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La ofensiva antizapatista y el segundo informe de gobierno de AMLO

Fuentes: Rebelión

La más reciente ofensiva integral contra el Congreso Nacional Indígena, el neozapatismo chiapaneco y las diversas organizaciones defensoras del medio ambiente cuenta con diversos actores que van desde los nuevos y reactivados grupos paramilitares como los de los altos y la zona norte de Chiapas, pasando por medios de comunicación identificados con la ultraderecha, funcionarios gubernamentales, partidos políticos y recientemente para cerrar la pinza, el jefe del ejecutivo.

Esta ofensiva sólo puede explicarse con un hecho contundente el CNI-EZLN, las comunidades organizadas para la defensa de sus recursos medio ambientales, las feministas, aquellas que luchan por verdad y justicia ante la desaparición forzada o las reconocidas por su trabajo y dedicación a la defensa de los derechos humanos son de las pocas organizaciones que cuentan con legitimidad suficiente para cuestionar a la autodenominada Cuarta Transformación y su hegemonía discursiva.

Como lo demostró  la revista Contralínea (https://www.contralinea.com.mx/archivo-revista/2019/08/16/oficial-militarizacion-de-chiapas-oaxaca-guerrero-y-peninsula-de-yucatan/) Chiapas es el estado más militarizado del país, sin embargo, eso no parece importar mucho a los paramilitares que recientemente se dieron a conocer mediante un vídeo en las redes sociales, mismos que desde Chenalhó construyen trincheras para cazar a la población limítrofe de Aldama (dónde también se encuentra el Municipio Autónomo Zapatista de Magdalenas). Cada vez nos acercamos al escenario previo a la masacre de Acteal en el mismo municipio de origen del grupo paramilitar que perpetró la agresión, como fue documentado, en su momento también, por el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas.

Por si lo anterior no fuera suficiente, el 22 de agosto, miembros de la organización de transportistas ORCAO saquearon y quemaron bodegas de maíz y café en el crucero de Cuxuljá, pertenecientes a las bases de apoyo zapatistas que habitan el Municipio Autónomo Moisés Gandhi.  No se trata de un hecho aislado, ya el 23 de febrero en complicidad con el grupo paramilitar los Chinchulines y militantes de Morena, el partido que gobierna el estado, secuestraron a dos representantes del CNI en Chilón. La más reciente agresión fue en el Ejido Tila al norte del estado donde opera el grupo paramilitar “paz y justicia” tristemente célebre por su accionar en la segunda mitad de la década de los noventa. Una pregunta pertinente sería ¿dónde ha estado la Guardia Nacional?

A la ofensiva paramilitar se suma ahora la ofensiva mediática desde programas y conductores frívolos de ultraderecha como: Qué tal Fernanda, columnistas del diario El Heraldo de México o el Grupo Imagen, quienes haciendo gala de ignorancia y con discursos que recuerdan a la guerra fría (muy parecidos a los de FRENA), lanzan misiles mediáticos en contra del EZLN (https://www.youtube.com/watch?v=gdDNDHl9m_8&fbclid=IwAR2EdhE4mp2oeNdlKdEzQAQD-lgVujwuSoBtiTG10PpG3aAmencnk9Iwix0). No deja de ser curioso, por decir menos, que el director general de este último medio es también asesor financiero de la 4T a pesar del antiobradorismo de algunos de sus presentadores de noticias.

La medalla de la ofensiva se la colgó el propio AMLO el 28 de agosto al afirmar que organizaciones indígenas que se oponen al Trump Maya, como el Consejo Regional Indígena y Popular de Xpujil, son financiadas por fundaciones vinculadas al departamento de estado de los EUA. De no ser grave, sería cómica tal acusación ya que el presidente omitió mencionar que él mismo ha reconocido las intenciones de Donald Trump en invertir en el mal llamado Tren Maya.

Los únicos personajes a los que agradeció el presidente en su segundo informe de gobierno fueron a los Secretarios de Defensa y Marina respectivamente, y al presidente de los EUA.