«Cualquier cosa que me pase, digan lo que digan, no viene de Oriente, viene del Norte« Cristina Kirchner No puedo dejar de pensar en las palabras lanzadas por la presidenta argentina Cristina Fernández durante una alocución en televisión desde la casa de Gobierno, referida a las amenazas que padeció sobre su persona originadas supuestamente […]
«Cualquier cosa que me pase, digan lo que digan, no viene de Oriente, viene del Norte«
Cristina Kirchner
No puedo dejar de pensar en las palabras lanzadas por la presidenta argentina Cristina Fernández durante una alocución en televisión desde la casa de Gobierno, referida a las amenazas que padeció sobre su persona originadas supuestamente en integrantes del Ejército Islámico y del Levante EIIL o ISIS, que según especialistas internacionales estarían financiados, entrenados y organizados por el propio Pentágono, la CIA, el MOSSAD y varios gobiernos de medio oriente como Arabia Saudí, Turquía e Israel.
Según la presidenta, las causas de las amenazas de las islamistas eran su amistad con el sumo pontífice Papa Francisco, también argentino y su postura de reconocimiento de los Estados de Palestina e Israel. Cristina Fernández señaló que la Secretaría de Inteligencia y el Ministerio de Seguridad de Argentina se ocuparían del caso.
Asimismo, en respuesta a los periodistas, la jefa del Estado argentino afirmó que no tiene miedo a las amenazas, al igual que el papa Francisco, que también fue amenazado por el mismo grupo radical, y dijo que si prestara atención a las intimidaciones «debería vivir abajo de una cama, como el papa también».
También afirmo la presidenta en una de sus habituales comunicaciones con la juventud kirchnerista que si algo le sucediera no miraran hacia el oriente sino hacia el Norte, dejando traslucir claramente que de sucederle algo inesperado, a su integridad o su salud, serían los Estados Unidos los responsables.
Días después, la presidenta ingresó inesperadamente en una clínica porque presentó intensos dolores abdominales, siendo internada y detectándosele unas lesiones intestinales producidas por la presencia de divertículos y denominada sigmoiditis:una inflamación que pudo originarse en algún alimento ingerido, el strress normal de un presidente en funciones o quien sabe, algún intento de prejudicar la salud de la mandataria, como había sido presagiado por la misma presidenta.
No queremos ser alarmistas, pero ya conocemos que ha sucedido con los presidentes Fidel Castro, Lula, Lugo, Dilma, Néstor, Chávez y Cristina, quienes sufrieron llamativamente con muy corto tiempo de frecuencia enfermedades que nos privaron de la vida física de Hugo y Néstor, y nos dejara en zozobra ante los cuadros de cáncer tratables de los demás compañeros presidentes, y sabemos que matematicamente la probabilidad de semejante asiduidad de eventos a presidentes es extremedamente baja para que sean ocurrencias al azar.
Sobre las reales probabilidades: de estas especulaciones existen distintas teorías y ninguna comprobación certera.
Según una publicación en la revista Slate, si el sistema inmune de la persona está gravemente debilitado, se podría enfermarla aún más inoculando tejido enfermo, extrayendo tejido a la víctima y sometiéndola a un agente cancerígeno para luego reintroducirlo en su organismo.
Sin embargo, la revista aclara que todo esto está en un nivel ultrateórico y no ha sido experimentado ni probado en la práctica.
«Si se inyectan células cancerosas vivas a una persona, su sistema inmunitario las atacará y destruirá esos tejidos extraños», es otra de las conclusiones del artículo.
Una de las teorías fuertes sobre la inoculación están basadas en la radiación: «Los oncólogos implantan aparatos del tamaño de un grano que emiten radiaciones en algunos pacientes a fin de combatir cánceres ya declarados. No es posible decir con certeza en qué medida este tipo de aparatos es capaz de aumentar los riesgos de cáncer en una persona que goza de buena salud».
Así todo, es muy difícil implantar un dispositivo en el cuerpo de un enemigo sin que este lo note.
Una de las teorías de Castro y Chávez, es que la enfermedad fue trasmitida mediante comida infectada, al respecto los especialistas sostienen que contaminar los alimentos con altas dosis de aflatoxinas, ligadas al cáncer de hígado, podría ser una opción.
También se podría inocular a la persona una buena cantidad de agentes biológicos cancerígenos. Slate cita dos: el helicobacter pylori, que contribuye al desarrollo de cáncer de estómago, y el papillomavirus humano, que puede causar cáncer de cuello de útero o de recto.
Inoculado o no, esto abre un abanico de dudas sobre las enfermedades en todos los mandatarios americanos «no alineados» con las ideas de los Estados Unidos.
Hugo Chávez, Juan Manuel Santos, Cristina Kirchner, Fidel Castro, Fernando Lugo, Dilma Rousseff y Luiz Inácio Lula da Silva, su antecesor, padecieron esta enfermedad. ¿Casualidad?
Oncólogo ruso
La versión de que EE.UU. ha desarrollado y usa una tecnología que permite causar el cáncer con el fin de eliminar a los líderes no deseados tiene todo el derecho de existir», opina uno de los principales profesores del Centro de Investigación del Cáncer de Rusia. En una entrevista con la agencia de noticias Regnum, el médico afirmó que el ‘vecino del norte’ de América Latina está observando de cerca los procesos en la región y, cuando estos afectan a los intereses de EE.UU., utiliza diversos medios para tratar de encauzarlos a su gusto.
«El nivel de desarrollo de la tecnología, en particular en el campo de las ondas de radio, sin duda, está a un nivel alto en EE.UU», añadió el profesor al aclarar que expresa su opinión personal y no puede proporcionar pruebas tangibles de que los presidentes de los países latinoamericanos fueron irradiados por Washington. «Y es poco probable que alguien tenga estas pruebas. Son muy difíciles de detectar», concluyó el experto.
Se han registrado varios casos de cáncer en los líderes latinoamericanos, sobre todo entre aquellos que intentan seguir una política independiente y resistir a la expansión estadounidense, ya en 2011 subrayó el difunto presidente de Venezuela, Hugo Chávez. El comandante Chávez fue advertido por el líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, que fue uno de los primeros en destacar el «origen infeccioso» del cáncer de los mandatarios latinoamericanos.
Fuente: http://matrizur.org/index.php?option=com_content&view=article&id=33306