Lo que preocupa a la prensa tradicional es dejar el poder de manipular, polarizar y marcar la agenda: Youtubers.
Hace poco se suscitó una rebelión digital. No fue la primera, pero sí una de las más mediáticas. El epicentro estuvo en España y, en segundos, se irradió a escala global. En Bolivia, muy pocos se enteraron del fenómeno social y virtual, que puso en jaque al periodismo tradicional.
El investigador Santiago Alba, en 2012, planteó que aún no se sabe qué son exactamente las nuevas tecnologías ni qué nuevamente están engendrando. No sabemos si internet es una técnica como la escritura, una herramienta como la imprenta, un nuevo continente como América o un órgano como nuestro riñón derecho. Probablemente es todo eso al mismo tiempo.
“Lo que sí podemos decir es que nos introduce —nos está introduciendo ya— en una condición posletrada; en una condición en la que lo decisivo, como nuevo marco de percepción, no es ya la letra pública ni, como a menudo se cree, el ‘dígito’ oculto, sino ‘la pantalla’”.
JIBARIZACIÓN
Esa realidad, hoy, no ha cambiado. Es más: se ha extendido. La pandemia ha generalizado y potenciado el poder de la pantalla digital. “Al igual que el invento del reloj de bolsillo supuso una revolución y una nueva forma de interpretar el mundo de un modo matemáticamente mensurable, las ‘tecnologías intelectuales’ como internet hoy ejercen el poder más grande y duradero sobre qué y cómo pensamos”, añadió el investigador Nicolás Carr.
Sin embargo, esa tendencia, de acuerdo al periodista Pascual Serrano, impone en los usuarios un modo de obrar, pensar y sentir “superficial” y “jibarizado (reducido)”.
Actualmente, la tecnología, el Internet, las plataformas, las redes sociales, los teléfonos inteligentes, la saturación informativa, la obsesión por la inmediatez y el culto a la imagen han impuesto ese modelo. Y el campo periodístico no se ha salvado de esa “invasión” física y mental.
CONFLICTO
En ese contexto, en abril de este año sucedió un evento sui géneris. El periodismo tradicional se enfrentó a una envalentonada ola de youtubers (creadores de contenidos de YouTube) y streamers (personas que transmiten en directo a través de Twitch, una plataforma de videojuegos).
El periodista deportivo argentino Gustavo López, respaldado por varios cronistas profesionales, en la emisora La Red, desacreditó al streamer español Ibai Llanos (de 26 años) por entrevistar a futbolistas de élite como Gerard Piqué, Sergio Agüero, Paulo Dybala, entre otros. Él, por su parte, no se amilanó y respondió a las críticas.
A su vez, como abejas que defienden su colmena, decenas de youtubers y streamers lo respaldaron, cuestionaron a López y, en el fondo, pusieron en tela de juicio al periodismo ortodoxo.
CASPOSOS
Rubén Martín, Samu Galicia, Rubén Domínguez (Elxokas), Martín Pérez (Coscu), Daniela Viaggiamari (Dani la Chepi), Nicolás Ávila (El Cachondo) y otros calificaron a los cazanoticias deportivos en cuestión como “anticuados”, “dinosaurios” y “casposos (con ideas rancias)”. Raúl Álvarez (Auron- Play), Rubén Doblas (El Rubius) y Luis Villar (Luisito comunica), entre otros streamers, se solidarizaron con sus colegas.
Por si todo eso fuera poco, el 18 de junio, Llanos, junto con la empresa Kosmos de Piqué, compró los derechos de la Copa América para transmitirla gratis por Twich. El relato del partido Argentina-Bolivia por youtubers argentinos tensionó más la pugna. Varios streamers, Piqué y el exjugador Ronaldo Nazario comentaron, además, la final entre Brasil y Argentina.
El 11 de agosto, Llanos —que, según The Washington Post, tiene en su canal de YouTube 6,8 millones de seguidores; en Twitter, 5,4; en Instragram, 5,3, y una cifra parecida en Twitch— consiguió una entrevista con Lionel Messi, que fue transmitida también en directo.
VIRAL
Ese encuentro se viralizó en las redes sociales debido a su carácter espontáneo, cálido y humano. Frente a ello, la prensa deportiva internacional reaccionó. Algunos cronistas mostraron al streamer español como un desconocido; otros, como un improvisado, que saltó del mundo de los gamers (de los videojugadores) a la transmisión de partidos y a las entrevistas con estrellas de fútbol.
Llanos fue puesto en el ojo de la tormenta. Pero, otra vez, no estuvo solo. Un enjambre de youtubers y streamers lo defendieron. Nuevamente, el periodismo tradicional fue arrinconado.
Ante la tormenta de críticas y para no quedar desprestigiados, algunos profesionales de la prensa deportiva intentaron conciliar ideas. Matizaron sus cuestionamientos con el argumento de que sus formatos de información eran “controversiales”, de “entretenimiento” y “críticos”. Aseguraron que se los “malentendió” y que no estaban en contra de ellos.
REBELIÓN
Al final, varios periodistas deportivos se vieron obligados a retroceder y disculparse públicamente.
Por su parte, youtubers y streamers profundizaron su posición. Y de la crítica pasaron a la reflexión.
Aclararon que, en esencia, lo que le preocupa al periodismo tradicional es abandonar el poder de manipular, polarizar y marcar la agenda noticiosa. Con la particular entrevista a Messi se demostró que la prensa ha perdido la confianza de las fuentes y su “sentido por la vida”. El carácter “mercenario”, “violento”, “sensacionalista”, “especulador” y “farandulero” de algunos medios ha entrado, otra vez, en cuestión.
Miguel Pinto Parabá es periodista
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