M.H.: Hubo una conferencia de prensa en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, donde el legislador del FIT, Marcelo Ramal, denunció una nueva ofensiva sobre la Salud mental pública y alerta sobre un nuevo intento de privatización de los hospitales Borda y del Moyano. ¿Qué información tenés vos al respecto? A.B.: Fui parte […]
M.H.: Hubo una conferencia de prensa en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, donde el legislador del FIT, Marcelo Ramal, denunció una nueva ofensiva sobre la Salud mental pública y alerta sobre un nuevo intento de privatización de los hospitales Borda y del Moyano. ¿Qué información tenés vos al respecto?
A.B.: Fui parte de la conferencia de prensa junto a Marcelo Ramal y a Hernán Scorofitz tomando en cuenta lo que detectamos en el Presupuesto de la Ciudad. Todo surge ratificado en lo que fue la presentación del Ejecutivo del Presupuesto de la Ciudad para el 2017 y también un anexo de un Presupuesto plurianual del 2017/18/19. Ya teníamos referencia concreta de esto porque los mismos trabajadores del Borda y del Moyano nos habían acercado unos papers de los directores de instituciones como el Hospital Alvear y el Moyano, donde aparecía la transformación de los hospitales neuropsiquiátricos en institutos de neurociencias. Obviamente, dimos cuenta de que en el presupuesto ya estaba estipulado y decidido esto.
Esto no solo alcanza al Borda y al Moyano sino que también va a ser parte de la reformulación del hospital Alvear y del Centro de Salud Ameghino, que la semana pasada hizo una actividad de protesta ante una situación que se está dando que es el intento de introducir por la ventana un interventor, cuando históricamente sabemos que los directores tienen que ser elegidos a partir del consenso de los mismos trabajadores.
Retomando el tema de lo que está en boga que son las «neurociencias», te invito a que leas un artículo que salió hoy en La Nación que surge de la mano de Facundo Manes como asesor de la Gobernadora Vidal en la Provincia de Buenos Aires. Es toda una operación que está detrás de ir por el camino de la neurociencia como el nuevo paradigma revolucionario que se despliega en la Salud mental. Evidentemente están tratando de generar este tipo de instituciones para barrer y correr con todos los principios establecidos por las leyes de Salud mental, tanto la Ley 448 de la Ciudad de Buenos Aires como la Ley Nacional 26657, donde hay un principio rector que es el de la interdisciplina.
Este es un elemento fundamental en tanto y en cuanto se debe garantizar en la atención de los padecimientos mentales, las mayores posibilidades de abordaje de las problemáticas con múltiples saberes y prácticas, no solo la Psiquiatría que fue la que tradicionalmente ha desarrollado la atención y que dio con lo que fue en los inicios la creación de los manicomios y toda una historia de una atención orientada al control y no a solucionar los problemas de las personas.
En este proyecto, que observamos desde el presupuesto, hay 600 millones de pesos más a lo que ya se ha destinado para 2017. Para que tengas una referencia, más o menos para los 4 hospitales monovalentes de la Ciudad se despliega un presupuesto de 2.000 millones de pesos, o sea, al Moyano solo se le destina para 2017 650 millones de pesos, que para que te des una idea es tres veces más de lo que se ha destinado en Nación para Salud mental. Aparte se agregan otros 650 millones a desplegarse en estas instituciones en el 2017/18/19 que es lo que apunta a transformarlas en institutos de neurociencia.
M.H.: ¿Qué vinculación tendría esta denuncia del diputado Ramal con los intereses inmobiliarios por los terrenos que ocupan estos institutos neuropsiquiátricos?
A.B.: Totalmente ligado y sigue. Mucha gente no se ha dado cuenta, que en el mismo Proyecto de presupuesto dado por el Ejecutivo y que se votará el 10 de diciembre, figuran también partidas para retomar el proyecto del Distrito gubernamental, o sea, que vuelven a la carga para tratar de generar en la ciudadanía y, sobre todo, a los trabajadores del Borda y el Moyano una supuesta tranquilidad basada en que la transformación hacia un Instituto de neurociencia implicará que los hospitales no se cierran, pero en realidad se van a ir agotando, esto mismo lo está diciendo el ritmo de externaciones. El hospital Moyano hasta hace muy pocos años tenía 1.200 mujeres internadas y en este momento, expresado por la directora del Moyano, quedan nada más que 620. Quiere decir que se está dando un mecanismo de expulsión de los pacientes internados, no bajo la órbita de la Ley de Salud mental que define que se deben abrir dispositivos sustitutivos como casas de medio camino o residencias protegidas, sino que lo que están desarrollando es llamar al PAMI y a las obras sociales para que se hagan cargo de los pacientes que tienen esas coberturas y que estaban internados en estos hospitales.
Esta forma decreciente de internación apunta a este vaciamiento para poder disponer en un lapso determinado y poder llevar adelante el proyecto del Distrito gubernamental. También hay que decir que lo que se está operando es la privatización de la atención, porque el hecho de que se instituyan como Institutos de neurociencia implica que van a ser mucho más acotados y el hecho de seguir sosteniendo el tema de la internación de manera crónica a largo plazo implica sostener que sigan existiendo las clínicas privadas.
La semana pasada se dio un hecho de máxima gravedad y que acompaña todo esto. En su momento habían derogado una resolución (1484/15) que establecía todos los estándares para la habilitación de las instituciones y los servicios, la semana pasada salió una nueva resolución (1003/16) con los nuevos estándares para la habilitación y sostiene que para los diferentes servicios el único habilitado para dirigirlos es el médico psiquiatra. Por otro lado, retoma una Ordenanza del año 1986 que regía el funcionamiento de estas instituciones, la ratifica y expresa nuevamente que hay instituciones para internación a largo plazo y acepta las colonias psiquiátricas. Es un retroceso de 30 años.
Por lo tanto, el retroceso es muy grande, porque en esta perspectiva ideológica de la gobernabilidad mixta que se está ejerciendo en el área de salud, tanto en Ciudad como en Nación, que no solo gobierna el PRO como poder político sino que está acompañado de una perspectiva ideológica y práctica por la corporación médico psiquiátrica, es indudablemente un accionar para avasallar los derechos de los pacientes en detrimento del sistema de calidad que buscamos y, por otro lado, el avasallamiento de los derechos de todos los trabajadores que son desplazados porque la orientación de este modelo hegemónico apunta a volver al imperio de la Ley 17132 de la época de Onganía, del ejercicio de la medicina, que paradójicamente sigue vigente sin haber sido modificada, donde se establecía que el resto de las profesiones no médicas son meros auxiliares.
Este es el grave retroceso, esto tiene que ver también con el grave proceso de la medicalización y el tema de que sea solo el profesional que tiene la capacidad de prescribir fármacos el que defina y determina el modelo de atención. Obviamente, favoreciendo a la industria más poderosa de la tierra que es la farmacéutica.
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