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Reportaje al secretario general del Sindicato de Luz y Fuerza de Mar del Plata, José Rigane

La inflación la hacen los grupos económicos

Fuentes: Feterasemanal

Feterasemanal- José Rigane: ¿Cual es la lectura que usted hace sobre los nuevos frentes de lucha laborales? Garrahan, docentes, judiciales, maestros… José Rigane: «Creo que los distintos conflictos responden a una sola realidad, que mientras la economía crece en la Argentina (el producto bruto interno creció según cifras oficiales entre un 8 y 9 % […]

Feterasemanal- José Rigane: ¿Cual es la lectura que usted hace sobre los nuevos frentes de lucha laborales? Garrahan, docentes, judiciales, maestros…

José Rigane: «Creo que los distintos conflictos responden a una sola realidad, que mientras la economía crece en la Argentina (el producto bruto interno creció según cifras oficiales entre un 8 y 9 % alcanzando los niveles económicos del año 98) ese crecimiento siguió centralizado y acaparado por los grupos económicos de siempre: las 200 empresas mas importantes cuya rentabilidad fue del 172%, 8 veces mas que el producto bruto interno, mientras tanto el salario cayo mas del 35% en ese periodo, aumentaron los pobres, los indigentes y etc., etc.

Por lo tanto nadie debe sorprenderse por el desarrollo de los conflictos y menos el ministro «de las multinacionales y la UIA», Lavagna, quién no solo nos falto el respecto a todos los sectores populares, si no que además, provoco mucha indignación, con la afirmación de que los aumentos salariales deben hacerse de acuerdo al aumento de la productividad. Tendrá que inventar otro argumento. Ese ya lo escuchamos muchas veces.

Desde otro punto, nadie y menos desde las propias organizaciones sociales -en particular las sindicales- deben asombrase por esta escalada de reclamo que nacen desde la base a contrapelo de los «dirigentes prolijos» que dicen que están de acuerdo con los reclamos pero no quieren «olas «.

Los trabajadores, después de haber sido arrinconados sin consideración a las situaciones del mayor atropello y explotación de la historia nacional, acorralados ante el miedo de perder el empleo, por la crisis, porque el salario era un costo a bajar a una mínima expresión económica, es lógico, digo, que los compañeros se animen a reclamar si hay «con que responder», tanto desde el estado (20.000 millones de dólares en el Banco Central) y desde las privadas 479 dólares, sí dólares de ganancia por minuto.

También pienso que estos conflictos nada tienen de «salvaje», como dicen los inescrupulosos de siempre. En todo caso, salvaje han sido los que impusieron las actuales condiciones de vida; salvaje son los que privilegiaron sus intereses particulares y sectoriales, apoyando esta política sometedora y excluyente; salvaje son los que traicionaron sin sonrojarse y claudicaron sometiéndose con gusto al buen pasar, mientras millones de trabajadores mordían el infierno de la desocupación.

Cuando de necesidades, lucha y movilización se trata, esto no se resuelve adjetivizando, superficialmente, «son zurdos», «son los troskos», » no respetan la orgánica» y tantas pelotudeces mas, que al final parecieran que son los enemigos, en lugar de mirar mas profundo para entender porque aparecen nuevas formas, iniciativas, métodos, contenidos de confrontar por mejores salarios y condiciones de vida.

FS- Los hacedores de la agenda, Clarín y los grandes medios, se hicieron eco de lo dicho por el ministro de economía, que el aumento salarial calentaría la inflación, que sería incontenible. En este país sabemos lo que significa inflación, donde uno puede quedar con dinero hecho papel sin valor, es un recurso de cuidado. ¿Como ve usted esta política?

JR- El 23 de abril, en Pág/12, Pasquini Durán dice: «Debería saber (refiriéndose a Lavagna) si no lo sabe ya pero prefiere disimularlo, que la inflación es el resultado del manejo oligolpólico de los mercados y de la avaricia de los grupos económicos que quieren empatar precios y tarifas con el valor dólar». Los aumentos salariales «deben ser» por razones de justicia social y porque un gobierno que reivindica los derechos humanos, para ser coherente deberá aplicar esa concepción a los derechos económicos y sociales, puestos que son inseparables. Es imposible condenar al genocidio y, al mismo tiempo, tolerar la exclusión masiva de la oportunidad del bienestar.»

Los precios en argentina siempre lo conformaron las empresas multinacionales que actúan en función de lo que son, verdadero oligopolios formadores de precios porque tienen el mercado cautivo. Aquí no hay libre mercado como nos han querido convencer por décadas, y en todo caso veamos en el periodo de la convertibilidad, todo se desarrollaba de acuerdo al mercado (es decir de acuerdo a Techint, Pérez Companc, ESSO, SHELL, Camuzzi, etc.) menos el salario que estuvo congelado y no se podía, ni siquiera, discutir entre partes.

En la década del 70, se planteo que el aumento de los salarios producían la inflación, bueno vino el rodrigazo, después vino la dictadura militar, que lo primero que hizo entre otras aberraciones, fue intervenir a las organizaciones sindicales, quitar los derechos laborales, dejar sin efectos los convenios colectivos de trabajo, etc. es decir como si todo lo vinculado a los derechos económicos, sociales de los trabajadores eran los que generaban crisis y la argentina no podía despegar, termino la dictadura y el pueblo argentino estaba peor que cuando aquella comenzó; es mas ya teníamos deuda externa;

Luego vino la «democradura» y el salario se convirtió en un costo había que reducirlo al máximo para poder competir en el mercado internacional, por lo tanto eran bienvenidas todas las políticas de flexibilización, multifunción, flexibilidad laboral, etc. etc., era necesario abrir el mercado, así liquidamos nuestra industria, vino la privatización que nos llevaría al primer mundo, nada de eso paso, cada día estamos peor, la productividad creció y creció y… aumento salarial cero. La crisis se profundizo (en el medio plan austral, economía de guerra, ajustes tras ajustes, tarifazos, bonos y patacones, etc.) al punto tal que el 50 % de los argentinos de debate en la pobreza y millones en la indigencia, y así de seguido.

