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Hay que salvar a dos generaciones

Fuentes: Rebelión

La crisis económica en ciernes de 2020 se conjugo con el exponencial desarrollo de la Pandemia generando una parálisis del sistema pero que a su vez viejas reseñas fueron puestas a la luz.

La agudización en el proceso regresivo de la distribución de la riqueza puso de manifiesto la inequidad del Capitalismo y de sus consecuencias sobre todo políticas en materia de decisión autartica por parte de la mayoría de los países y del control del proceso productivo, este ultimo sembrado hacia un modelo financiero rentístico de reproducción endógena donde la expulsión del trabajo humano es la moneda corriente en el afán de ganancias extraordinarias a favor de la clase mundial dominante.

Los fenómenos de las plataformas o el ingenio puesto en el teletrabajo como un “escape “laboral se enmascaran dentro de ese fenómeno que no favorece el desarrollo conjunto de una sociedad, sino que ahonda aun mas sobre la competencia y el individualismo.

En ese sentido la informalidad laboral se ha puesto de manifiesto casi como un fenómeno “natural “por parte de un cumulo de jóvenes menores de 30 años que pujan por insertarse laboralmente en el sistema que no ofrece muchas opciones y hasta donde una sólida formación académica no es pasaporte seguro de éxito.

Las dos generaciones – menores de 15 años y menores de 30 años – les toca quizás congraciarse con la peor roca que generaciones anteriores le han dejado desde esta inequidad hasta una inédita crisis ambiental de la cual ya se presentan indicios a nivel global.

Por otra parte, y por un proceso continuo de avance en materia de manifestación y de derechos producto de luchas históricas se ha puesto de manifestó que las cuestiones de genero no son meras ilusiones de una minoría, sino que toman en ese sentido carácter de prioridad para varios países pues a su vez la visibilidad ha puesto de manifestó un debate en las sociedades que en el pasado no se producía.

El economicismo o la “planicie “neoliberal ha dado efectos nocivos en la estructura epistemológica del saber disociando lo que antes estaba unido como una concepción totalizadora es por ello – por el caso – la fragmentación del saber geográfico no ha sido beneficioso para la disciplina pues es en la compresión general donde ambivalentemente ambiente y sociedad juegan un papel simbiótico.

Quizás con mas profundidad se ha visto en la destitución de lo “ político “ dentro de lo económico haciendo creer que el desarrollo econométrico es el único método capaz de configurar la economía de los países.

Y así debe suceder con otras disciplinas – tanto naturales como humanas – y de las cuales las generaciones anteriores se formaron como verdades reveladas.

Es por ello que – además de los procesos señalados anteriormente – se debe conducir hacia una reforma estructural de nuestros sistemas educativos procurando la generación del espíritu crítico en nuestros jóvenes.

No queda mucho tiempo.

La actual crisis debe ser una oportunidad para comenzar verdaderamente con un proceso de transformación que apele a lo humano tratando de dejan en un segundo lugar lo frio tecnológico que obedece a lógicas que no conjugan el desarrollo armónico de la humanidad.

Se las debe complementar, pero no priorizar.

La Argentina que presenta una composición joven de su población en un territorio amplio y de recursos naturales sustantivos no puede dejar pasar mas esta casi ultima oportunidad que tampoco reposa sobre nuevos ejes geopolíticos del poder mundial.

Debemos construir nuestro propio proyecto de desarrollo considerando estas dos frágiles generaciones que en corto plazo se verán emplazadas entre sus genuinos deseos y una realidad que esperemos sea distinta.

Ezequiel Beer, Geógrafo UBA, Analista Político