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Hoy es Milagro, mañana sos vos

Fuentes: Movimiento de Profesionales para los Pueblos

Cuando pensábamos que habíamos visto todo, el bloque oficialista de diputados en Jujuy nos vuelve a sorprender con la presentación de un proyecto de consulta popular sobre si Milagro Sala tratará de fugarse o amenazará testigos en caso que se la deje en libertad. Es difícil poner en palabras la preocupación y perplejidad que genera […]

Cuando pensábamos que habíamos visto todo, el bloque oficialista de diputados en Jujuy nos vuelve a sorprender con la presentación de un proyecto de consulta popular sobre si Milagro Sala tratará de fugarse o amenazará testigos en caso que se la deje en libertad.

Es difícil poner en palabras la preocupación y perplejidad que genera que el poder político de Jujuy se comporte de un modo tan temerario e impune. Si no fuera cierto, hasta podría causar gracia, porque ni en las peores pesadillas uno podría imaginarse que en un estado democrático se borre de un plumazo la división de poderes, el republicanismo, la imparcialidad del juez, la garantía de juez natural, y cuanta referencia posible a un mínimo grado de institucionalidad que las democracias demandan.

En Jujuy no hay constitución, ni tratados internacionales, ni ley, ni justicia; en síntesis, no hay estado de derecho.

Es así de grave. La división de poderes está tan violentada, tan arrasada, es todo tan promiscuo y sinuoso que ya ni sorprende la torpeza de «poner en papel» (con este proyecto de ley) la prueba palmaria de la intromisión.

Claro, no debiéramos olvidar que, previo a ello, se designó un fiscal para que intervenga en todas las causas que en el futuro se inicien contra la dirigente social y política, mientras el gobernador señaló públicamente que » no va a liberar a esa mujer».

Quememos la Constitución y los libros de derecho, total en Jujuy nadie los lee ni los aplica.

Y aunque parezca exagerado, no lo es.

Por eso hoy te quiero escribir a vos, que te sentís tan lejos de Milagro, que desprecias sus modos de construcción política e incluso, como dijo el presidente, «crees»- con dogma de fe- que Milagro es una «chorra».

En primer lugar, me gustaría contarte que los estados de derecho tal como los conocemos hoy tienen un origen histórico concreto como respuesta a la monopolización de la moral eclesiástica (y del aparato legal creado para imponerla, la Inquisición), en donde el recurso a apelar a la verdad se tradujo, las más de sus veces, en una exhortación a practicar la intolerancia.

Masacres y trato sacrificial extremo contra herejes, brujas y criminales marcan el inicio desgarrado de la modernidad europea.

Podríamos decir que desde la Inquisición a Auschwitz, como hitos de la catástrofe civilizatoria occidental de la modernidad hasta hoy, la violencia contra el otro, al que se lo considera un enemigo, un «otro negativo», el que encarna todo ello que no es uno, distante, ajeno y cuya «alteridad» cuestiona o socava mi «identidad», siempre encuentra un marco legítimo: la imposición de una verdad pacificadora.

Las inquisiciones de ayer y hoy , son cometidas en nombre de la verdad y motivadas por el odio, con el pretexto de combatir enemigos. Justamente por eso es que los estados de derecho procuran garantizar que «tu verdad» (aunque sea cierta) no alcance para aplicar castigo o peor aún venganza.

Y esto es lo que ocurre con Milagro Sala.

Si hasta Joaquín Morales Solá, en su columna del diario «La Nación», siente una suerte de vergüenza ajena y expresamente refiere que al gobernador Gerardo Morales lo mueve el odio (de clase y de género agregaría yo) contra la dirigente social. Y no resulta ociosa justamente la celebración de una Jornada por la «paz» en Jujuy.

Digámoslo claramente: a Milagro la quieren quemar en la hoguera por ser «mujer e indígena», como a las brujas en la Inquisición. Ni más ni menos.

¿Cuál es la diferencia entre las ordalías de Dios medievales y el presente proyecto de consulta popular?

Han pasado varios siglos desde la inquisición medieval, pero en Jujuy parece que no se enteraron.

Y esto nos hace reflexionar también sobre la escasa institucionalidad y robustez de las democracias contemporáneas.

