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El gobierno no ha respondido por el momento a las demandas de los reclusos

La huelga de hambre de once presos indígenas dura ya más de un mes

Fuentes: Diagonal

Desde el 29 de septiembre, nueve presos y una presa llevan a cabo protestas para exigir el respeto a sus derechos en las prisiones del estado de Chiapas. Frente a la catedral de San Cristóbal de las Casas, en una plaza tomada decenas de veces por los zapatistas y por sus simpatizantes, una pequeña carpa […]

Desde el 29 de septiembre, nueve presos y una presa llevan a cabo protestas para exigir el respeto a sus derechos en las prisiones del estado de Chiapas.

Frente a la catedral de San Cristóbal de las Casas, en una plaza tomada decenas de veces por los zapatistas y por sus simpatizantes, una pequeña carpa cobija a los familiares de los presos políticos en huelga de hambre. Son días de lluvia y frío en esta ciudad de Los Altos de Chiapas. En la madrugada, la temperatura marca bajo cero y ahí, en un rudimentario campamento, protestan las esposas, madres, hijos y demás familiares de los once presos políticos que el 29 de septiembre comenzaron un ayuno para protestar contra las condiciones en las que viven en el interior de las prisiones.

Torturas, testigos falsos, detenciones arbitrarias, falta de traductores en los juicios y un sinfín de irregularidades están presentes en los procesos de cientos de indígenas encarcelados en Chiapas. De resultas de las protestas, Alberto Patishtán Gómez, uno de los líderes indígenas más notables de la huelga de hambre y, sobre todo, de la organización política de los internos, fue trasladado por sorpresa a una prisión federal ubicada a 2.000 kilómetros de distancia, en el estado de Sinaloa.

Patishtán es un indígena tzotzil, activista por los derechos humanos, que se enfrenta una sentencia de 60 años, y uno de los presos políticos más antiguos en el país. En el pasado contribuyó a organizar la resistencia en las cárceles y participó con la Voz del Amate en una huelga de hambre de más de 40 presos en diversas cárceles de Chiapas, quienes después de 41 días y en condiciones deplorables, salieron en libertad. Todos excepto Patishtán.

El traslado de este profesor ha sido repudiado por diferentes sectores de la sociedad civil y organismos de derechos humanos, tales como Amnistía Internacional, organización que señaló en un comunicado que se trata de «una represalia por su activo papel en la huelga de hambre y en las reivindicaciones por el respeto a los derechos humanos por parte de los presos».

Hasta el momento no se sabe nada de las condiciones en las que se encuentra el profesor Patishtán, pero los diez internos en Chiapas (ocho en San Cristóbal de las Casas, uno en Motozintla y otro en Cintalapa) continúan la huelga. Un mes después de que diera comienzo la huelga de hambre y el ayuno, las organizaciones Voz del Amate, Solidarios de la Voz del Amate y Voces Inocentes reportan que el estado de salud de los huelguistas es complicado y ya presentan fuertes dolores de cabeza, vista nublada, mareos, dolores de huesos y debilidad general.

El 8 de octubre, unos días después de que los diez presos comenzaran la huelga de hambre y el ayuno, sus familiares provenientes de Chamula, Mitontic, Tenejapa, Chenalhó, El Bosque y San Cristóbal se apostaron en precarias condiciones en la plaza central. Durante las primeras semanas fueron hostigados por la «mala imagen» que daban a una ciudad que se ha convertido en el paraíso de los turistas.

El Ayuntamiento local intentó desalojarlos, pero no pudo y ahí siguen, a la intemperie, cobijados por las palabras de los cientos de personas que se acercan a ellos durante el día, mientras el último reporte médico señala que los huelguistas padecen visión borrosa, pulso débil, intolerancias alimentarias y dificultad para mantenerse en pie o caminar distancias cortas. Organización de los presos

No es casual que el 1 de enero de 1994, una de las primeras acciones del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) fuera abrir las cárceles de Chiapas y liberar a los presos, la mayor parte de ellos indígenas y la inmensa mayoría inocentes, acusados en procesos irregulares por un sistema plagado de injusticias y discriminaciones por motivos de raza.

Las condiciones de injusticia en el Estado no han cambiado, pero lo que sí se ha modificado es la organización de los presos en las cárceles, muchos de ellos sin actividad política previa que, gracias a la influencia del zapatismo, han conformado diversas organizaciones en el interior de los penales, tales como la Voz del Amate, Voces Inocentes y Solidarios de la Voz del Amate, todas pertenecientes a La Otra Campaña, iniciativa política impulsada por el EZLN en 2005.

Solidaridad internacional

La situación de emergencia ha motivado la movilización de diversos sectores de la sociedad mexicana y de otras partes del mundo. Esta semana hubo muestras de apoyo a los presos colectivos de España y Francia. En México DF, se realizó una concentración frente a la Organización de las Naciones Unidas, instancia a la que pretende acceder el actual gobernador de Chiapas, Juan Sabines.

Asimismo, la Red contra la Represión y por la Solidaridad ha convocado a una movilización y ayuno global en los consulados y embajadas de México en el mundo. Además, el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas ha promovido una «acción urgente» para dar a conocer el caso. El deterioro de la salud de los huelguistas y la falta de respuesta del Gobierno estatal han incrementado los llamamientos a la solidaridad. A principios de noviembre comenzó la campaña «No estamos todos», con la que se hace «un llamamiento a las organizaciones independientes, a los grupos de afinidad, a los centros sociales, a los sindicatos autónomos, a los medios de comunicación popular, a todos los y las que actúan de forma autogestionada y que son cómplices y culpables, como nosotros y nosotras, de querer un mundo sin vallas, sin fronteras y sin prisiones, a sumarse y solidarizarse con esta digna lucha de los presos y presas políticas de Chiapas en huelga de hambre».

Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/La-huelga-de-hambre-de-once-presos.html