En Argentina, país que se ha visto sacudido por crisis y tormentas permanentes, la pobreza y la marginación constituyen realidades que deben ser reflejadas en los medios de comunicación. Sin embargo, cada una de las consecuencias del modelo neoliberal parecen mostrarse de una manera interesada e incompleta. Primero hay que tener un cuenta las distintos […]
En Argentina, país que se ha visto sacudido por crisis y tormentas permanentes, la pobreza y la marginación constituyen realidades que deben ser reflejadas en los medios de comunicación. Sin embargo, cada una de las consecuencias del modelo neoliberal parecen mostrarse de una manera interesada e incompleta. Primero hay que tener un cuenta las distintos niveles que existen en referencia a los efectos del capitalismo de mercado salvaje. Segundo, que en todo el marco de las desigualdades causadas por políticas de exclusión deben traducirse a un análisis que abarque la América entera. Tercero, las clases políticas que más chances tienen de llegar al poder en Argentina son aquellas que políticamente ofrecen un discurso netamente conservador hacia la derecha.
Todos estos niveles pueden notarse en la pobreza, la miseria, la marginación económica, la indigencia, la marginalidad socio cultural, la discriminación política y racial así como también la ignorancia, la mediocridad macro social y el individualismo. La pobreza abarca el conformismo derrotista acerca de la discursividad de la clase política. Los dirigentes políticos piensan que «pobres hubo siempre» por eso «no hay nada que hacer». Ese es el mismo discurso que profesa la mayor parte de la sociedad argentina, consciente o inconscientemente. Esto se debe a que la clase política emerge de la sociedad. O mejor dicho, cada dirigente político surge de la misma sociedad a la que piensa «conducir», supuestamente. Por eso, ese derrotismo conduce a la dificultad en la opinión pública argentina para entender o aprehender la idea que se tiene de las desigualdades que existen.
Se tiene muy poca idea del grado de desigualdades que existe. Cada concepto, entre ellos el de la pobreza, posee una característica que vale la pena pensar por separado. Preguntarnos acerca de cada uno de los conceptos que se refieren a las injusticias sociales nos da un marco mucho más amplio que las crónicas que los medios masivos hacen de compromiso.
Las clases políticas que tienen más chance de llegar al poder no se plantean de ninguna manera la solución de cada uno de los rasgos de la injusticia. Mientras el gobierno encabezado por Nestor Kirchner practica una política económica de pilóto automático mezclada con una discursividad progresista, la oposición expuesta en los grandes medios demuestra que le interesa muy poco el hambre de millones de personas.
Además, y esto es lo más grave en definitiva, los economistas que vienen a representar el eje de las candidaturas presidenciales utilizan categorías económicas poco cercanas a la solución de los problemas de base. Hablan del dólar alto o bajo, de las inversiones, de la políticas con el Fondo Monetario Internacional, del crecimiento sustentable. Todo eso, mientras la sociedad que camina angustiada por las calles buscando una esperanza observa políticos y empresarios sonriendo. Para la campaña.
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Ariel Mayo es Licenciado en Periodismo de la Universidad de Lomas de Zamora