Tal como nos alertan Giorgio Agamben, Wendy Brown, Jean Luc Nancy entre otros, en la actualidad nos acecha este peligro: el de un fascismo que encuentra su cobijo en los resquicios democráticos.

La democracia como concepto y como práctica ha estado siempre rodeada de una periferia no democrática y de un sustrato compuesto por elementos no integrados. Este supuesto al que se lo cataloga como democracia negativa incluye, en lo que aquí nos interesa, a aquellos sistemas fundados en el discurso del odio.

Esta posibilidad de cobijo «en» la democracia de aquellos quienes en definitiva atentan contra aquella, debe constituir una clara señal de alerta.

Y en este punto, me gustaría hacer hincapié, no sólo en los procesos de ajenización, de construcción de otros negativos, o lo que Bauman ha dado en llamar adiaforización; sino sobre un aspecto menos resaltado, menos obvio, pero mucho más preocupante, como es la búsqueda de la legitimación de estas prácticas racistas y discriminatorias por parte del poder político, recurriendo al dispositivo «derecho» como dique legitimante.

No es novedad que el derecho, como ejercicio de violencia conservadora del Estado, ha sido funcional a todo tipo de prácticas racistas y discriminatorias, que, en algunas ocasiones, han culminado en genocidios (malleus maleficarum, manual del inquisidor), y ya entrados en las masacres del siglo XX las leyes de deportación armenia, leyes raciales de Nuremberg, directivas militares de la última dictadura cívico-militar en nuestro país, etc).

Por ello, la legalización de la ilegalidad no nos puede pasar inadvertida.

Sin lugar a dudas nos quedan muchas asignaturas pendientes en torno a la construcción de robustez democrática. Seguramente nos debemos un profundo debate acerca de la «democratización de la justicia» y de la posibilidad de una presencia más activa del pueblo en el proceso de crear, aplicar e interpretar el derecho penal. Es más, podríamos discutir incluso en otro contexto la conveniencia de las consultas populares en materia penal. Algo sobre lo que se ha venido reflexionando en los últimos años por la academia especializada, entre otros, Duff, Pettit, Braithwaite.

El debate, por demás interesante sigue abierto y sujeto a reflexión. Pero lo cierto es que, aún en la hipótesis favorable a aquellas, nadie podría seriamente estar a favor de la consulta popular de un «único caso»-Milagro Sala- (y no de todas las personas sometidas a prisión preventiva), sino se quiere poner en tela de juicio la violación del principio constitucional de igualdad ante la ley.

En el clásico texto de Lewis Carroll, «A través del espejo», Humpty Dumpty y Alicia mantienen una conversación que bien podría ser pensada para la realidad jujeña:

«-Cuando yo uso una palabra -dijo Humpty Dumpty, en un tono algo despectivo-, esa palabra significa exactamente lo que yo decido que signifique… ni más ni menos.

-El asunto es – Alicia- usted puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas distintas.

-El asunto es -replicó Humpty Dumpty- quién es el maestro… eso es todo.»

Y esto parece es lo que ocurre en Jujuy, el poder político fija las palabras que se consideran verdaderas , las reproduce en los medios de comunicación, incluso llegando a cuestionar el rol de los organismos internacionales de derechos humanos, en tanto pretensa socavación la soberanía local: declamación demagógica de valores mayormente vacíos de contenido expresados con despreocupada hipocresía.

Lo que pasa en Jujuy es una enorme reserva de violencia acumulada que se reveló cuando encontró las condiciones de su realización.

Por eso, te pido a Vos que recuperes la palabra y el pensamiento.

Porque lo que está en juego, en todo caso, es la recuperación de nuestra facultad de pensar , de distinguir lo bueno de lo malo, de remover prejuicios sin sustento, o filtrar demandas irreflexivas basadas en pasiones o en el mero interés propio. Porque al rehusarnos a pensar, esto es, ponernos en el lugar de cualquier otro ser humano, nos volvemos incapaces de tenernos presentes ante sí y ante los demás.

Cuando uno se vuelve sobre sí mismo, cuando uno se aísla porque la exterioridad es amenazante o simplemente porque preferimos permanecer indiferentes, el precio que se paga es enorme.

Hoy es Milagro. Mañana sos vos.

Valeria Thus. Abogada, Magister en Derecho Internacional de los Derechos Humanos – UBA. Vicepresidenta del Movimiento de Profesionales para los Pueblos (MPP)

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