Por lo tanto no son los salarios, ni los derechos de los trabajadores los causantes de ninguna crisis, menos aun del proceso infraccionarios. No. La inflación la hacen los formadores de precios, los oligopolios, las multinacionales, son los grupos económicos y los alcahuetes de siempre. Solo hay un camino: cambiar la política económica, para eso hace falta profundizar las acciones que contribuyan a crear poder popular, unidad, y modelo alternativo al modelo genocida actual.

FS- Es cierto que hay un destravamiento del miedo a perder el trabajo. Hay cierta paradoja. Hace apenas unos meses, nadie se movía, sólo se pretendía cuidar lo poco que se tenía, eso ha cambiado. Esta es la pregunta: ¿estamos en otro momento político social?

JR- Sin duda estamos ante un nuevo momento político social, que comenzó hace ya bastante tiempo atrás, es decir, hay un nuevo tiempo en toda América Latina. Lo de Venezuela, con un Chávez claramente antiimperialista y clarividente respecto a poner en el centro de la escena al petróleo como valor estratégico vital. Hay que saber ver, en la era actual, las luchas en Bolivia, de todos los sectores populares en la misma dirección de recuperación de patrimonio nacional, el no dejarse saquear mas; bueno lo de Ecuador en plena crisis, lo de Brasil, con un trabajador de presidente, donde no todo se reduce a esa valoración pero muchas veces se diluye en la discusión de lo que supuestamente, se hace bien o mal; la histórica e inigualable Cuba; el Uruguay de Tabaré Vázquez mostrando que la construcción es un proceso no un acto y por eso el frente amplio llega después de 30 años de construcción al gobierno nacional y dispuesto a implementar las mejores políticas para los suyos; y en ese contexto si dejar de mencionar el resto del mundo, estamos nosotros con la necesidad imperiosa de jugar un rol protagónico en la integración de los pueblos a nivel regional y para eso necesitamos salir del infierno neoliberal, el que nos impusieron.

Y de eso hay cada vez mayor compresión, allí esta una de las claves de porque el modelo perdió consenso, aunque todavía tiene poder, pero ya no puede engañar mas. Entonces se va perdiendo el miedo y aparece el ánimo de decidirse a pelear por lo propio, pero !cuidado! Pensemos que a los trabajadores siempre nos quieren borrar el pasado, nuestra historia de lucha, como que, todo, empieza ahora, hoy;

Pero volviendo a la pregunta: Síntoma de que estamos en una nueva situación es, que en estos conflictos actuales comenzó aparecer algo muy importante la solidaridad entre trabajadores, (los compañeros del Subte pararon media hora por otros trabajadores en lucha) y esto no es menor, es el comienzo de la derrota al «no te metas», «al sálvese el que pueda», «primero yo, los demás que se jodan». Es la derrota de lo más ruin del modelo genocida impuesto y es al mismo tiempo la recuperación de lo mejor de la identidad de clase, sentirse un igual ante otro trabajador, y como me duele y siento que me hacen a mí, lo que le hacen a él, paro, movilizo, actuó en solidaridad. Comenzamos a creer en nosotros mismo y nos damos la mano para ir juntos.

FS- Ante esta nueva realidad ¿donde queda la CGT y donde queda la CTA?

JR- La CGT en la historia, aunque su presente no se puede negar y menos aun su papel de contenedor de las luchas y su ambición de disputar los trabajadores no como tales, sino como clientes ineludibles para sus propias empresas sindicales patronales. Están más interesados en ser «prolijos», en la interna del PJ, en que los reciba el gobierno, que en las necesidades y reivindicaciones de los que dicen representar.

La CTA es lo nuevo, que aún tiene que crecer y ser mas dinámica ante los conflictos, tener mas presencia, con la gestión solo no alcanza y menos aun, cuando la desconfianza anida en la clase, ante los dirigentes, por razones mas que obvias. Hay que actuar como los generales en la guerra, hay que estar en el terreno de los acontecimientos, hay que sentir y vivir el conflicto, no solo con la convicción de que se puede, hay que hacerlo, como dice Víctor de Gennaro desde el corazón, pero también poniendo las tripas.

Hay que comprender que buscan negarnos y nos tratan de ilegalizar, desde el gobierno, los grupos económicos, el poder real y no nos pueden habilitar -esa es la razón por la que no otorgan personería gremial a mas de 2000 organizaciones sindicales simplemente inscriptas. Por eso hay que seguir construyendo CTA y poniendo lo que mas duele, la mejor inversión, desde cada organización, para esa construcción.

Nadie duda que la resolución de nuestros problemas están en el terreno político, pero el mejor resultado en ese ámbito solo es posible, si profundizamos el desarrollo y crecemos con la central de los trabajadores para lograr quebrar la injusta distribución de la riqueza, defender la autonomía, recuperar el patrimonio nacional y exigir la democratización en todos los ámbitos, para terminar con la actual «democradura. «