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Entrevista a Enric Duran, activista catalán que estafó a 39 entidades bancarias

«La presentación de los papeles de Panamá está marcada por intereses políticos»

Fuentes: playgroundmag.net

Lleva más de tres años viviendo en la clandestinidad y aún se le conoce como el Robin Hood de los bancos. Enric Duran, el activista catalán que estafó casi medio millón de euros a 39 entidades bancarias para denunciar su funcionamiento corrupto, sigue en activo siete años después. Hemos chateado con él para conocer su […]

Lleva más de tres años viviendo en la clandestinidad y aún se le conoce como el Robin Hood de los bancos. Enric Duran, el activista catalán que estafó casi medio millón de euros a 39 entidades bancarias para denunciar su funcionamiento corrupto, sigue en activo siete años después.

Hemos chateado con él para conocer su opinión acerca de la filtración #PanamaPapers: 

Bueno, esta discusión es ahora mismo un hervidero de hipótesis y suposiciones, seguramente tardaremos unos días en sacar algo en claro. En lo que hay bastante consenso en las comunidades de discusión online es que la puesta en escena de la información no ha sido nada transparente y está claramente marcada por intereses políticos. 

NOTA: En las últimas horas, Wikileaks ha informado a través de Twitter de que la filtración sobre Putin fue financiada directamente por el gobierno de EEUU a través de la agencia USAID. Enric Duran ha publicado en su muro de Facebook que este hecho confirma la intencionalidad política de las filtraciones.  

¿Qué intereses?

Las dos empresas periodísticas que han hecho la investigación básicamente reciben financiación alemana y de EEUU, mientras que el principal foco de la información ataca el entorno del presidente ruso. La polémica está servida… 

Se habla de guerra fría, pero, ¿se puede empezar a hablar de un «lobby de las filtraciones»?

 Esto parece. La información se ha convertido en una de las principales fuentes de poder y de conflicto. Quien puede controlar cómo se difunde una información, tiene mucho ganado. 

¿Qué más destacas de la filtración?

Es bien curioso que esta filtración tan masiva, que ataca claramente entornos del poder político en varios países, no ofrece nada en relación a las grandes corporaciones mundiales.

¿Cómo lo interpretas?

Parece que estas corporaciones están ganando la lucha de poder contra los estados sobre la gestión de información. Diría que son las grandes beneficiadas, porque cuanto más débil es la legitimidad política y democrática, más fuertes son las grandes corporaciones mundiales. 

¿Algún ausente que encuentres muy flagrante?

Están las grandes corporaciones de gestión de datos, como Google, Apple, Microsoft, Facebook. También los grandes grupos mediáticos y bancarios.

Una de las cosas más escandalosas es que los gobiernos son los responsables de que todo el mundo pague sus impuestos, especialmente de que los más ricos lo hagan. En lugar de avanzar en esto, se demuestra cada vez más que forman parte de la misma élite que se aprovecha de su poder. Eso les quita toda la legitimidad para mejorar la redistribución de recursos. 

Ayer hablé con un empresario que me contaba que se esta ahogando cada vez más a los evasores fiscales. Decía que ya no sale a cuenta evadir y que muchos paraísos fiscales están desapareciendo.

Esta puede ser la sensación de los medianos y grandes empresarios. Pero los muuuuy grandes no tienen este problema. Las técnicas de evasión fiscal son cada vez más sofisticadas y están al alcance de una minoría. Quienes poseen los grandes bancos y los medios de comunicación están usando su poder para deslegitimar a los estados, y no al revés.

En este sentido creo que las alertas y filtraciones aún no han sido capaces de llegar a los núcleos de más poder. Que no son, ni mucho menos, los políticos. Por ejemplo, se ve como los futbolistas, artistas, famosos en general que no tienen el apoyo del gran poder económico son los primeros en caer. Son nuevos ricos sin una estructura de poder fuerte detrás.  

Si ese poder económico es tan inaccesible, podemos pensar que la denuncia tiene muy poca efectividad. ¿Cuáles son los nuevos paradigmas, o experimentos, de acción social?

Se está trabajando en formas más democráticas de realizar alertas. Es decir, que estas no dependan de un gran conocimiento informático, de una acceso a un determinado grupo de poder mediático ni de asumir grandes riesgos personales.

¿Ejemplos?

Hay varias iniciativas en marcha, como el Buzón X. También se está abriendo un abanico empresarial entorno al sector de las alertas éticas. Un proyecto que puede ser significativo es Keepy, que está promoviendo Hervé Falciani. La propuesta de esta iniciativa es que alertar de forma anónima se convierta en un derecho fundamental, protegido en cada empresa o administración y reconocido como buena práctica. 

