El titular del gremio bancario seguirá detenido en la causa por la «Mafia de los medicamentos» ya que la Cámara Nacional de Casación Penal rechazó excarcelarlo. El tribunal consideró que, en libertad, Zanola podría eludir a la justicia o entorpecer la investigación. En tanto, ante nuevas pruebas y evidencias, el juez Oyarbide ordenó una nueva […]
El titular del gremio bancario seguirá detenido en la causa por la «Mafia de los medicamentos» ya que la Cámara Nacional de Casación Penal rechazó excarcelarlo. El tribunal consideró que, en libertad, Zanola podría eludir a la justicia o entorpecer la investigación. En tanto, ante nuevas pruebas y evidencias, el juez Oyarbide ordenó una nueva detención de Paula Aballay, esposa del sindicalista, por lavado de dinero y evasión impositiva. (Página 12, 9/2/2010)
Se trata de uno de los escándalos más importantes de las últimas décadas en la Argentina. El detenido no es otro que el Secretario General del gremio de los bancarios de la República Argentina y su mujer. Se trata ni más ni menos que del tráfico y la comercialización en las Obras Sociales1 de su sindicato -y de otros- de medicamentos adulterados contra el cáncer. Este hecho no hubiera salido todavía a la luz de no haber sido por un triple asesinato, donde murieron tres empresarios del sector farmacéutico implicados en el «negocio», que hizo salir a la luz semejante desaguisado que ha costado la vida a un número imposible de calcular de enfermos atendidos en las obras sociales en los últimos años.
Hugo Moyano, Secretario General de los camioneros desde 1987, actual Secretario General de la CGT, pilar principal del gobierno de Cristina Kirchner, es propietario de una compañía de seguros que compró en 10 millones de pesos (unos 2.631.000 dólares) a la que trata de afiliar a todos los camioneros del país. Además «obtuvo del Gobierno, sin licitación y mediante una empresa afín, la facultad de cobrar un peaje de 14 dólares más IVA por cada contenedor ingresado en camión a las terminales portuarias. Se trata de un negocio que, en los cálculos más conservadores, representa casi 7 millones de dólares al año, aunque en el sector creen que en realidad implica 13.260.000 dólares, es decir, casi el doble». (Crítica de la Argentina 21/4/2009). Y no son estos sus únicos negocios.
«José Pedraza es uno de los paradigmas del sindicalismo-empresario, como se conoce a los dirigentes que utilizan su cargo gremial para expandir poder y negocios. Esa lógica le permitió convertirse en patrón de sus representados cuando, como titular de la Unión Ferroviaria, se quedó con la concesión del Belgrano Cargas, el mismo del que ahora quiere participar el titular de la CGT, Hugo Moyano. Casualidad o no, por ese tema el dirigente camionero y Pedraza estuvieron reunidos anteayer con el presidente Néstor Kirchner en la Casa Rosada.…» (Página 12, 20/4/2006)
La lista de ejemplos de dirigentes sindicales convertidos en empresarios podría ser increíblemente extensa. ¿Y por qué comenzar un artículo sobre la compleja situación argentina con estos ejemplos? Pues por la sencilla razón de que sin este tipo de dirigentes sindicales sería imposible e impensable la situación actual. En los años treinta Trotsky afirmó que el capitalismo no podría sostenerse sin el apoyo de la burocracia sindical. En la Argentina de hoy la burocracia sindical no sólo ha venido apoyando y salvando al sistema capitalista sino que con la mayor impudicia estos señores se han ido transformando de representantes de sus afiliados en sus patrones, sin dejar de ser sus dirigentes sindicales. Hablar de colaboración de clases entre la casta burocrática que hoy dirige al grueso de la clase trabajadora y la patronal no sería del todo exacto. Está habiendo un proceso, ya muy avanzado, en el que el grueso de la vieja dirección sindical de la CGT tiene una «doble vida», con su doble moral, doble contabilidad, y muchos más dobleces. Para llevar el problema a su punto absurdo: ¿alguien podría imaginar a los empresarios dirigentes de la CEOE afiliándose a UGT ó CCOO en el estado español? Claro que no. ¡Qué atractivo tiene eso! Pero por el contrario, para quien viene de la clase obrera, aceptó la lógica del sindicalismo burocrático y lleva décadas viviendo como un «hombre de negocios» aunque haya sido ayudando a hacer los grandes negocios a los patrones, la idea de montar su «propio negocio» se llega a convertir en algo «natural». En la Argentina de los últimos años hemos pasado de una situación en la que los empresarios «compraban» a los dirigentes sindicales para controlar al movimiento obrero a que muchos dirigentes sindicales compren empresas y ya no sólo «vivan como» sino que «sean» verdaderos empresarios manteniendo enorme influencia y apoyo entre sectores de la Clase Obrera decisivos para la marcha de la economía. El 80% del PIB argentino pasa literalmente por las manos del sindicato de los camioneros. No hay que ser un visionario para imaginar semejante poder. Habrá que profundizar en las consecuencias de este proceso de aburguesamiento no ideológico sino total de los dirigentes sindicales.
