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Caso AMIA

La increíble acusación

Fuentes: Rebelión

Hemos voisto por televisión, que con bombos y platillos, el fiscal Nisman, actuante en el caso del atentado contra el edificio de la AMIA (10 de julio de 1994), anunciaba para sorpresa de todos, que había descubierto a los culpables -directa o indirectamente- del mismo. Serían nueve funcionarios del gobierno iraní los que lo planearon, mientras […]

Hemos voisto por televisión, que con bombos y platillos, el fiscal Nisman, actuante en el caso del atentado contra el edificio de la AMIA (10 de julio de 1994), anunciaba para sorpresa de todos, que había descubierto a los culpables -directa o indirectamente- del mismo. Serían nueve funcionarios del gobierno iraní los que lo planearon, mientras que la organización Hezbollah fue la ejecutora y  el atentado se debió a que el ex presidente Menem, suspendiera las contratos de colaboración nuclear entre Irán y nuestro país.

Es notable la eficiencia de la Fiscalía, cuando después de haberse descubierto las supercherías del ex Juez Galeano y cuando todos los querellantes interesados conocían el juicio de memoria, se vuelva a la «conexión iraní» y encuentre cosas que nadie había podido ni sospechar ni mucho menos descubrir. Verdaderamente una investigación y un estudio de la causa de gran mérito, corroborada por la DAIA, que señala inmediatamente la solidez de las pruebas aportadas, descubiertas recién ahora, cuando siempre tuvieron la causa ante sus narices.
 
Para no ser menos y al instante (la rapidez es sorprendente), la Embajada de los Estados Unidos apoya sin objeciones el dictamen (¿es acaso parte? ¿lo conocía  antes de hacerse público o simplemente colaboró en el mismo?) y pide inmediatamente la «colaboración internacional con la Argentina», para capturar a «los culpables». Esto y toda la publicidad que se da al magistral dictamen, sirve en gran manera para presionar al juez que decidirá en definitiva, para aceptar o no, total o parcialmente, lo solicitado por la fiscalía.

Si antes hubo una novela, ahora aparece otra. El caso, más que tratar de  descubrir la verdad en la preocupación de la fiscalía, parece ser que aparezca Irán actuando como país terrorista (circunstancia muy importante para la política internacional de los Estados Unidos, pues está en la lista de los países a ser invadidos) y que Hezbollah sea presentada como una facción terrorista y no como el grupo libanés que defendió a su país contra la invasión israelí. Evidentemente todo esto tiene su porqué y todo se entremezcla para conjugar a que nunca se sepa la verdad.

El Juez actuante decidirá sobre el dictamen de la fiscalía y  verá cuáles son las pruebas alegadas que hagan a la credibilidad del mismo. Si bien en algunos casos es más saludable seguir la corriente y no arriesgar ni el cargo ni la salud, se deberá confiar en la integridad del interviniente pese a todas las presiones que desde ya recaen sobre el mismo. Esperemos que sepa distinguir como todos queremos, entre la verdad y la fantasía interesada y que se haga verdaderamente justicia.