Actualmente somos conscientes de la explotación que sufren quienes fabrican para las grandes marcas de ropa, o de cómo las redes sociales hacen negocio con nuestros datos, pero el marketing, su inercia, sigue ganando a la mera información…

Seguramente las capacidades de las alertas son mayores en países de Occidente, donde hay un poder mediático decentralizado como el de las redes sociales, que van cogiendo fuerza. Pero entiendo que en países con mayores injusticias estructurales esto no es suficiente. En todo caso, es importante usarlas allí donde sí pueden tener impacto.

La desconfianza ciudadana hacia los partidos políticos, la politización de sus impuestos… ¿Todo forma parte de la misma rueda que nos hace desconfiar de los poderes públicos?

Sea cual sea el paradigma político, la desconfianza hacia las estructuras de Estado es necesaria para contrarrestar el poder que se delega en las vías representativas. No debemos olvidar el cambio de paradigma que ha significado el 15-M, que es el que al final está detrás de que se hayan destapado tantos y tantos casos de corrupción en España.

Ciudadanos, jueces, fiscales y policías han perdido el miedo a destapar todo esto porque se ha extendido una opinión generalizada que lo refuerza. Pero esto no es así en todos los países de Europa. El movimiento social en España ha generado una situación privilegiada hacia la transformación democrática. De ahí las palabras del Rey: «Sí, este es un país difícil».

¿Hacia dónde crees que se debe ir? ¿Fortalecimiento del Estado? ¿Autogestión sin garantías?

Mientras la nueva izquierda, los comunes y muchas entidades ciudadanas están haciendo un gran esfuerzo para conseguir un estado menos corrupto, otros creemos que la autogestión fiscal es la vía que empodera más la ciudadanía.

Seguramente ambas opciones son complementarias, porque ni el Estado solucionará sus propios problemas estructurales, ni desaparecerá.

Pon un ejemplo.

Para mí el caso de los refugiados en Europa es un paradigma de hasta qué punto son necesarias iniciativas autogestionadas. Mientras la UE, está invirtiendo miles de millones de los ciudadanos en expulsar refugiados, con una cantidad mucho más pequeña y la fuerza de la sociedad civil, estoy seguro de que se podría solucionar la integración de muchísimas personas.

Disobedience.eu, un proyecto de desobeciencia fiscal en el que participas, pretende la imitar a las grandes corporaciones pero con fines sociales. ¿Está funcionando?

Estamos empezando. Trabajamos con muy pocos recursos y eso hace que vamos poco a poco, pero espero que pronto encontremos la forma de extender proyectos de este tipo de una forma más viral.  

¿El cambio llega a través de la ruptura de la endogamia activista?

La endogamia activista se ha ido rompiendo muchísimo, lo he visto en los más de 15 años que llevo participando en iniciativas de este tipo. Hoy en día es muy difícil situar la frontera entre quién es activista y quién no lo es; y eso es muy importante. La tecnología nos está ayudando a que los proyectos permanezcan más abiertos y descentralizados, que cualquier persona pueda tomar la iniciativa si detecta algo que puede aportar al bien común, ya sea a nivel de investigación o de construcción de nuevos proyectos. 

Es doloroso ver cómo nos anestesiamos e incluso empatizamos con los evasores. Primero, no nos sorprende: «Todos roban, vaya novedad». Segundo, se oyen cosas como: «Si tú estuvieras en su posición, también lo harías…». ¿Como hemos llegado a este estado de opinión?

No sé si empatizar está tan extendido, sí lo está la resignación. Y contra eso debemos luchar desde la diversidad de estrategias y puntos de vista.

¿Pero cómo?

Quien crea en el Estado tiene muchísimo trabajo promoviendo la transformación de las instituciones y reforzando la capacidad de indignación y reacción entre los ciudadanos. Los que no creemos tanto, la tenemos la misión de extender las alternativas que demuestren que desde abajo y en sistemas más pequeños, se puede gestionar mejor el bien común.

En todo caso, que sea humano que los poderosos se aprovechen de su poder no quiere decir que se tenga que permitir que tomen el pelo a la gente. Hay que mejorar el diseño del sistema para que esto no suceda, por una vía u otra. 

Algunos aficionados del Barça firmarían para que Messi no tuviera problemas con la justicia… ¡Un crowdfunding podría triunfar! ¿Que les propondrías a los culés que no quieren ver sufrir a su ídolo?

Que si hacen un crowdfunding que sea para que la redistribución de la riqueza, que los futbolistas deberían promover, suceda realmente. Que pidan a los futbolistas que aporten de verdad al bien común y no se lo gasten en abogados.

Fuente: http://www.playgroundmag.net/articulos/entrevistas/Enric-Duran_0_1731426852.html