La construcción fabril de un nuevo mundo, la prueba de que los movimientos de base son posibles. El movimiento barrial Tupac Amaru nació en el norteño Jujuy, pero ya está presente en 16 provincias del país. Miles de afiliados, trabajadores-estudiantes, centros médicos, atención a discapacitados, ocio diseñado por los cooperativistas… el sueño está ahí, bien […]
La construcción fabril de un nuevo mundo, la prueba de que los movimientos de base son posibles. El movimiento barrial Tupac Amaru nació en el norteño Jujuy, pero ya está presente en 16 provincias del país. Miles de afiliados, trabajadores-estudiantes, centros médicos, atención a discapacitados, ocio diseñado por los cooperativistas… el sueño está ahí, bien despierto.
La Tupac Amaru es una organización barrial que nació en la provincia de Jujuy, Argentina, en el año 2001. Acompañada de una de sus delegadas, hicimos un recorrido por su Sede, el Barrio o «Cantry» en las afueras de la ciudad, y las cooperativas textiles y de adoquines.
Milagro Salas, es la persona que comenzó con este proyecto que trabaja por la vivienda digna para las y los trabajadores, educación para los jóvenes y niños, salud para todos y todas, y recreación en familia. Tupac Amaru muestra orgullosa en su página web al Ché Guevara o a Evita… Tiene estructura cooperativa y desde 2003 gestiona fondos del estado para la construcción de viviendas populares pero han logrado bajar el costo un 40% y multiplicar el número de empleos, ya que tiene fábricas que producen todas las materias primas.
Tupac Amaru es un movimiento con bases fundamentadas en el trabajo, que enorgullece a todos sus beneficiarios y, por lo tanto, sólo molesta a quienes ya no pueden aprovecharse, ni acaparar «feudos». Aunque apoya al gobierno de Cristina Fernández y tiene muy buenas relaciones con él, las bases del movimiento barrial son más profundas y están más cercanas al proyecto de Evo Morales que al kirchnerismo. Implantado ya en 16 provincias de Argentina y con 70.000 afiliados, Jujuy sigue siendo su sede principal.
Milagro Salas es una dirigente peculiar. Es parte de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA) y creyente del proyecto latinoamericano y descolonizador. Quizá por eso, logra los afectos de pueblos originarios guaraníes, kollas o mapuches.
El recorrido con Analia
Analia es delegada, eso quiere decir que además de trabajar en albañilería, en la construcción de viviendas, coordina actividades sociales para su barrio (huertas, ropero comunitario, copa de leche) y lleva inquietudes a la Asamblea semanal del movimiento barrial, de la que participan alrededor de 900 delegados y delegadas. Es el órgano en el que se toman todas las decisiones.
Fuimos a la Sede de la Tupac, allí me encontré con consultorios médicos (ginecológico, odontológico, oftalmología o psicología, entre otros), pileta climatizada, canchas de básquet y futbol… A todos estos servicios e instalaciones, los afiliados acceden con poco más de un dólar por grupo familiar.
Los orgullos de la Tupac Amaru están aquí: el Cemir (Centro Integral de Rehabilitación para personas discapacitadas), el Parque acuático y el Parque temático.
Luego visitamos Alto Comedero, un barrio a 15 km de la capital, dónde la Cooperativa de construcción ha levantado 1.060 viviendas. La barriada cuenta con pileta al aire libre y otra climatizada, para ancianos y niños con capacidades diferentes, lugar de juegos y para hacer asados en familia.
En el mismo barrio están también la Cooperativa Textil, donde trabajan 110 hombres y mujeres confeccionando guardapolvos escolares, ropa de trabajo para personal de hospitales, sábanas, etcétera.
La Cooperativa de Bloques y Adoquines provee del material para la construcción de las viviendas, como también accesorios de cocina y lavaderos.
A través de este trabajo organizado, la Tupac Amaru ha construido 4.500 viviendas en toda la provincia, y ha generado 6.000 puestos de trabajo. El movimiento tiene normas estrictas de comportamiento y es una política que todo trabajador de las cooperativas estudie.
Escribía hace dos años Sandra Russo en Página 12: «La Tupac Amaru ya no es la organización social conocida por hacer miles de casas. Fue la acción, la obra, la que les dio derecho al discurso político. Y aunque haya internas irresueltas entre los movimientos sociales, está claro que más allá de las resistencias tanto del sistema como de parte de la clase política, esos movimientos tienen derecho a elevar, poner en escena y pelear no sólo por sus intereses, sino también por sus convicciones. La redistribución de la riqueza siempre evita hablar de la redistribución del poder». Y concluía: «El desarrollo aceitado que ha tenido esa organización, su mística y su originalidad pueden plantear debates, pero si no se es un canalla perdido, despierta inequívoco respeto».
Fuente: http://otramerica.com/temas/la-redistribucion-de-la-dignidad-del-tupac-amaru/1451