Una de las tendencias que ha tomado fuerza en los últimos años para abordar, pensar y analizar la política son los llamados enfoques «técnicos» o «racionalistas», próximos a la escuela del ‘racional choice’, que es implementada por «especialistas» o «expertos» -en ciertas materias o campos de saber-, teniendo la convicción de que es posible y […]
Una de las tendencias que ha tomado fuerza en los últimos años para abordar, pensar y analizar la política son los llamados enfoques «técnicos» o «racionalistas», próximos a la escuela del ‘racional choice’, que es implementada por «especialistas» o «expertos» -en ciertas materias o campos de saber-, teniendo la convicción de que es posible y correcto abstraerse del contexto social, político o económico y centrándose en las acciones de los individuos, para dar cuenta y encontrar explicaciones válidas acerca de los fenómenos sociales o políticos.
Bajo este paradigma, los fenómenos o acontecimientos políticos, sociales o económicos que tienen relación con el Mundo Árabe son vaciados de contenidos, de contexto o de historicidad, para ser remplazados por «hechos concretos»; «espectacularizados», aislados, o desarticulados en tiempo y espacio, siendo frecuentemente presentados por los medios de comunicación, como incomprensibles e irracionales para el «mundo occidental y civilizado» [1].
La supuesta experiencia que es portada por individuos a los cuales se les considera «iluminados», por su capacidad para lograr la objetividad plena de la realidad que observan, ha inundado una serie de campos de conocimientos. Uno de éstos es respecto al Mundo Árabe, que cuenta con sus propios «especialistas y expertos», considerados los principales fuentes de información y conocimiento para las agencias de noticias y las cadenas internacionales de TV, constituyéndose, en los verdaderos portadores de este saber-poder [2]. Sujetos, que por cierto, en su mayoría han sido formados en las mejores universidades de Europa y Estados Unidos, bastante alejados del mundo que describen, analizan y objetivizan.
Es de suponer que estos pensadores poseen un saber-poder con respecto a «Oriente», porque han sido capaces, entre otros elementos, de introducir y legitimar una serie de conceptos en los medios de comunicación, de manera tal que cualquier artículo o nota que prescinda de esos conceptos o frases, puede ser tachado de fanático, fundamentalista o, en el mejor de los casos, de poco riguroso u objetivo. Los «especialistas» han hegemonizado un discurso respecto a «Oriente» y los «orientales», seguramente como consecuencia de los prejuicios y estereotipos forjados por Occidente y funcionales para sus intereses [3].
Por compartir un ejemplo respecto al conflicto palestino-israelí, al televidente o lector promedio, le parecería extraño que un artículo o nota de prensa en esta temática no apareciese algo así como «la violencia de ambas partes» o «acciones terroristas palestinas y represalias israelíes», como si se tratase de fuerzas simétricas, donde una de las partes se «defiende o responde» militarmente a la otra como mera operación de «autodefensa». A esto se suma una descontextualización del conflicto, lo que deriva en ambigüedades y confusiones.
Se hace recurrente también la frase de que «Israel es la única democracia de Medio Oriente», lo que en este caso marca una diferencia substancial -adjudicándole a Israel una legitimidad mayor ante Occidente-, en relación a sus vecinos árabes no democráticos. «Desde su fundación, el Estado de Israel no deja de proclamar a los cuatro vientos que es la única democracia de Medio Oriente» [4].
La utilización de estos conceptos o frases cliché en la prensa «especializada», no hacen otra cosa que perpetuar mediáticamente el discurso oficial del Estado de Israel respecto al conflicto mismo y, por tanto, silenciar o invisibilizar la ocupación militar y la colonización de los territorios palestinos invadidos en 1967, los mismos que frecuentemente se denominan «territorios en disputa». Esto implica adicionalmente no dar cuenta de las complejidades y dinámicas de un proceso político que se viene desarrollando hace más de medio siglo.
Es posible que en ocasiones, los denominados «especialistas en Medio Oriente», no tengan necesariamente la intención de repetir mediáticamente el discurso oficial del Estado de Israel. No obstante, cometen el error de privilegiar los aspectos estrictamente formales, centrando su atención en los discursos públicos y oficiales [5], o en la personalidades de personajes como Arafat o Sharón para llevar a cabo sus análisis, perdiendo de vista las dimensiones sociológicas, culturales o histórico-políticas del conflicto; por ejemplo, con respecto a la destrucción y destierro de la sociedad palestina en 1948, al desenvolvimiento de la democracia israelí [6] o de los objetivos que se ha propuesto Israel con la construcción de un Muro de separación [7].
