El carácter prodigio de la geografía argentina ha dado una dotación plena de recursos naturales energéticos que bajo el actual contexto bélico se han convertido en la insignia estratégica del desarrollo del país.
En cuestión la consolidación del Proyecto Gasoducto Néstor Kirchner desde su primera etapa de autoabastecimiento interno y luego su incorporación al mercado energético externo señala un horizonte promisorio a mediano plazo pues no solo se podrá generar un importante ahorro y la obtención de divisas por su comercializacion, sino que también posibilita contar con energía propia para profundizar el proceso de sustitución de importaciones que incentiva la producción y el empleo.
Las tendencias mundiales indican que hasta los mismos países desarrollados incentivan cada vez mas la producción y el autoabastecimiento local en desmedro del intercambio comercial fuertemente debilitado por el llamado fin de la Globalización y de la presencia de un actor geoeconómico relevante como lo es China convertida en la gran factoría mundial.
El transporte del recurso es otro de los factores en juego dado que puede redimir grandes economías de escala aligerando el precio final de consumo interior sumado a la reciente adecuación tarifaria para identificar sectores sociales realmente vulnerables y de otros que por su poder adquisitivo pueden solventar otro tipo de tarifas.
Igualmente, ninguna de ellas podrá ser equiparada con el cuadro tarifario vigente y futuro que sufren casi todo el continente europeo donde ya se denomina a gran parte de su población como de » pobreza energética » al tener que direccionar el 10 % de su ingreso personal a la cancelación de sus facturas.
Asimismo, siendo la energía el pívot geopolítico del Siglo XXI su estimulo vía otras fuentes que son proclives a la Argentina deben ser estimuladas al mismo tiempo tales como la solar de gran desarrollo en el Noroeste Argentino, la eólica fuertemente presente en la Patagonia y re significar los viejos proyectos mareo motrices en las costas de la Provincia de Chubut.
Todas ellas son de carácter ecológico o denominadas como «energías limpias » que pueden abastecer la demanda urbana residencial reservándose la energía fósil para el desarrollo industrial o el consumo de combustibles.
Es de destacar que una de las principales fuentes energéticas es el ahorro de las mismas por lo que a pesar de nuestro abundante patrimonio se debería reforzar una fuerte campaña educativa al respecto para toda la población.
Los actuales y futuros procesos de regionalizacion dependen de la consolidación de una fuerte matriz energética y de su transporte al interior del país y de la region lo que puede posicionar al Sur Continente como un espacio tanto productivo como de consumo que establezca un flujo económico positivo y desde allí equiparar las todavía asimetrías sociales que presenta.
Si bien la presencia de la inversión es relevante y también el manejo del recurso por parte del capital extranjero se deben llevar adelante negociaciones y compromisos que tiendan a revertir el flujo negativo en materia de la salida del excedente.
La necesaria re inversión in situ propiciando la generación de un fuerte mercado interno será quizás uno de los mayores desafíos para los próximos mandatarios regionales aun que ellos presenten fuertes matices ideológicos se debe llevar adelante un acuerdo común que beneficie al conjunto limitando los ya conocidos apetitos foráneos.
La América del Sur es denominada como el ultimo espacio a desarrollarse y por ello los intereses de fuertes actores mundiales como lo son los EEUU, China o Rusia que demandan no solo energía sino alimentos y espacio para sus propios habitantes.
La Crisis Ambiental esta afectando fuertemente al Viejo Continente y a Norteamérica siendo sus consecuencias la perdida de biodiversidad, capacidad agrícola, abastecimiento de agua potable y la posibilidad de generar energía vía centrales hidroeléctricas por la presente sequía récord de sus ríos.
Nos conducimos a lo que en la jerga se conoce como «La guerra por los recursos».
Ezequiel Beer. Geógrafo UBA. Analista Político
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