deuda, en valores absolutos y relativos.

Inversiones

El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) aseguró que de los u$s 130.000 millones «anunciados genéricamente», sólo pueden cuantificarse compromisos de inversión por u$s 18.000 millones, o sea el 13,85%, buena parte de ellos ya anunciados durante el anterior gobierno.

Según el INDEC la inversión tuvo una contracción del 4,9% en el segundo trimestre (mientras que en el mismo período del año pasado la inversión creció el 4,7%).

Por lo que se ve, por ahora no se ha producido la «lluvia de inversiones» que Macri dijo iba a caernos al aplicar sus medidas neoliberales debido a que eso generaría un «shock de confianza».

Fuga de divisas

Según Martín Astarita (economista de FLACSO), se produjo una intensificación de la fuga de capitales: En los primeros seis meses del año alcanzó los 5.996 millones de dólares, superando ampliamente los registros de los últimos años.

Según el anexo estadístico del balance cambiario del Banco Central, desde la asunción de Macri la demanda para atesoramiento de dólares, ahorro en divisas transferido al exterior y turismo a otros países fue de 25.728 millones de dólares. Restado los ingresos de dólares por esos rubros, el resultado neto, muy elevado, es de 14.599 millones de dólares. Como en el ciclo económico iniciado en 1976 que estalló en el 2001, la deuda externa está financiando la fuga de capitales.

Se ve que en vez de «lluvia de inversiones» hasta ahora lo que hay es lluvia de endeudamiento y de fuga de divisas.

Tipo de cambio

Ambito Financiero publicó que el presidente de FCA Automobiles Argentina y vice de la UIA, Cristiano Rattazzi, consideró que el tipo de cambio está «retrasado hace mucho», por lo que el dólar debería subir a «17 ó 18 pesos» para mejorar la competitividad fabril. Es decir que el gobierno hizo una brusca devaluación del 54%, que contribuyó fuertemente al elevado aumento de la inflación, para solo unos pocos meses después encontrarse de nuevo con que el tipo de cambio está atrasado.

Apertura de importaciones

Según un relevamiento realizado por CAME a más de 300 industrias pequeñas y medianas del país, el 79% asegura que la apertura de las importaciones representa una amenaza para su empresa, mientras que el 49,5% dice que en el último trimestre se han visto claramente perjudicados, perdiendo ventas en manos de los productos importados

Consumo

Según datos del INDEC, el aumento de las ventas en pesos en los primeros siete meses del 2016, respecto del 2015, fueron del 27,7% en supermercados y del 27,2% en shoppings, muy por debajo de la inflación del 45,86%, lo cual indica la severa caída de las ventas en volúmenes.

Según un relevamiento realizado por la consultora especializada CCR, la venta de productos de consumo masivo -entre los que se encuentran alimentos, bebidas y productos de higiene y tocador- registró en agosto una caída de 7,4% respecto a igual mes del año anterior.

La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) señaló que en agosto las cantidades vendidas por los negocios minoristas cayeron 7,4% frente al mismo mes del año pasado Es el octavo mes consecutivo que las ventas se retraen.

Ambito Financiero publicó un informe de la ONG Defendamos Buenos Aires advirtiendo que unos 3.200 comercios de Capital Federal y Gran Buenos Aires cerraron sus puertas en los últimos cuatro meses, y dejaron en la calle a casi 13 mil trabajadores, a raíz de la recesión económica y la caída del consumo.

Roberto Brunello, de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica (Fehgra), aseguró a Página 12 que «el nivel de las ventas en hoteles y restaurantes este año viene cayendo al 30% en relación al 2015».

En el portal En Orsai se informó que la cantidad de pasajes vendidos a los principales destinos turísticos del país entre el año pasado y este refleja una caída del 20%.

Según el  Sindicato de Peones de Taxis de la CABA, los taxistas perdieron «el 40% de los viajes».

Industria

El INDEC informó que el total de la industria cayó 7,9% en julio, la mayor baja en 14 años. Incluso la producción de acero y aluminio, a pesar de ser sectores monopólicos, cayeron un 14,2%.

También informó el INDEC que la construcción tuvo en julio una caída interanual del 23,1%. En los primeros siete meses del año, la baja en este sector trepó al 14,1%, según el Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC).

Según la Asociación de Fábricas de Automotores de la República Argentina (Adefa), entre enero y agosto, el sector automotor produjo un 13,1 % menos que en el mismo período de 2015.

Economías regionales

De acuerdo a un estudio elaborado por el Equipo de Economías Regionales del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), la situación de varias producciones regionales sería la siguiente:

Leche: En los primeros siete meses, 2016 es el año de menor producción de los últimos cuatro, con una disminución del 12 por ciento respecto al mismo período del 2015.

Yerba: Pese al aumento en góndola no hubo alivio para los pequeños productores. A su vez las exportaciones cayeron 37 % respecto al primer semestre de 2015.

Vino: Según la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas el consumo en los primeros siete meses representó una caída de 11,4 %. En tanto, la exportación se retrajo 10,8 % en cantidades. Todo en comparación con igual período de 2015.

Frutas: Desde la cadena frutihortícola denuncian que más de 2.000 pequeños productores del Alto Valle rionegrino se encuentran en «situación de quebranto» y peligran 60.000 puestos de trabajo.

