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El experimento económico que está empujando a los argentinos al límite

La clase media vive de prestado

Fuentes: Rebelión

La Argentina de hoy tiene una verdad incómoda que ya no puede maquillarse: la clase media, históricamente el corazón del país, está sobreviviendo a fuerza de deudas y ahorros que se evaporan. Y lejos de ser un accidente, es el resultado directo de una política económica que deliberadamente la deja sin aire.

En los últimos meses, los estudios privados construidos sobre los datos oficiales empezaron a mostrar una foto inquietante: casi la mitad de los hogares necesita algún tipo de maniobra financiera para completar el mes, pero entre quienes integran los ingresos medios, el número trepa más allá de la mayoría absoluta. Esa tendencia es nueva, profunda y revela algo más grande que una simple coyuntura: un quiebre en el pacto social básico.

El golpe principal proviene de un factor tan silencioso como devastador: el salto brutal del costo de los servicios públicos. Hace dos años representaban apenas una fracción menor del ingreso familiar. Hoy se comen más de una décima parte del salario promedio. Es decir, el Estado retiró la red y la caída la pagan siempre los mismos: quienes aún trabajan, producen y sostienen la rueda económica.

Esa presión creciente se traduce en conductas que antes eran excepcionales y ahora se vuelven rutina.

Primero, el drenaje de ahorros: cuatro de cada diez hogares de ingresos medios ya queman lo que tenían reservado para imprevistos, estudios o vacaciones.

Después, la venta de bienes personales: un porcentaje creciente liquida lo que encuentra a mano para no retroceder aún más en su nivel de vida.
Y finalmente, el endeudamiento crudo: un cuarto de las familias recurre a préstamos, adelantos o favores para cerrar la ecuación del mes. En el segmento medio, la deuda bancaria ya duplica a la de los sectores más vulnerables.

Todo esto ocurre en un contexto financiero que parece escrito por un guionista distópico: la morosidad familiar alcanzó su pico más alto en más de 15 años, y lo hizo en tiempo récord. En apenas unos meses, las familias pasaron de un nivel manejable de atrasos a una situación explosiva, alimentada por la caída del salario real, el encarecimiento del crédito y un modelo económico que apuesta al ajuste como única brújula.

La metáfora es inevitable: la clase media argentina es un equilibrista caminando sobre una cuerda cada vez más fina, mientras desde abajo le serruchan el soporte. Y cuando cae la clase media, no cae sola: arrastra al consumo, a las pymes, a la movilidad social, a la esperanza de futuro.

La pregunta es si vamos a seguir naturalizando que “llegar a fin de mes” sea un deporte extremo o si estamos dispuestos a reconstruir un modelo que devuelva previsibilidad, salario real y dignidad económica.

La Argentina ya probó la receta del ajuste sin desarrollo y siempre termina igual: con más familias asfixiadas y menos país. Es hora de recuperar una idea simple y profundamente peronista: una economía que funciona es una economía donde la gente vive, no sobrevive.

Fuentes:

https://www.eldestapeweb.com/economia/crisis-economica/el-53-de-la-clase-media-debe-endeudarse-o-gastar-ahorros-para-llegar-a-fin-de-mes-2025127164510

https://www.ambito.com/economia/el-53-la-clase-media-tuvo-que-gastar-ahorros-o-endeudarse-llegar-fin-mes-n6221845

Nicolas Schamne

www.atom.bio/schamnenicolas

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.