Llevamos casi 100 días de conflicto intra clase entre Ruralistas y Gobierno y los más perjudicados, los que están pagando los platos rotos, los trabajadores, siguen expectantes sin intervenir aun en el conflicto. Suben los combustibles, los alimentos, la vestimenta, los bienes esenciales para subsistir, sin embargo la clase obrera parece adormecida. La explicación principal: […]
Llevamos casi 100 días de conflicto intra clase entre Ruralistas y Gobierno y los más perjudicados, los que están pagando los platos rotos, los trabajadores, siguen expectantes sin intervenir aun en el conflicto.
Suben los combustibles, los alimentos, la vestimenta, los bienes esenciales para subsistir, sin embargo la clase obrera parece adormecida. La explicación principal: no existe aun la herramienta que represente los intereses de la clase trabajadora , no existe aun la organización que levante las banderas de la clase.
Desde el Gobierno se agitan discursos «setentistas», con la firme intención de hacernos creer que, se esta buscando distribuir la riqueza. Los trabajadores vemos que lo único de «setentista» que tiene este Gobierno, son las patotas sindicales que a fuerza de palos y cadenas se imponen en las calles . No se habla de los trabajadores rurales, de la vigencia de la Ley 22.248, de la corrupción de la UATRE, del aumento del combustible, de los salarios estancados de todos los trabajadores argentinos, de la vigencia de los grupos parapoliciales que, entre otras tareas, desaparecieron a Julio López .
Desde el Campo se agitan discursos federalistas . Pero los promotores son viejos personajes de la política como el matrimonio Duhalde, Carrio, Macri, instituciones sectoriales como la Sociedad Rural, grupos empresariales vinculados abiertamente con la derecha como el Diario La Nación, Diario Clarín . Este sector tampoco habla ni ofrece una solución a sus empleados directos: los trabajadores rurales; jamás se ha solidarizado con un reclamo obrero, es más, estos sectores fueron los principales instigadores de la represión a los cortes de ruta realizados por trabajadores ocupados y desocupados a partir de 1996 en adelante.
Pareciera que hay sólo dos posiciones: Campo o Gobierno. Pero esto no es así. La voz de los trabajadores, ocupados y desocupados, no se ha escuchado aún. No debemos dejarnos engañar por los diferentes medios de prensa y personajes políticos y sindicales que sostienen que tenemos que estar con el Campo o con el Gobierno.
Cada vez se torna más imprescindible, crear la herramienta que represente los intereses de la clase obrera. Esta es nuestra tarea inmediata.