El padre Ignacio Peries celebró en mayo de 1999 sus veinte años como sacerdote en Rosario. Lo visitaron ese 2 de mayo más de 100.000 personas. Cuando cumplió 25 años al frente de la feligresía rosarina, 180.000 devotos se acercaron para recibir su bendición. «Mueve montañas», tituló La Capital el 1 de agosto de 2004 […]
El padre Ignacio Peries celebró en mayo de 1999 sus veinte años como sacerdote en Rosario. Lo visitaron ese 2 de mayo más de 100.000 personas. Cuando cumplió 25 años al frente de la feligresía rosarina, 180.000 devotos se acercaron para recibir su bendición. «Mueve montañas», tituló La Capital el 1 de agosto de 2004 en una entrevista al padre Ignacio. «El milagro más grande es el acercamiento de la gente común y de la juventud a Dios», afirmó Peries. A 25 años de su ordenación sacerdotal Ignacio respondió que «Rosario todavía tiene tranquilidad y paz. Hay violentos, y algunos no están cumpliendo reglas de convivencia, pero hay mucha juventud sana en Rosario».
Un simple ejercicio matemático indica que el padre Ignacio llegó a Rosario en 1979. En ese entonces gobernaba la ciudad el ex capitán de navío Augusto Cristiani; comandaba el II Cuerpo de Ejército Luciano Jáuregui y consagraba la «calma» el arzobispo Bolatti. «Justo cuando llegué, 40 sacerdotes dejaron sus hábitos en Rosario. Fue el conflicto con los sacerdotes tercermundistas», recordó el religioso. El 29 de julio de 1979 Ignacio es asignado a la Parroquia Natividad del Señor. Ni su nombre ni su apellido figuran como miembro de la Conadep y no se le conocen palabras de despedida al arzobispo Zaspe. Si hoy «hay violentos que no están cumpliendo reglas de convivencia», cabría preguntarle: qué Rosario vio cuando la vida o la muerte dependían de los arbitrios de civiles y militares. Ni Henry Wilson ni Ignacio Peries- integrantes de la Cruzada del Espíritu- estuvieron en la Carpa de la Resistencia emplazada en la plaza san Martín en el 2002. Allí, varios sacerdotes (viejos y jóvenes) pidieron perdón por los pecados de omisión de la jerarquía católica durante la última dictadura. ¿Quiénes no cumplieron las reglas de convivencia en esa trágica época del terror?.
Hacia fines de 2001 el padre Ignacio había recaudado casi 700.000 dólares para construir el Seminario de la Cruzada del Espíritu. «Hacer la casa de formación» es el objetivo y «Rosario es el centro de la Obra». Cualquier apoyo- en efecto- fue y es bienvenido.
Sus misas en Canal Tres, las comilonas pantagruélicas con 3.000 concurrentes y aportantes, los recitales y espectáculos y las generosas donaciones suman a la «obra» del religioso nacido en Sri Lanka. El terreno que ocupa la Casa de Formación para seminaristas fue cedido por el Concejo Municipal y aprobado por el Departamento Ejecutivo. Además del templo y el seminario: Ignacio comparte sus sanaciones, los consultorios médicos, una revista en español e inglés, una página web, torneos de fútbol y encuentros polideportivos.
La popularidad y la importancia del padre Ignacio crecieron con el devenir y las vicisitudes de los años noventa. Después de los saqueos de mayo de 1989 su figura de cura «sanador» fue propagándose. Desde el Vaticano comenzaba a alentarse a los sacerdotes carismáticos con el fin de renovar la convocatoria de la iglesia católica romana en el mundo. En el año 2000 Ignacio Peries y otros integrantes de la Cruzada del Espíritu fueron acogidos por Juan Pablo II. En la provincia de Santa Fe- década del ’90 mediante- la pobreza y la desocupación se multiplicaban por tres.
Canal Tres, Multicanal y La Capital (Vila-Manzano) estimulan la masividad del padre Ignacio. La relación amistosa entre Ignacio Peries y el ex intendente de Rosario durante la dictadura militar de 1971 se expresa en su espacio dominical y la transmisión televisiva de cada paso u acto del religioso carismático. Así como Alberto Gollán (propietario de Canal Tres y Radio Dos) apostó por Viola en 1981; desde hace varios años se juega por Menem, Reutemann y el padre Ignacio.
Entre 1990 y 2001 los Aportes del Tesoro de la Nación (ATN) que arribaron a Santa Fe fueron de 98, 5 millones de dólares. Los ATN «fueron 2.800 millones de pesos que se fueron en corrupción. Son los que faltan en los estómagos de muchos argentinos», subrayó Elisa Carrió en mayo de 2002. Según un estudio de los ATN entregados en Santa Fe: el 7 de octubre de 1997 la Parroquia Natividad del Señor recibió 15.000 dólares. Otros datos registrados señalan que la «Obra» del padre Ignacio obtuvo 15.000 dólares más durante 1997. Asimismo, una auditoria externa del Ministerio del Interior del año 2000 determinó que los «ATN se convirtieron en subsidios no reintegrables sin cargo de rendir cuentas… siendo exclusivamente políticos los factores que en ultima instancia ha definido su distribución…». Los ATN destinados a parroquias, organizaciones católicas y hasta los Arzobispados santafesinos rondan los 340.000 pesos entre 1990 y 2001. Los ministros menemistas que se destacaron por el empleo «clientelar» de los ATN fueron: Bauza, Béliz, Corach y su hijo, Manzano, Mera Figueroa y Ruckauf.
La fe y los mercaderes se entrecruzaron y se confundieron desde los comienzos de la (pre)historia. «Tendría que ir el padre Ignacio como candidato», bromeó alguna vez Carlos Reutemann. Humorada nada descabellada si se razona sobre qué intereses defienden las democracias del presente.
Con las donaciones de los pequeños y grandes mercaderes: la «Obra» del Padre Ignacio ha conseguido cultivar la paciencia y la resignación individual y social. El pastor de las almas sosegadas ha cumplido con lo que su Dios y sus representantes terrenales le han solicitado. «Docilidad para los desposeídos y poder y dinero para los mercaderes. De eso se trata: rezar y rezar para que nada cambie. Total, Ignacio nos salvará». Y no es puro cuento.
Editorial Programa Contrapuntos
Sábado 6 de octubre de 2004