La recta final de la campaña para las elecciones legislativas se caracterizó por la polarización entre la alianza de gobierno -Cambiemos- y la oposición, liderada por Cristina Fernández de Kirchner -CFK-, La polarización construida desde la estrategia comunicacional de Cambiemos, en consonancia con la gestión gubernamental, combina el asedio mediático con actuaciones del Poder Judicial […]
La recta final de la campaña para las elecciones legislativas se caracterizó por la polarización entre la alianza de gobierno -Cambiemos- y la oposición, liderada por Cristina Fernández de Kirchner -CFK-, La polarización construida desde la estrategia comunicacional de Cambiemos, en consonancia con la gestión gubernamental, combina el asedio mediático con actuaciones del Poder Judicial y el uso de millonarios recursos estatales al servicio de la campaña en los territorios, especialmente en la provincia de Buenos Aires. El oficialismo construyó un «efecto teflón» para impedir el impacto negativo que podían tener sobre la campaña temas incómodos como la desaparición forzada de Santiago Maldonado, las violaciones a los derechos humanos de la diputada al Parlasur, Milagro Sala, y el anuncio de tres reformas regresivas sobre el régimen laboral, el sistema de salud y el sistema educativo, en consolidando el modelo neoliberal.
Frente a este contexto de polarización y de shock neoliberal/represivo, la campaña se ha tornado vertiginosa y con un nivel de expectativa superior a las definiciones de la renovación de las 127 bancas de diputados y 24 senadores. Según todos los datos consultados, el gobierno pretende imponerse en las provincias para tener cierta holgura política -aunque difícilmente logrará mayoría absoluta en el Congreso- que le permita acelerar el actual gradualismo del ajuste económico en consonancia con su proyecto económico y, a su vez, liquidar cualquier posibilidad de agrupación de la oposición.
Las encuestas y el foco en la elección bonaerense
Según todos los sondeos estadísticos existe una diferencia de cuatro (4) puntos que favorecen a la alianza Cambiemos en la provincia de Buenos Aires, el distrito electoral más grande del país, por encima de la Unidad Ciudadana liderada por la expresidenta Cristina Fernández [1]. En las demás provincias las tendencias se mantienen cercanas a los resultados de las Primarias Abiertas y Obligatorias-PASO, realizadas en el mes de agosto. Ciertamente, los resultados en las provinciales han pasado a segundo plano y la gran disputa se ha centrado en Buenos Aires.
El gobierno se ha esforzado para aumentar los recursos disponibles para la campaña de Esteban Bullrich. Al día de hoy, Cambiemos ha reportado el gasto de 70 millones de pesos (4 millones de dólares aproximadamente) en la provincia de Buenos Aires, un monto que triplica los gastos de la campaña de Unidad Ciudadana [2]. Esto sin contar con el dinero gastado por la gobernadora María Eugenia Vidal en los acuerdos de «paz social» y del propio gobierno nacional en función de garantizar un triunfo en la elección, gastos no reportados y utilizados en transferencias estatales hacía las intendencias municipales y subsidios a empresas privadas, entre otras.
En el contexto actual, las encuestadoras González y Valladares; Management & Fit; Rouvier; Circuitos; Poliarquía; Sinopsys; Taquion y Opinaia, han realizado sondeos que ponen como techo electoral para Esteban Bullrich-Cambiemos en el 40% y el de CFK-Unidad Ciudadana en el 37%. Sin embargo, de acuerdo a lo informado por los encuestadores, el margen de error en las metodologías implementadas es del 5% y el nivel de confianza de la muestra es del 95%, lo cual indica un empate técnico a resolverse el domingo. El factor clave de la disputa electoral lo constituye el comportamiento de los indecisos y de electores hasta hoy decididos por Sergio Massa de 1País (12 a 15%) o Florencio Randazzo de Cambiar-Partido Justicialista (4 a 6%), quienes pueden cambiar su elección al momento de votar, empujados por la polarización o por los últimos hechos políticos de la semana.
En el cálculo que realizan los medios de comunicación y distintas consultoras, la alianza cambiemos sumará entre 98 y 104 diputados nacionales, entre 12 y 18 escaños más de los 86 que tiene actualmente, sumando las bancas de la UCR, el PRO y la Coalición Cívica. En senadores calculan que Cambiemos tendrá entre 22 y 26 bancas, superando las 17 que posee en la actualidad. Del lado opositor, Unidad Ciudadana aspira a mantener las 71 bancas con las que cuenta al momento, mientras que en el Senado no espera obtener menos de 30 bancas -al momento cuenta con 38 curules- [3]. Una tendencia que dejaría victorioso en lo simbólico a Cambiemos, aunque en concreto no logre mayorías absolutas ni en la Cámara de Diputados, ni en la de Senadores. Seguirá siendo la primera minoría del Congreso y teniendo que pactar con el Partido Justicialista desligado de CFK, y con el partido de Sergio Massa.
