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Entrevista al economista político Julio Gambina

«Hay que prestarle mucha atención a la reinserción de Argentina en el mercado de deudas»

Fuentes: Rebelión

M.H.: En comunicación con Julio Gambina para el análisis político y económico habitual. Estaba viendo en Clarín una editorial de Luis Rapoport, donde se inclinaba por aplicar una política de shock, desaconsejando el gradualismo propuesto por Daniel Scioli, aunque paralelamente hemos estado conociendo algunas declaraciones de gente cercana a Scioli, como Julián Domínguez, que ha […]

M.H.: En comunicación con Julio Gambina para el análisis político y económico habitual. Estaba viendo en Clarín una editorial de Luis Rapoport, donde se inclinaba por aplicar una política de shock, desaconsejando el gradualismo propuesto por Daniel Scioli, aunque paralelamente hemos estado conociendo algunas declaraciones de gente cercana a Scioli, como Julián Domínguez, que ha propuesto la suspensión de las retenciones al trigo y al maíz; y las de Urtubey, posible Canciller en su futuro gobierno, que señaló con contundencia la necesidad de acordar con los fondos buitre y provocó respuestas por parte del Jefe de Gabinete y aclaraciones del Ministro de Economía. ¿Cómo ves todo esto?

J.G.: Yo creo que todavía es prematuro, todavía hay que ver los resultados de las elecciones del 25 de octubre, si hay o no segunda vuelta; con qué mayoría en primera o segunda vuelta gana quien gane. Porque en función de ese consenso político que se logre será cómo se van a implementar las políticas a futuro. Diría que con la fotografía de hoy, todo indica que va a haber políticas graduales, todo indica que no va a haber grandes conmociones. Una sintonía de eso es el corrimiento del discurso del propio Macri a aceptar cosas que no aceptó hasta hace muy poco, como algunas políticas sociales y algunas estatizaciones por parte del kirchnerismo.

Por otro lado, hay una presión del gobierno actual para que con el sucesor no se modifique sustancialmente la política económica. También habrá que ver cómo queda configurado el Parlamento, ya que pueden haber muchas más sorpresas en el sentido que los que no compiten con posibilidades para ser gobierno, sí pueden competir para colocar más legisladores, puede ser que el oficialismo actual pierda legisladores en el Parlamento, entonces la situación no va a ser tan sencilla.

Por otra parte, creo que en estos años por múltiples razones se han fortalecido las organizaciones sindicales, este mismo año 2015 ha resultado muy difícil para las patronales y para el propio gobierno disciplinar a las organizaciones sindicales en la demanda que se venía haciendo por paritarias y por ajustes salariales, entonces no me queda claro que sea cual sea el resultado, el clima de defensa de esas conquistas por parte de las organizaciones sindicales se deteriore.

En los últimos tiempos se ha hablado mucho de «pacto social», la nueva dirigencia de la Unión Industrial habla mucho de esto, y todo pacto social supone una unión entre trabajadores, empresarios y gobierno y, en general, supone plazos medianos o sea más de un año de control de precios y dentro de ellos el del salario. No pareciera que en Argentina, con todos los límites que tiene el modelo sindical hegemónico, especialmente de la CGT, vaya a haber tranquilidad por parte de los trabajadores. Hay muchos temas instalados, como el del impuesto a las ganancias que ahora está en un impasse por el proceso de elecciones pero es una reivindicación que va a reemerger con mucha fuerza. El proceso inflacionario se mantiene y la presión del movimiento de jubilados por lograr ajustes de las jubilaciones en camino del 82% móvil me parece otro tema que va a estar latente; inclusive el tema de la política social, es muy probable que los sectores que viven de subsidios salgan a reclamar actualizaciones de las prestaciones sociales que hoy son de subsistencia.

No creo que sea tan sencillo, es una ecuación política más que económica. Recién decías que vamos a hablar de política y economía, cuando uno piensa en política económica no se puede escindir una de otra, fijate cuánto le ha costado al gobierno actual disminuir o eliminar subsidios que gran parte de la población está de acuerdo en sacar, sobre todo aquéllos en materia de tarifas de energía que son muy importantes en la Ciudad de Buenos Aires y no necesariamente para los sectores empobrecidos, se hicieron intentos, avances muy limitados y no se ha podido avanzar en ese sentido.

