Los trabajadores del Casino Flotante de Buenos Aires, vienen llevando adelante diversos reclamos desde hace meses. El pedido de encuadramiento según la actividad correspondiente, aumento salarial y mejoras en las condiciones de trabajo son algunas de las causas que los movilizan; represión policial, golpizas por parte de las patotas de la burocracia sindical en disputa […]
Los trabajadores del Casino Flotante de Buenos Aires, vienen llevando adelante diversos reclamos desde hace meses. El pedido de encuadramiento según la actividad correspondiente, aumento salarial y mejoras en las condiciones de trabajo son algunas de las causas que los movilizan; represión policial, golpizas por parte de las patotas de la burocracia sindical en disputa y despidos, lo que encuentran habitualmente como respuesta.
El pasado lunes 5 de Noviembre, mil doscientos trabajadores nucleados principalmente en la Asociación de Agentes de Loterías y Afines de la Republica Argentina (ALEARA), perteneciente a la CGT y conducido por el legislador macrista Daniel Amoroso, se movilizaron por el centro porteño solicitando la reducción de la jornada laboral a raíz de que las condiciones en las que prestan tareas están generando importantes problemas de salud. Leandro Bonini, delegado del sector Juegos del casino, explicó que se suceden «casos de abortos espontáneos en un porcentaje altísimo, compañeras embarazadas con partos prematuros que triplican los índices oficiales, cientos de trabajadores con problemas de caderas por la cantidad de horas que están parados».
El Ministerio de Trabajo no se mostró dispuesto a aportar soluciones y los trabajadores se declararon en alerta y convocaron a una asamblea para el día viernes 9 del corriente en su lugar de trabajo, el Casino Flotante de Puerto Madero. Ese día por la mañana una patota del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), en manos del ultrakirchnerista Omar «Caballo» Suárez, irrumpió en plena sala de juegos repartiendo golpes contra los trabajadores. Los empleados denuncian la complicidad de la Gerencia del Casino ya que, como afirma Pablo Conti, también delegado del Casino, «el viernes pasado entró una patota con el aval tanto de la empresa como del personal de seguridad, se identificaron como trabajadores del SOMU, de hecho el mismo Suárez admitió más tarde que habían sido ellos. Bueno, entraron y comenzaron a atacar a los trabajadores, a darnos con palos, en el medio de nuestra asamblea. Los trabajadores que laburamos en el Casino somos todos pibes jóvenes -el promedio de edad es de 20 o 25 años- y vimos entrar tipos de contextura física enorme, bien identificados con la burocracia sindical, con la intención de impedir nuestra asamblea». Como resultado del ataque, dos decenas de trabajadores fueron atendidos en diferentes hospitales de la Capital Federal.
La reacción fue una masiva movilización a los tribunales federales el día lunes 12, denunciando la complicidad de la empresa en la agresión a la asamblea. Consultados por Prensa De Frente sobre la información difundida por los medios masivos que sostenía que la marcha de repudio a las agresiones fue convocada tanto por ALEARA como por el SOMU, Bonini afirmó que «nosotros convivimos con trabajadores, con compañeros nuestros que están agremiados al SOMU, así como también de otros gremios como pueden ser los gastronómicos. El problema acá es la patronal y la dirección del SOMU que no pueden permitir que los trabajadores estemos acá, todos unidos en un reclamo único que solicita la reducción de jornada para todos.» En palabras de otro delegado, «para desmentir lo que dicen los medios, los que marchamos fuimos los trabajadores, agremiados o no en ALEARA. Acá somos todos compañeros, inclusive tenemos matrimonios, parejas, amigos entre los que uno está en un gremio y otros en otro; se comparte todo. Quienes establecen la división son los sindicatos. Hoy, acá en la asamblea hay trabajadores afiliados al SOMU. La propuesta es crear de una vez por todas el sindicato único de los trabajadores del Casino de Buenos Aires. Lo que pasa es que el Estado, la burocracia y todos los poderes van en contra de este tipo de acciones.»
El viernes pasado, mientras los trabajadores se disponían a realizar una asamblea en el Parque Lezama, ya que el Casino se encontraba cerrado desde los incidentes de la semana anterior, poco antes de comenzar a marchar varios empleados llegaron con la noticia de que habían llegado a sus casas telegramas de despidos . Esta situación generó que la movilización se dirigiera hacia el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social con el fin último de lograr la reincorporación de los despedidos, así como de garantizar la reducción de la jornada laboral.
Sobre los despidos, y a pesar de que en los telegramas se los vincula con los incidentes, los delegados afirman que «hay personas que están siendo despedidas porque actuaron en defensa propia el día de la agresión, pero hay otras que ni siquiera estuvieron ni participaron ese día. Evidentemente se están agarrando de esto para hacer una limpieza de gente. Casualmente buena parte de los despedidos son quienes tiene problemas de salud, un eje que venimos trabajando.» Según Conti, las medidas de lucha continuarán durante toda esta semana, «vamos a marchar hoy, mañana y todos los días hasta que reincorporen al último compañero.»
Al cierre de este envío no estaban confirmados la cantidad de cesanteados, pero podrían superar los 70 trabajadores y los trabajadores se encontraban acampando en la puerta de su lugar de trabajo reclamando la reincorporación de los cesanteados, a la vez que convocaron a una nueva movilización para mañana lunes 19 a las 16 horas en la puerta del Ministerio de Trabajo.