En medio de una fuerte ofensiva encabezada por la Iglesia Católica argentina contra el proyecto de la ley de matrimonio entre personas del mismo sexo que debate el Senado y un día antes de la movilización impulsada por sectores ultracatólicos bajo la consigna «Queremos papá y mamá», el Arzobispado de Córdoba dispuso la sanción del […]
En medio de una fuerte ofensiva encabezada por la Iglesia Católica argentina contra el proyecto de la ley de matrimonio entre personas del mismo sexo que debate el Senado y un día antes de la movilización impulsada por sectores ultracatólicos bajo la consigna «Queremos papá y mamá», el Arzobispado de Córdoba dispuso la sanción del sacerdote Nicolás Alessio, quien se había pronunciado públicamente a favor de la aprobación de la norma.
«Estoy sorprendido y dolido porque jamás pensé que el obispo de Córdoba (Carlos Ñañez), que parecía un poco más abierto que el Episcopado argentino, terminara cayendo en esta metodología de censura, prohibición y de querer cortar la cabeza de los que opinamos distinto», dijo hoy Alessio, en declaraciones a radio Universidad de Córdoba.
El proyecto de ley de matrimonio igualitario contempla que el Estado permita el casamiento de todas las personas, independientemente de sus elecciones sexuales, con todos los derechos y garantía (herencia, adopción, jubilación, obra social, entre otros). Hoy son muchas las parejas conformadas por lesbianas, gays, bisexuales y trans que conviven, tienen hijos y eligen un futuro en común.
A medida que se acerca la fecha de la votación en la Cámara de Senadores, la cúpula eclesiástica profundiza el activismo en contra del «matrimonio homosexual». Instruyó a sus diócesis a que realizaran oraciones en «defensa de la familia»; redobló la presión sobre los senadores; organizó y dio apoyo logístico a las movilizaciones callejeras que se realizaron en la tarde de ayer en varias ciudades en rechazo a la iniciativa que -según el documento redactado por los obispos- «altera los principios de la ley natural».
En ese marco, la jerarquía católica redobló la presión para silenciar y disciplinar las voces disidentes dentro de sus propias filas. Alessio fue citado el lunes a la sede del Arzobispado y escuchó de boca del obispo Ñañez la iniciación de un «proceso eclesiástico» en su contra por no haberse retractado públicamente de las declaraciones a favor del matrimonio de personas del mismo sexo.
«Mi delito fue pensar distinto y eso está expresamente dicho en el decreto. No me retracté de lo que pienso. Si ese es mi delito, seguiré siendo delincuente», afirmó Alessio, quien además recordó que el suyo no es el primer caso de disciplinamiento. En ese sentido, aludió a la situación del cura Vicente Reale, quien apoyó el matrimonio igualitario con argumentos jurídicos y religiosos, pero el «obispo lo advirtió y creo que lograron callarlo. El tema es que si vos te callás, podés sobrevivir. Si vos opinás y decís lo que pensás te cortan la cabeza», apuntó.
El sacerdote castigado no dudó en cuestionar a la máxima autoridad de la Iglesia Católica argentina por su cerrada negativa a la aprobación de la ley. «Después de lo que dijo Jorge Bergoglio (cardenal primado de la Argentina), que ‘todos los que pensamos distinto somos instrumentos del padre de la mentira’, ya nada puede sorprender. Si el máximo cardenal tiene semejante exabrupto y desatino, no queda mucho más que hablar», sostuvo.
En otro párrafo de las declaraciones que brindó a radio Universidad, Alessio apuntó: «Esta iglesia no ha entendido que el Estado es laico y no termina de entender que no es dueña de la verdad. Se ha puesto en pie de guerra, llamando a marchas, a misas. Me parece vergonzoso que se movilice a toda la estructura eclesiástica con los obispos a la cabeza -para rechazar este proyecto de ley- y no se hayan movilizado con temas que tienen que ver con la pobreza, el trabajo, la falta de salud, la inseguridad, temas que dañan a las familias».
En su sesión de hoy, la Cámara de Senadores dirimirá la suerte de la iniciativa igualitaria. Resulta difícil prever el resultado de la sesión por la paridad entre las fuerzas a favor y en contra del proyecto. De lo que no parece haber dudas, es del rol protagónico que la Iglesia Católica está decidida a jugar en la vida pública Argentina.
Juan Manuel Navarro. Licenciado en comunicación social. Magister en comunicación y cultura contemporánea. Periodista.
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