La apuesta por el «efecto teflón»
El gobierno, apoyado por los medios de comunicación, está apostando a generar un «efecto teflón» con el objetivo de blindarse de las secuelas negativas de su política económica y social, y también de los desatinos de los principales referentes de Cambiemos. En las últimas semanas el Gobierno ha anunciado una reforma laboral, que en palabras del presidente Macri debe ser liderada por los empresarios, a quienes les recordó que: «tienen la responsabilidad de crear. Asuman su liderazgo, pero de verdad. No podemos aceptar más la extorsión» [4]; de la misma manera que anunció una reforma al sistema de salud pública con ribetes de recorte de derechos, anunciada sin muchos detalles [5], y la reforma educativa como paso siguiente al ambiente creado a comienzo de año con el pulso librado contra la Central de Trabajadores de la Educación [6].
Los datos favorables de las encuestas que dan ganador a la alianza Cambiemos en Ciudad de Buenos Aires, Mendoza, Entre Ríos, La Pampa, Provincia de Buenos Aires y Córdoba pueden explicarse porque el anuncio de las reformas es deslizado como en un teflón sin incidir en la elección ciudadana -en parte gracias al blindaje mediático-, sumado a una millonaria dosis de recursos económicos en la campaña y a la conexión con un sentido común acorde con las expectativas de ascenso social. El discurso de Cambiemos es resumido por Macri como la necesidad de «salir de este modelo de resignación, donde la gente sólo podía aspirar a un empleo público como forma de subsidio encubierto del desempleo», llamando a que la gente por sí misma emprenda y se haga cargo de su futuro.
Ante esta situación, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el espacio de Unidad Ciudadana, empezaron a resaltar en la recta final planteos centrados en la defensa del trabajo, de los derechos adquiridos por la ciudadanía y de algunos sesgos retóricos no utilizados en el tramo anterior de la campaña, vinculados a la tradición peronista y la lealtad del voto.
Con los medios de comunicación a favor, con el empresariado pidiendo celeridad en las reformas neoliberales, con mucho dinero oficialista en la campaña y con un espacio opositor dividido, el gobierno tiene el viento a favor. Los efectos negativos de sus políticas logran filtrarse sin afectar la performance electoral de Cambiemos.
Un cierre de campaña de terror
Los hechos de esta última semana no se podrán ponderar en ninguna encuesta y sus efectos sólo podrán ser corroborados el mismo domingo de la elección. En cuanto al accionar del Poder Judicial, a tan sólo seis días de las elecciones, el excanciller, Hector Timerman, fue llamado a declarar por el acuerdo de cooperación impulsado entre Argentina e Irán para aclarar los hechos luctuosos ocurridos en 1993, con el atentado a la Mutual judía AMIA [7]. Una causa con poco sustento, en cuanto el mencionado acuerdo nunca entró en funcionamiento, y tenía como motivación la búsqueda de la verdad de un hecho ocurrido hace 24 años.
Los jueces también se expidieron contra el exministro de infraestructura y diputado nacional Julio de Vido, exigiendo la encarcelación y el levantamiento del fuero parlamentario. Asimismo, trasladaron a la cárcel a la diputada del Parlamento del Sur, Milagro Sala, acabando con su prisión domiciliaria y negando las medidas cautelares de la CIDH a favor de la diputada.
Por último, los referentes de Cambiemos decidieron unánimemente minimizar o desviar la atención sobre el caso Santiago Maldonado, el joven desaparecido el 1 de agosto durante un operativo de Gendarmería contra la comunidad Mapuche ubicada en territorio ancestral de la Patagonia. A 78 días de su desaparición y con el hallazgo de un cuerpo en el río Chubut que presuntamente podría pertenecer al joven, el relato oficialista ha sido desacreditado. No es posible saber con certeza si el aparente efecto teflón favorecerá a Elisa Carrió respecto de sus declaraciones contra la dignidad de Santiago Maldonado y su familia [8]. Sin embargo, diversas encuestas anónimas -atribuidas al Gobierno- en formato telefónico y automático, comenzaron a circular este jueves, a menos de 72 horas de las elecciones del domingo 22 de octubre. El objetivo del sondeo es evaluar el impacto electoral de un tema que ocupa los primeros lugares en la agenda informativa [9]. Dos temas sensibles que no pueden interpretarse con frialdad en el análisis electoral, y que seguro corresponderá al debate público sobre el estado de la democracia Argentina a partir del retorno del Estado represor y gendarme.
Quedan claras, eso sí, las alianzas del gobierno trascendentes del armado político de Cambiemos, organizadas en torno al Poder Judicial, al empresariado y a los cuerpos de seguridad, quienes han participado a su manera en la campaña electoral.
Notas:
[1] https://www.infobae.com/
[2] http://www.lanacion.com.
[3] https://www.infobae.com/
[4] http://www.lanacion.com.
[5] https://www.infobae.com/
[6] http://www.lanacion.com.
[7] https://www.pagina12.com.
[8] http://www.perfil.com/
[9] http://www.eldestapeweb.
Javier Calderón y Bárbara Ester son investigandores del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG)
@javiercc21 @barbaraestereo
Fuente: http://www.celag.org/
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