Recomiendo:
0

Entrevista al economista político Julio Gambina

«La política económica del Gobierno ha tenido éxito, aunque no gane las elecciones»

Fuentes: Rebelión

M.H.: El Presidente de la Nación ha hecho un llamado al diálogo a las fuerzas políticas, empresariales y sindicales. ¿Cuál es tu visión? J.G.: La primera consideración que es un diálogo pautado con un decálogo de temas que es la ruta del acuerdo del gobierno Macri con el FMI. Es un guión que le sirve […]

M.H.: El Presidente de la Nación ha hecho un llamado al diálogo a las fuerzas políticas, empresariales y sindicales. ¿Cuál es tu visión?

J.G.: La primera consideración que es un diálogo pautado con un decálogo de temas que es la ruta del acuerdo del gobierno Macri con el FMI. Es un guión que le sirve al poder político y económico mundial y local. Por eso ha sido visto con satisfacción por el poder económico local.

En el plano del objetivo político que se propone, quiere mostrarse como un gobierno que dialoga. Si quisiera dialogar, por ejemplo, debería constituir ya las comisiones del Consejo del salario mínimo, el empleo y la productividad. Y ahí sí que se pongan a trabajar representantes del movimiento sindical diverso, con el movimiento empresario, con el Estado de trasfondo.

Si quisiera realmente un diálogo debería abrir un debate con las instituciones, el Parlamento en particular, pero abierto al conjunto de la sociedad. Por ejemplo, en materia de endeudamiento. Lo que ha hecho en estos 3 años es un diálogo de sordos donde el partido de la deuda en el Parlamento, abaló el pago a los fondos buitres, abaló el acuerdo con el FMI y todos los acuerdos de múltiple endeudamiento. Hace apenas 3 semanas el Banco Central tenía 77.000 millones de dólares de reservas internacionales y hoy tiene prácticamente 8.000 millones menos. Cuál ha sido el diálogo con la sociedad argentina para ver cómo se usan las reservas internacionales.

En general me da la impresión que es un gobierno con un objetivo muy claro de reestructurar regresivamente la economía, el Estado y la sociedad argentina y que en eso ha sido muy efectivo aunque no gane las elecciones en 2019. Si gana será mejor para el poder económico y para el proyecto económico de quienes hoy gobiernan. Pero la verdad es que está terminando un gobierno que ha sido muy efectivo para eliminar derechos sociales. Por ejemplo, lo que ha crecido mucho en estos casi 4 años de gobierno, es la modificación de hecho de la legislación laboral. No ha cambiado la legislación pero ha crecido la precariedad del empleo, el desempleo, han bajado los salarios. Si uno mira las sugerencias desde el Estado y del sector privado para actualizar salarios, se encuentra con una pérdida acumulada en estos 3 años que pasaron, de la evolución de los precios con respecto a los ingresos populares, no solo de trabajadores sino también de jubilados y sectores de beneficios sociales.

Este es un tiempo donde el Estado ha consolidado su papel ya no solo de privatización de empresas públicas sino de un cambio de función para mejorar la rentabilidad del capital lo que está asociado a la represión, que se explicita por ejemplo en materia laboral, en una secretaría de Trabajo, ministerio disminuido a secretaría de Trabajo, que abala nuevas personerías de sindicatos afines al gobierno y a su política económica, como es el caso de los sindicatos de las «low cost» y contrario a eso, niega personerías gremiales que tienen 20 años de demanda con apoyo de la justicia y apoyo internacional de la OIT como es el caso de la FETERA que es una federación con representación nacional y que actúa en la CTA Autónoma que dirige Pablo Micheli.

Comento esto para señalar que hay un avance de la política económica del gobierno y un rumbo político que ha tenido éxito, insisto, aunque no gane las elecciones.

Esta convocatoria a través de una carta que ha hecho el Presidente, fue algo que trascendió o que el gobierno hizo trascender para que apareciera como una iniciativa política del gobierno, le genera cierto rédito político porque finalmente estamos hablando de eso, pero con poca capacidad de generar consenso en el ámbito de la política e incluso para intervenir de algún modo en el escenario electoral con cierres de lista que hay muy próximamente de aquí al 22 de junio, con las PASO que tendremos en agosto o las elecciones definitivas de octubre.

Creo que es poner en un decálogo el cumplimiento del acuerdo con el FMI que es un tema que no le preocupa ni al gobierno ni al FMI, porque creo que al poder mundial el aporte del FMI está hecho para intentar que Macri, el PRO o Cambiemos tenga un período más y sino el FMI se predispondrá para renegociar los plazos de pago de la deuda y presionará para hacer cumplir lo que ahí está contenido y que son parte de los diez puntos, como la reforma laboral, la jubilatoria y la tributaria en beneficio del gran capital.

M.H.: Y el cumplimiento del acuerdo con el FMI. Me llamó la atención que un hombre del establishment como lo es Felipe González haya dicho «el estado de ánimo hoy es peor en Argentina que en la crisis de 2001».

J.G.: No tiene que sorprenderte. El propio FMI ha dicho que no está preocupado por que el gobierno argentino no tenga un periodo más al frente del gobierno y se predispone para discutir con el que gane. Insisto en que creo que el poder mundial tomó al gobierno de Mauricio Macri como un punto de partida, y si podía lograr dos periodos mejor, pero ya con uno solo ha generado unas condiciones de hipoteca más que importantes. Porque difícilmente llegue un gobierno, de acuerdo a lo que está pasando en la política argentina hoy, que diga «vamos a desconocer el acuerdo con el FMI».

Si me preguntás cuáles son los temas que yo plantearía para un consenso en la Argentina lo primero sería desconocer el acuerdo con el FMI. Pero el clima mayoritario del sistema político en la Argentina no da para una propuesta de esa naturaleza, pero quizás para pensar en términos de política alternativa sí da para plantear cambiar el rumbo de la economía y la política argentina desconociendo el acuerdo con el FMI.

M.H.: Hay un hecho a nivel internacional que creo central, la aplicación de nuevos aranceles a China de parte de los EE UU.

J.G.: En primer lugar esto afecta a la situación mundial de la economía que viene arrastrando una crisis de una década, donde lo que ha crecido es la desigualdad en el sistema mundial. Y esta situación de guerra comercial exacerbada con el planteo de Trump genera peores condiciones para revertir esta situación de desigualdad a nivel mundial.

La OIT habla de 180 millones de desocupados en el mundo, se está por hacer la asamblea internacional de la OIT, habla de una cifra gigantesca de precariedad laboral, con lo cual la guerra comercial genera más incertidumbre y más problemas a la economía mundial no favorable para los sectores trabajadores y populares.

Y por otra parte, este proteccionismo que expresa la política de Trump está mostrando que EE UU despliega toda su agresividad en política local e internacional para no perder hegemonía en su posición política, económica y militar del sistema mundial y que, por lo tanto, va a confrontar con la principal potencia económica que es China.

Esta disputa que instala EE UU con China muestra que lo que se está discutiendo en el mundo es quién manda, en la economía y en la política. Si el carácter ascendente de una China fábrica del mundo o si EE UU retiene ese poder que le da el dólar, el poder bélico y militar y el poder ideológico cultural y todo el mecanismo mediático.

La crisis mundial contemporánea del capitalismo está mostrando que hay discusión por la hegemonía mundial. Este debate aunque sea planteado unilateralmente por EE UU contra China expresa las divergencias y contradicciones sobre quién manda en el sistema mundial.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.