Entonces, desmantelar algunas cuestiones que son concebidas por la sociedad como beneficio va a costar mucho, así que cualquier economista que asesora a cualquier candidato puede hablar de shock o de gradualismo, pero eso lo va a dar el nivel de consenso político que tenga la fórmula gobernante.

Hay que pensar que hoy no hay un empate pero sí tres fuerzas disputando, las encuestas que se conocen son muy débiles, entre los tres postulantes hay cerca de un 10% de diferencia pero es un horizonte incierto si va a haber segunda vuelta o no y esto va a impactar mucho más en el Parlamento, por lo tanto, no va a haber un escenario político tan favorable para que se apliquen políticas de ajuste.

En mi opinión, aquello que motivó la crisis del 2001, que fue la efervescencia y movilización popular, es un tema que está latente, suspendido en términos generales, producto de algunas concesiones que se han logrado en el último tiempo, como es el crecimiento del empleo industrial, el crecimiento del empleo estatal, la realización de paritarias que muchas veces es planteado desde el gobierno como algo otorgado por ellos mismos y yo me animo a decir que fue producto de la pelea y la lucha que generaron las condiciones políticas a la salida de la crisis de 2001/2 y eso que se considera como beneficio social es muy difícil de sacar, es una ecuación complicada, por lo tanto mi sensación es que más que gradualismo o shock, lo que va a haber en cualquiera de los candidatos que asuma la presidencia en Argentina, va a ser una búsqueda de préstamos del exterior, con lo cual sí, aunque no lo digan, todos están a la búsqueda de negociaciones con los acreedores que no entraron al canje, los holdouts o fondos buitres; incluso me consta que en estos momentos se lleva a cabo la reunión conjunta del FMI y el Banco Mundial y es muy probable que haya vínculos, que se estén tirando líneas para contactar con representantes de los acreedores, hay que pensar que en Lima, en la reunión conjunta del FMI y el Banco Mundial se concentra, como en todas estas reuniones, gran parte del establishment y entre ellos los grandes especuladores, fuertemente vinculados a los beneficiarios de la sentencia del juez Griesa en Nueva York, con lo cual el tema central al que hay que prestarle mucha más atención es la reinserción de la Argentina en el mercado de deudas, algo que ya está haciendo este gobierno, no es algo que vayan a hacer los que vengan.

Lo que hoy se festeja como un triunfo de la Argentina en Naciones Unidas, es la posición de Estados Unidos en 2001

M.H.: Se hablaba inclusive de que se había ampliado el swap chino en 2.000 millones de dólares, sobre eso quería consultarle, hemos pagado el Boden 2015 por 5.900 millones de dólares, lo que representa una caída importante de las reservas, en septiembre el Banco Central vendió otros 1.800 millones a particulares. Me gustaría aclarar en qué nos beneficia dentro de este cuadro crítico de las reservas, la votación en la Asamblea General de las Naciones Unidas, relativa a la restructuración de la deuda soberana, alrededor de la cual se ha hecho bastante alharaca a nivel gubernamental.

J.G.: Se está discutiendo una Ley en el Parlamento para adherir a ese procedimiento planteado por Naciones Unidas, un procedimiento no vinculante que para hacerlo efectivo tienen que votarlo los parlamentos de los países. Lo que se ha votado es un conjunto de principios generales nada más. Haciendo corta una larga historia, en 1985, hace 30 años, Fidel Castro convocó a una Cumbre en La Habana para plantear un club de deudores y el no pago de la deuda, en el tiempo en que la deuda era con los bancos y, por lo tanto, no pagar la deuda era no pagarle a los bancos, y los que quebraban eran bancos transnacionales de Europa, Estados Unidos o Japón. Luego, si nos corremos en el tiempo al 2001, la posición de Estados Unidos en el FMI llevada adelante por Anne Krueger que era la representante de USA, planteó crear mecanismos de negociación de deuda soberana, lo mismo que se acaba de aprobar ahora.

