Los trabajadores del diario francés Libération se han declarado en huelga tras la presentación, por parte de la dirección, de un plan de reestructuración que afectá a más del diez por ciento de la plantilla así como la adjudicación de otros catorce puestos a empresas externas. De los 38 puestos que serán suprimidos, 28 […]
Los trabajadores del diario francés Libération se han declarado en huelga tras la presentación, por parte de la dirección, de un plan de reestructuración que afectá a más del diez por ciento de la plantilla así como la adjudicación de otros catorce puestos a empresas externas.
De los 38 puestos que serán suprimidos, 28 corresponden a la redacción periodística, mientras que los 14 que serán externalizados corresponden a informáticos y encargados de abonos e inspección de ventas del departamento de comercial, precisaron.
Se espera la convocatoria el próximo jueves de una asamblea general de los empleados de Libération, fundado en 1973 y que atraviesa ahora una delicada situación financiera.
El presidente de Libération y creador del diario, Serge July, anunció el pasado 26 de septiembre un proyecto de «optimización de la organización» elaborado tras la llegada como primer accionista a comienzos de año del financiero Edouard de Rothschild, que compró el 38,8% del capital por 20 millones de euros.
El resto del capital se reparte entre el grupo Pathé (16,77%), el accionista histórico Communication et Participation (10,06%), el grupo industrial Suez (2,53%), el diario español EL MUNDO (1,01%), el diario belga La Libre Belgique (1,01%) y el semanario francés Le Nouvel Observateur (0,77%).
La dirección justifica su plan de ajuste para adaptar los costes de Libération a unos ingresos que se han visto afectados por un descenso de las ventas y de la publicidad.
La difusión se ha reducido un 9,8% entre julio de 2004 y el mismo mes de este año a una media de 134.593 ejemplares diarios mientras que la publicidad ha caído más del 10% desde comienzos de año.
En octubre de 2003, el diario se sometió a un rediseño en busca de atraer lectores más jóvenes.
En este contexto económico, la facturación del rotativo para este año se situará en unos 73 millones de euros, con unos 7 millones de pérdidas y un déficit acumulado desde 2001 de una veintena de millones.
Se espera la convocatoria el próximo jueves de una asamblea general de los empleados de Libération, fundado en 1973 y que atraviesa ahora una delicada situación financiera.
El presidente de Libération y creador del diario, Serge July, anunció el pasado 26 de septiembre un proyecto de «optimización de la organización» elaborado tras la llegada como primer accionista a comienzos de año del financiero Edouard de Rothschild, que compró el 38,8% del capital por 20 millones de euros.
El resto del capital se reparte entre el grupo Pathé (16,77%), el accionista histórico Communication et Participation (10,06%), el grupo industrial Suez (2,53%), el diario español EL MUNDO (1,01%), el diario belga La Libre Belgique (1,01%) y el semanario francés Le Nouvel Observateur (0,77%).
La dirección justifica su plan de ajuste para adaptar los costes de Libération a unos ingresos que se han visto afectados por un descenso de las ventas y de la publicidad.
La difusión se ha reducido un 9,8% entre julio de 2004 y el mismo mes de este año a una media de 134.593 ejemplares diarios mientras que la publicidad ha caído más del 10% desde comienzos de año.
En octubre de 2003, el diario se sometió a un rediseño en busca de atraer lectores más jóvenes.
En este contexto económico, la facturación del rotativo para este año se situará en unos 73 millones de euros, con unos 7 millones de pérdidas y un déficit acumulado desde 2001 de una veintena de millones.