Cerdo: Desde 2012 la producción porcina lograba abastecer el consumo interno, llegando incluso a superarlo en el año 2014. A  partir de 2016 se revirtió la tendencia. Hubo además caída de las exportaciones y un significativo aumento de las importaciones.

Pollo: Los productores de pollo sostienen que el mantenimiento de las granjas se hace inviable, dados los incrementos de costos tarifarios y la apertura importadora. La relación entre la tarifa eléctrica y el precio del kilo de pollo mayorista para una pyme del norte de Buenos Aires se triplicó.

Cítricos: El sector citrícola es una de las tantas producciones regionales que sufre con la tendencia importadora, al igual que el sector de manzanas y peras.

Olivos: Según el gerente de la Asociación Olivícola de Catamarca, Federico Alonso, «la situación del sector sigue empeorando día a día» y apuntó contra el impacto de los tarifazos en la actividad, «todos los costos siguen aumentando, pero no así los ingresos».

Indice de actividad económica

El INDEC informó que el Estimador Mensual de Actividad Económica registró en julio una sensible caída de 5,9% en relación a igual período de 2015. La caída se va acentuando mensualmente desde Marzo.

PBI

Todo esto se refleja en el PBI, que según el INDEC cayó 3,4% en el segundo trimestre.

Opiniones de economistas de derecha

Es muy significativo que incluso economistas de derecha cuestionan la gestión del actual gobierno.

En una entrevista en El Cronista Comercial, Martín Redrado manifestó que «en el Gobierno veo mucho Wall Street y poca producción y empleo» y que «los problemas del país no se resuelven endeudándose».

En radio Mitre, el economista José Luis Espert afirmó que la estrategia del gobierno nacional «es endeudar al país todo lo que se pueda» para financiar un déficit fiscal que, pronosticó, «este año será como mínimo de 7,5%» del PBI. En este marco, apuntó contra el presidente, Mauricio Macri: «Endeuda al país como en los noventa y como el ex ministro de Economía, Alfredo Martínez de Hoz».

Según INFOBAE, el economista Miguel Angel Broda cuestionó que las políticas aplicadas en los primeros nueve meses de gestión reflejen un preocupante aumento de la deuda en términos de PBI y aseguró: «La Argentina está por tocar fondo».

Ambito Financiero publicó que Guillermo Nielsen advirtió que la Argentina «se está volviendo a endeudar mucho», y consideró que esa situación «es muy grave» para el país.

Según declaraciones publicadas por Ambito Financiero, hasta el mismísimo Cavallo se lanzó a criticar al equipo económico y aseguró que Macri «no está funcionando bien».

¿Y todo este desastre para hacer qué?

La esperanza del gobierno se basa en que la desregulación económica, la baja del salario real y el aumento de la desocupación que presiona sobre el salario, alienten a las empresas multinacionales, existentes o no en el país (más del 70% del bloque económico dominante en nuestro país está en manos de ellas), a realizar inversiones de riesgo de largo plazo. También que la orientación neoliberal y el alineamiento con los EE.UU. facilite la obtención de préstamos de largo plazo con bajas tasas de interés para que el gobierno haga obras de infraestructura.

Claro que para que esto tenga un mínimo de posibilidades, el gobierno espera que se produzcan cosas que «generen confianza» en el exterior. Una es que salga bien el blanqueo y la otra, de principalísima importancia, es que los sindicatos que encuadran a los trabajadores registrados y las organizaciones sociales que encuadran a los informales, desistan de luchar y acepten la caída de los ingresos, el aumento de la desocupación, el incremento de la pobreza y la indigencia y el deterioro general del nivel de vida de los sectores populares.

Lo anterior parece bastante complicado: El blanqueo, según especialistas, si sale bien alcanzaría solo para pagar los juicios de los jubilados. A su vez, las luchas de sindicatos y organizaciones sociales se han venido produciendo en un nivel tal que nunca se había visto en tan poco tiempo de un nuevo gobierno y la perspectiva es que se intensifiquen. El capital es particularmente cobarde para asumir riesgos de largo plazo en países de dudosa estabilidad social y mercado interno en recesión, ya sea invirtiendo o prestando y, por estos tiempos, con un capitalismo mundial estancado, prefiere las operaciones especulativas financieras de corto plazo, que es precisamente lo que están haciendo actualmente en Argentina, haciendo préstamos de corto plazo y altas tasas de interés, y aprovechando asimismo que nuevamente se ha hecho posible y objetivamente incentivado la «bicicleta financiera».

El gobierno de Macri dice que «todos» tenemos que hacer este sacrificio para lograr el objetivo de un supuesto crecimiento a largo plazo, liderado por supuestas inversiones del capital multinacional. Esto quiere decir en realidad que trabajadores, capas medias, pequeños y medianos empresarios, campesinos y demás sectores populares continúen pagando el precio del ajustazo, callados y sin reaccionar. En cuanto a la clase social a la que en general pertenecen los integrantes de este gobierno, y cuyos intereses sirven con sus políticas, tiene suficientes recursos y herramientas como para no necesitar hacer ningún sacrificio.

Carlos Mendoza, ingeniero, especializado en temas políticos y económicos, escritor, miembro del Consejo Editorial de Tesis 11.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.