Anne Krueger es la misma que esta asesorando al gobierno de Puerto Rico que entró en cesación de pagos hace muy poco, y hoy ella está planteando el ajuste para ese país. Estados Unidos en esta votación, votó en contra, pero en 2001 estaba a favor, lo hace porque siente que si en 1985 la sensación era la del no pago, la de la cesación, los clubes de deudores, en 2001 la situación se planteaba como la necesidad de un mecanismo de negociación de deuda soberana y la ofensiva que tiene Estados Unidos hoy es muy superior, con lo cual no solo no acepta la posición propia de 2001, sino que ahora dice no a la negociación, directamente todos a pagar. De alguna manera la situación griega le da la razón a esta ofensiva estadounidense de decir que no hay condiciones, por lo cual todos deben pagar.

Por eso cuando se habla de «desendeudamiento» en Argentina, hay que ver que Argentina se desendeuda pagando y lo que ha hecho es eso, pagar. La Presidenta el pasado lunes cuando se pagaron los U$S 5.900 millones dijo que los gobiernos kirchneristas han pagado 145.000 millones de dólares, cifra distinta a la que ha dicho en otras oportunidades. Sea cual sea la verdadera cifra, es una cantidad de recursos muy importantes con los que se podrían hacer muchas cosas, si dividimos 145.000 en 10 años nos daría 14.500 millones de dólares anuales, cifra parecida a la que se llevó Repsol como utilidades al exterior durante 10 años. La deuda argentina tiene presupuestado intereses para el año 2016 por 9.800 millones de dólares solo en carácter de intereses. Argentina viene pagando cifras un poco superiores a 10.000 millones de dólares de deuda, mientras que lo presupuestado para 2016 es superior a lo que se pretende gastar en seguridad, en educación, en defensa, en salud; con lo cual el monto de deuda es muy importante.

Lo que hoy se festeja como un triunfo de la Argentina con el G77 en Naciones Unidas, es la posición de Estados Unidos del año 2001 y es una decisión que la ONU no puede llevar todavía a la práctica, del mismo modo que viene pronunciándose hace mucho tiempo en contra del bloqueo estadounidense a Cuba y prácticamente en soledad Estados Unidos la sigue bloqueando. O los planteamientos de Naciones Unidas a favor de la negociación dialogada de la soberanía sobre Malvinas, que Inglaterra desoye a pesar de que hay una cantidad apabullante de países que adhieren a la posición argentina.

Quiero señalar con esto que Naciones Unidas puede aprobar una cantidad de temas, que pueden parecer muy interesantes, pero no hay condiciones políticas por la condición hegemónica de los países imperialistas, principalmente EE.UU., para llevarlos a la práctica. Entonces, se plantea como un triunfo diplomático, lo cual es cierto, pero no es la posición que los países del sur del mundo planteaban en 1985 por el no pago de la deuda, lo que perjudicaba a las entidades financieras que eran los principales acreedores; luego los grandes bancos han licuado la deuda, la han amortizado y la han transferido a inversores privados que son los que tuvieron que soportar el default de la Argentina en 2001, incluso gran parte de éste fue para con las inversiones en el fondo previsional que administraban las AFJP y por eso en 2009 se reestatizó el sistema previsional.

Creo que el tema de la deuda es muy delicado tanto ahora como para el futuro, y es un tema del que se habla muy poco en el debate político económico de cara a la renovación presidencial y creo que un mecanismo del ajuste va a entrar muy asociado a que China incremente el swap, pero también a que algunas negociaciones con los organismos financieros internacionales faciliten créditos del FMI, del Banco Mundial, del BID, de algunos organismos internacionales y que eso de algún modo morigere las condiciones del ajuste, como ocurre hoy y, por lo tanto, eso puede disimular la profundización de la condicionalidad para ajustes permanentes recurrentes y que recién cuando se den las condiciones políticas de desarme de la capacidad de resistencia de los trabajadores, de los sectores populares y pequeños productores, vayan apareciendo determinadas medidas de ajuste.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.