Lo mismo ha pasado con los representantes políticos del Peronismo quienes por ser un movimiento interclasista muchos ya procedían de familias burguesas pero otros muchos que no, sienten que tienen el mismo derecho a redimirse de la pobreza (individual) a costa de la política. Así los partidos, hablando de los mayoritarios, no son otra cosa que estructuras político-empresarias donde hacer carrera político-económica. La coima (mordida) es la ganancia que se considera «legítima» de puertas adentro y que casi no se oculta de puertas afuera. Por supuesto la competencia es atroz y no pocas veces se paga con la vida. A partir de aquí será un poco menos difícil penetrar en la selva en la que hace tiempo se ha convertido la política argentina, en donde los aliados de ayer son enemigos hoy pero si las leyes de la supervivencia lo aconsejan pueden ser los mejores compañeros mañana. Así se entiende que los Kirchner que provienen del sector de la izquierda peronista de los 70, estuvieran junto a Menem en los 90 y hoy le critiquen y le sitúen en la lista de los vendepatrias. O que Moyano que proviene de la Juventud Sindical Peronista de los 60 (muy derechosa) se opusiera a Menem en los 90 (para acumular poder sindical), fuese aliado de Duhalde (derechista irredento) y hoy sea «el puntal» del gobierno K. Muy poquitos de los políticos actuales «resisten el archivo» (sus actos pasados). Pero mientras no surja una nueva dirección política en la Clase Obrera serán dirigentes como éstos los que tomen las decisiones.
La ausencia de una dirección genuina, de clase, no ya con un programa correcto sino con un comportamiento de clase al menos, convierte la lucha política y sindical, la lucha de clases, en un terreno lleno de trampas para la Clase Obrera. Una situación así es un campo abonado para el escepticismo político entre amplios sectores de la clase obrera y sobre todo entre las clases medias que son las que pueden mirar para otro lado mientras los trabajadores ven como les obligan a vivir cada vez un poco peor, empujándoles a pensar que tener un puesto de trabajo es un hecho del que tienen que estar agradecidos a su patrón, y que perderlo significa caerse de la estructura social a la que pertenecen para ir a parar a la marginalidad mas indigna en donde rigen leyes mucho peores que las que rigen para los que todavía son parte de la sociedad «productiva».
Argentina es un país en donde tras la caída del -4,4% en 2001 y del -10,9% en 2002 tuvimos un crecimiento de cinco años en torno al 8-9% anual. El PIB per cápita se duplicó en dólares desde 1990 a hoy, y sin embargo sigue habiendo un 40% de pobres frente al 7% que había en 1974. Más de 1,5 millones de familias viven con menos de 1.000 pesos al mes (190 euros). Hoy, según las mediciones del gobierno, una familia que gana 1.077 pesos es pobre pero si gana 1.100 deja de serlo. El 50% de los niños y jóvenes menores de 20 años, unos 6 millones, están en condiciones de pobreza o indigencia. El 80% de los jubilados y pensionistas cobran por debajo de la línea de pobreza. El 40% de los empleos son en negro o precarios. La calidad educativa sólo supera a países como Túnez, Azerbayán o Kirguistán. Casi la mitad de los adolescentes ha desertado o no cursa el secundario. Y el resto de indicadores sociales como salud, vivienda, etc. son alarmantes.
¿Cómo puede ser…? Un pequeño repaso histórico
La historia de argentina de los últimos 60 años es un verdadero torbellino. Conviene recordar que la Argentina fue el sexto país del mundo por su PIB en 1928. La época de Perón 1945-1955, con gran aumento en las mejoras de la Clase Obrera terminó en un golpe de Estado; el exilio de Perón, quien no quiso dar batalla, y el inicio de una etapa conocida como La Resistencia Peronista de luchas clandestinas y mucha represión que tras diferentes gobiernos militares y uno civil desemboca en el proceso de luchas revolucionarias 1969-1976 truncadas por el golpe de Videla. Tuvimos una primavera democrática tras la dictadura a partir de 1983 que pronto deriva en un proceso hiperinflacionario y el triunfo de Menem con su política neoliberal bajo el síndrome de la caída del Muro, llena de privatizaciones fraudulentas, despilfarro y negocios sucios por parte del poder y sus aliados. El crecimiento económico sustentado en un crecimiento brutal de la deuda externa y el vaciamiento del Estado, condujo a la crisis del «corralito» en diciembre de 2001, con consecuencias dramáticas para la clase trabajadora y las clases medias. Pero en 2002 y tras un proceso de crisis política sin precedentes se sucedieron cinco presidentes entre el 19 de diciembre de 2001 y el dos de enero de 2002. Tal fue la situación que uno de ellos, Rodríguez Saa, decía que serían suspendidos los pagos de la deuda externa y devueltos los montos sustraídos a la población y la creación de un millón de puestos de trabajo. Eso es verle las orejas al lobo… La consigna del momento entre la población fue «que se vayan todos». Hubo 39 muertos a manos de la policía incluyendo nueve menores de 18 años y el ambiente reinante llevó a que un ex dirigente de un grupo trotskista como Luis Zamora fuese el cuarto en intención de voto en la ciudad de Buenos Aires con un 9,6 de apoyo. Pero fiel a su tradición de no saber qué hacer en los momentos críticos declinó presentarse a las elecciones. Así creen algunos que se construye organización.
