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Fondos de Pensiones

imponer los términos es la clave de la discusión

Fuentes: Noticias del Sur

La clave del debate acerca del proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo al Congreso de la Nación para la estatización del sistema previsional por capitalización estará dado en gran medida por los términos en los que se instale la discusión. El conflicto con el campo debe haber dejado en el Gobierno la sensación […]

La clave del debate acerca del proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo al Congreso de la Nación para la estatización del sistema previsional por capitalización estará dado en gran medida por los términos en los que se instale la discusión. El conflicto con el campo debe haber dejado en el Gobierno la sensación de que es mejor empezar una discusión imponiendo los términos propios en los que se quiere discutir. Si todas las cosas depende del cristal con el que se lo mire, también es muy cierta la idea de que hay diversas formas, incluso, de sostener un mismo cristal.

Hay algo que describe a este Gobierno, y en lo que están de acuerdo opositores y oficialistas: el proyecto político gubernamental no aborda las temáticas problematizadas socialmente desde los medios de comunicación o por un sector social determinado. El abordaje de un problema, su resolución a través de la implantación de una política pública, obedece a la lectura política de la realidad que hace «la mesa chica» del kirchnerismo. Para algunos, esta es una debilidad en tanto que excluye sectores que bien podrían estar insertos, y aisla a las bases que se ven obligadas a reaccionar de acuerdo a lo que viene de arriba, generando un estado latente de incertidumbre; para otros, esto es una virtud, en la medida en que no se ata el proyecto político a los intereses representados por los medios de comunicación.

La oposición al proyecto de pasar a un sistema de reparto, salió en los últimos días a intentar vincular la medida con una necesidad del Gobierno de «hacer caja», en una maniobra que desnuda la incapacidad de discutir el proyecto en sí, más que por su supuesta, futura y por lo tanto incomprobable utilización como medio de financiación de campañas electorales. El control bicameral que se establece en el proyecto para el control de dichos fondos, deja en manos de esa misma oposición la tarea de controlar que aquello no ocurra, dejando la sensación que algunos sectores se oponen al proyecto arguyendo su propia incapacidad de control como fuerza opositora. La gran fortaleza de la oposición, tanto en este tema como en lo que fue el lock-out agropecuario, es su acceso irrestricto y amable a los grandes medios de comunicación ligados a esos mismos negocios. Los diarios del domingo estuvieron repletos de voces que sobrerrepresentaron la posición que sostiene la necesidad de persistir en un sistema de capitalización. Sin embargo, no deja de ser llamativa la apelación, por ejemplo, a un video sacado de contexto de Juan Domingo Perón, el mismo que extendió como ninguno la seguridad social, para hacerle decir por medio de la edición que se hubiese opuesto a la estatización de las AFJP. La apelación a semejante recurso es, apenas, un síntoma de que el verdadero manotazo de ahogado viene de este sector, incapaz de desarrollar un discurso coherente entre la oposición sistemática al Gobierno y las necesidades de los trabajadores de estar cubiertos en su retiro. El gran defecto de la oposición, eventualmente, es la incapacidad de generar un sujeto-víctima tal como se construyó la idea de «pequeño productor» para oponerse a la resolución 125. De esa manera, la opinión pública no encuentra en las figuras vinculadas al sistema de capitalización un referente que sea visto como «el hombre común» y posiblemente tampoco lo encuentre hacia el futuro. El «pequeño y mediano dueño de AFJP», probablemente no sea un sujeto social existente que la opinión pública esté dispuesto a defender. De la misma manera, al no contar con un sujeto-víctima, la dispersión propia de la mediatización del discurso político ha sido incapaz de generar un portavoz general de las AFJP capaz de convertirse en la referencia para los medios de comunicación.

Si no quiere volver a sufrir otra derrota política a corto plazo que repercutiría ya no sólo de cara a las elecciones de 2009 sino también en lo que resta de gobierno hasta el 2011, el Gobierno debe tener en cuenta los coletazos de la derrota en el conflicto con el campo. Decíamos que la clave está en la imposición de los términos de la discusión. A la idea de que se trata de un simple «manotazo de ahogado», la estrategia del oficialismo deberá volcarse a demostrar el fracaso de las promesas del sistema de capitalización. La discusión ideológica, respecto de la individualización por sobre la solidaridad, es absolutamente interesante y necesaria. Pero posiblemente los abreviados tiempos de la discusión mediática no den para tanto. Es por eso que el enfoque debe ser la demostración del fracaso del sistema tal como está planteado. Los números y las realidades están disponibles para el sostenimiento del discurso: las AFJP cobraron comisiones del 30% para garantizar un derecho que, convertido en servicio y el sujeto en cliente, termina atado a los vaivenes de las apuestas financieras. Así, las sucesivas crisis de mercados, dieron como resultado que el 41% de los afiliados a AFJP necesiten del Estado para cobrar una jubilación mínima. Al ser un derecho inalienable garantizado por la Constitución, el Estado debió desembolsar este año 4000 millones de pesos en rescates a jubilados que no obtuvieron respuestas de sus AFJP, una cifra que subirá 50% en cinco años. (1)

Encontramos aquí el primer ejemplo de muchos más que generan un sistema previsional perverso. Y es ese el camino que debe tomarse para crear un nuevo dispositivo de relaciones sociales basadas en la solidaridad. Sin embargo, el camino a recorrer es lo suficientemente arduo como para discutir en los términos de individualización patrimonial o sistema solidario. La oposición al proyecto, anclada en los dispositivos mediáticos, ha arremetido contra esta medida con todo el arsenal de impacto que posee. Pero posiblemente no sea tan sencillo políticamente salir a defender un sistema perverso que excluye constantemente a sus propios afiliados. Esta medida impulsada por el Gobierno puede servir, también, como un tamiz que separe a aquéllos dispuestos a consolidarse como una oposición seria capaz de debatir un proyecto nacional necesario para el país, de otra oposición cuya única característica es la sistematicidad en la toma de posición contraria a los dichos y hechos del Poder Ejecutivo.

1- David Cufré. «Crecen las pérdidas para los afiliados a las AFJP». Página/12. 26/10/08. http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-114019-2008-10-26.html