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La cultura le dice no (tanto) a los buitres

Fuentes: Rebelión

La declaración/solicitada que impulsan la llamada «coordinación de Carta Abierta» junto a sectores de la cultura denuncia las componendas del sistema financiero internacional con el judicial, a raíz del fallo del juez Griesa sobre los hold outs (o «fondos buitre»), avalado por la Corte suprema de EE.UU. Pero hasta ahí llega la cosa. Porque cada […]

La declaración/solicitada que impulsan la llamada «coordinación de Carta Abierta» junto a sectores de la cultura denuncia las componendas del sistema financiero internacional con el judicial, a raíz del fallo del juez Griesa sobre los hold outs (o «fondos buitre»), avalado por la Corte suprema de EE.UU. Pero hasta ahí llega la cosa. Porque cada párrafo escrito se transforma -para decirlo con una frase célebre- en una contradicción andante, al proclamar como una necesidad «hacer escuchar la voz de los castigados, de los vulnerados, en esta deplorable muestra de explotación de los más débiles», «quienes [están] dispuestos a pagar sumas razonables[?] por deudas pasadas[?] e injustamente adquiridas[!?]». Es decir, se habla acá no de la mitad de la clase trabajadora del país, que cobra míseros 4500 pesos mensuales, de los pobres jubilados, de los peones rurales súperexplotados o de los pueblos originarios. Se habla aquí, por supuestos «castigados» y «vulnerados»… del gobierno nacional: del mismo que ha pagado, religiosamente, cada año, la deuda -«pasada e injustamente adquirida»-. El «castigo a nuestra Patria» de esta «decisión maléfica» judicial no sería, entonces, nada comparado con el «pago serial» al 93% de los buitres que sí aceptaron el «canje de deuda» del kirchnerismo y cobraron (y cobran) millones todo estos años: 173 mil millones de dólares, como informó la misma presidenta. ¿¡Y a esto pretenden llamarlo «reconstruirnos con autonomía»!?

Carta Abierta y sectores de la cultura nos llaman a apoyar una supuesta «contundente y responsable respuesta de nuestro Gobierno Nacional», «a ganar los espacios públicos, las calles, los Sindicatos, las Universidades, los más diversos ámbitos donde circula la creación cultural», para que el gobierno negocie… cómo pagar. Hablan de «políticas de ajuste y retroceso social» como planes a futuro de la oposición burguesa… pero nada dicen del duro ajuste que hizo la devaluación de enero el kirchnerismo, ni el retroceso social que significa la alta inflación, del 40% anual, que se complementa (para que los empresarios se la sigan llevando en pala -CFK dixit-) con los «techos» salariales del 30% que impuso en muchísimos gremios la burocracia sindical.

La solicitada admite que el kirchnerismo «cumple con deudas injustas de casino», transmutando esta realidad, de «cultura» de pago a todos los buitres (como dijimos: al 93% al que se le viene pagando, y ahora a quienes quedaron fuera y siguen litigando legalmente) en una supuesta «histórica defensa de los intereses nacionales»(?!). ¿Acaso puede haber algo más neoliberal que pagarles a todos, a los buitres que no enjuician y a los que sí? La política del kirchnerismo, matices más matices menos, es la misma que la de toda la oposición patronal: pagar. No le dice -como nos quiere hacer creer la declaración- «no» a los buitres del capital financiero; sino: «no tanto»… ¿Hablamos entonces de alguna clase de «cultura» de (mala, cipaya) negociación?

Ante esto, la política del PTS en el Frente de Izquierda consiste en repudiar la deuda -al igual que los pagos y negociados K con el Club de París y Repsol- y propone no pagarla: una medida elemental de verdadera soberanía nacional. Al mismo tiempo, se propone una consulta popular vinculante, para que el pueblo decida soberanamente qué hacer con la deuda. Y la movilización nacional (y continental) de los trabajadores y el pueblo como única forma de comenzar a terminar con el flagelo y la dominación imperialista.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.