Sería con el triunfo de Néstor Kirchner en 2003 que se abriría una nueva etapa de crecimiento económico muy importante que pudo traer un período de relativa calma social y esperanza en que se salía de la crisis, avanzando a una mejor distribución de la renta. El modelo de crecimiento económico no rompió con las debilidades de la economía y siguió basándose en exportaciones agrícolas, principalmente soja, con cuyos impuestos saneó las arcas del Estado, intervino en el mercado de divisas para evitar que el dólar subiera garantizando así grandes ganancias a los grandes productores agropecuarios y ciertos sectores industriales.
Todo iba «bien» cuando Cristina Fernández ganó las elecciones de 2007. El plan era claro. Ella accedía a la Presidencia permitiendo que Néstor se pudiera presentar en 2011. Podrían alternarse en el poder dando esquinazo a la ley que impide ser presidente más de dos períodos. Con lo que no contaban los Kirchner era con la reacción que iban a desencadenar a no más de tres meses de asumir Cristina. Desde entonces y debido al enfrentamiento con la oligarquía terrateniente a raíz de un aumento de impuestos, Argentina vive un clima de crispación, de acoso y derribo del gobierno orquestado por la oposición de derechas y la inmensa mayoría del los medios de comunicación cuyo objetivo no es otro que terminar cuanto antes con este gobierno, al que además le deben muchos favores pero que en el fondo les molesta, porque no es de su palo. Este gobierno tiene un mínimo de sensibilidad social, insuficiente a todas luces, pero demasiada para la derecha conservadora otrora golpista. Las mentiras vertidas en los medios son constantes y a veces nauseabundas. Primero mienten y luego, solo si es imprescindible, rectifican. El odio que exudan las páginas de diarios como Clarín, La Nación, etc. recuerdan la época del odio más visceral al gobierno de Perón de los años 50. En esa época se pintó en un muro de Buenos Aires ¡VIVA EL CÁNCER!, alegrándose de la enfermedad que iba a poner fin a la a la vida de Eva Duarte, a quien el pueblo trabajador consideraba la abanderada de los humildes.
El gobierno pierde terreno, ¿quién lo gana?
Estos días la oposición ha firmado un pacto según el cual el gobierno perderá la mayoría en el Congreso y en el Senado.2 La carne ha subido 100% y aún más desde la navidad. Y los sindicatos se preparan para negociar sus convenios. Los maestros de la Ciudad de Buenos Aires preveyeron no comenzar las clases en marzo declarándose en huelga, pues las ofertas de subidas salariales que están recibiendo rondan el 10% cuando la inflación anual ronda el 30%.3 Hasta ahora la recesión mundial no hizo demasiado daño en la Argentina, y este año se esperaba que fuese un buen año para más de la mitad de las empresas y no peor que el año pasado para el resto. Pero la aparición de una inflación en los precios por encima de lo que venía soportándose huele a golpe de timón de los sectores económicos contra el gobierno y por supuesto contra la clase trabajadora.
Este año las presiones que va a tener que soportar el gobierno van a ser muy superiores a las que tuvo que soportar desde 2008. La mesa está servida para un año conflictivo en donde se pondrán a prueba las fuerzas de las clases en pugna. Porque lo que nadie niega es que la tensión del conflicto social está alcanzando niveles que va a ser muy difícil de mantener en los cauces de la negociación pacífica.
Hay un ambiente enrarecido y el gobierno va a necesitar compensar los apoyos que está perdiendo en el parlamento. ¿Echará mano de la movilización obrera y popular para sujetarse en el gobierno? ¿Aceptará irse sin presentar batalla? ¿Explotará el sentimiento nacionalista aprovechando las operaciones de exploración británicas en las Malvinas? Sea como fuere se abre un nuevo período político y a los trabajadores les conviene no perder de vista la defensa de sus intereses vitales. No les falta bagaje de luchas para sacar conclusiones correctas en el próximo período. Marx dijo alguna vez que los trabajadores están mas necesitados de respeto que de pan, pero cuando se combinan las dos necesidades la mezcla siempre es explosiva.
Fuente original: http://veinticuatrosiete.org/claridad/index.php/internacional/271-argentina-la-mesa-esta-servida-para-un-ano-conflictivo