Por su parte, en relación a la denominada Guerra en Irak, se hace difícil no encontrar en los medios de comunicación frases como: «el fundamentalismo islámico» o «la violencia sectaria» [8], que sería protagonizada casi exclusivamente por individuos como Abu Musab Al-Zarqawi [9]. Además en el análisis y en la cobertura se enfatiza en las consecuencias o efectos de la invasión como la violencia urbana y no en las causas que la genera [10], o bien, en las variables que tengan una mayor capacidad explicativa de la actual situación en Irak, que sólo desde un punto de vista humanitario es desde luego dramática. A nivel intelectual es escaso el esfuerzo por criticar estos enfoques que son reductivistas y distorsionadores de realidades tan complejas, cambiantes y heterogéneas como lo son las del Mundo Árabe contemporáneo.
Las terminologías propias de un «tecnicismo conceptual oriental», pareciera ser que son ya parte del actual paisaje de Oriente Medio que nos entrega Occidente a través de los soportes mediáticos, en el cual la guerra y el conflicto son presentados como la norma por excelencia, pero no así sus causas o contexto, como podrían ser los intereses de la grandes potencias en la región.
Gracias a la función de los «especialistas en Medio Oriente», el Oriente a los ojos de Occidente, ha dejado rápidamente de ser ese lugar exótico, misterioso, sensual, extravagante, de las Mil y Una Noche, para convertirse paradójicamente, en un lugar de conflictos tribales y militares interminables, de fundamentalismos y autoritarismos de todo tipo. Por el contrario, no se rescata suficientemente el aporte a la humanidad de Oriente Próximo como cuna de civilizaciones milenarias, entre éstas, la cananea, la mesopotámica o la egipcia, el cual no se encuentra en contraposición alguna con ningún tipo de cultura, como frecuentemente se nos hace ver o se nos quiere hacer creer.
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Nicolás Chadud es Licenciado en Ciencia Política, Universidad Arcis.
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1. Los ataques terroristas en Nueva York, Madrid o Londres se muestran como acontecimientos que sólo pueden ser cometidos por individuos de mentes fundamentalistas, fanáticas o enfermas que odian la democracia y la libertad. Por tanto, bastaría con que los gobiernos anticipasen los planes de éstas mentes enfermizas para evitar los actos de terrorismo. En este marco se inscribe la estrategia neoconservadora de » La Lucha contra el terrorismo» iniciada por Bush en el año 2001.
2. En los términos que lo plantea Michel Foucault en «Defender la Sociedad «.
3. Ver el texto «Orientalismo» de Edward W. Said.
4. Akiva Eldar. (periodista israelí del diario Haaretz, Tel Aviv), ¿Qué le pasa a Israel?, «Le Monde Diplomatique» (edición chilena), Año VII, número 70, Diciembre 2006, pp. 20-21.
5. Como sostener que la parte judía aceptó el Plan de Partición de la ONU en 1947 y los árabes no.
6. Sin intentar entrar en detalles, no se encuentra demás recalcar que según el Equipo Nizkor (segunda edición de Hoja de Ruta) el Estado de Israel ha declarado el Estado de excepción a partir de su nacimiento en 1948 y sigue estando vigente, incluidos los territorios ocupados desde 1992.
7. En Julio del año 2004, la Corte Internacional de Justicia de la Haya declaró ilegal el Muro construido por Israel en territorio palestino. Por otro lado, el objetivo real del Muro no es otro que imponer por la fuerza una nueva frontera con Palestina, es decir, una nueva realidad material en el terreno, como lo son también los asentamientos alrededor de Jerusalén.
8. Ver la siguiente noticia de la BBC (Noviembre del 2006) «Irak: sigue la violencia sectaria». En http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/international/newsid_6177000/6177538.stm
9. Cuando las Fuerzas militares estadounidenses dieron muerte a Zarqawi, seguramente muchas personas atentas e informadas en relación al conflicto en Irak, pensaron que la violencia disminuiría substancialmente, pues sucedió todo lo contrario.
10. Como la permanencia en Irak de las tropas de ocupación.