La novedosa convocatoria a la Argentina, para participar de la sexta reunión plenaria de los países Brics, que se desarrolla en Fortaleza, Brasil, constituye un hito que sienta las bases para su incorporación posterior. Múltiples acuerdos comerciales con sus miembros han ido configurando la previa de la cumbre, pero el entendimiento excede lo estrictamente económicos, […]
La novedosa convocatoria a la Argentina, para participar de la sexta reunión plenaria de los países Brics, que se desarrolla en Fortaleza, Brasil, constituye un hito que sienta las bases para su incorporación posterior. Múltiples acuerdos comerciales con sus miembros han ido configurando la previa de la cumbre, pero el entendimiento excede lo estrictamente económicos, ingresando en el plano de acuerdos políticos de reciprocidad, que se corresponden con el desarrollo de objetivos estratégicos de los diversos miembros.
Indudablemente la convocatoria de Argentina esta dado por sus potencialidades económicas, por el desarrollo de políticas de desarrollo novedosas con acento en el trabajo y la demanda interna, por su política autónoma de inserción internacional, lejos del paraguas de EEUU, así como su presencia internacional en foros como el G-20, y reconociéndole parte del liderazgo regional a través de la CELAC.
La sinergia de los Brics, que representan el 40% de la economía mundial, se inscribe en la dinámica de modificación de los liderazgos globales pos guerra fría. La multipolaridad llegó para quedarse, no obstante lo cual, resulta oportuno plantear interrogantes tales como, de que manera operará en términos institucionales el peso específico de estos nuevos actores. En esa línea, es una incógnita saber que presión podrá ejercerse sobre el G-20 y el FMI, como sujetos centrales a la hora del armado de la estructura financiera internacional; alcanzará para forzar la creación de una legislación que acote la circulación del capital especulativo, regulándolo, lograra imponer a esos organismos una agenda que re direccione el crédito a inversiones productivas y de desarrollo. Si bien allí se juegan las partidas más importantes, el inter bloque Brics, parece haber asumido una táctica a través de la cual impulsa la concreción de una realidad política económica alternativa, con independencia de su capacidad para imponer agenda en el G-20. La reunión ampliada del bloque emergente que se da sita en Brasil, están impulsando el fondeo de un Banco de Desarrollo y un Fondo de Contingencia, que al igual que el proyecto del Banco del Sur, busca desmarcarse de la estructura de financiamiento multilateral vinculado a la hegemonía de EEUU, paso fundante para instituir definitivamente un nuevo orden mundial.
Este escenario, al igual que el hecho de ser parte del entretejido desde el cual se impulsa una transformación global, fortalece la posición Argentina, en su batalla legal contra los Fondos Buitres, ya que pone en hechos políticos de alance internacional un paradigma alternativo, respaldados en acuerdos bilaterales de inversión, comerciales, de transferencia de tecnología, y acuerdos que permiten el intercambio en monedas locales, esmerilando el rol colonizador del dólar, evidenciando que hay otro mundo que puja por nacer y un orden internacional que no termina de morir.
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