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La tragedia argentina

Fuentes: Rebelión

Revisado por Caty R.

Aquél a quien los dioses quieren destruir, primero lo vuelven loco. (Antiguo proverbio griego).

Mucha gente se pregunta cómo un país que al terminar la Segunda Guerra Mundial era la octava economía del mundo [1], ahora está viviendo a los sobresaltos, con un alto índice de pobreza [2], sumida en la violencia, la corrupción, con una pésima calidad de vida, y algo insólito en una sociedad tradicionalmente amable y hospitalaria: la mayor parte de la población se transformó en malhumorada y agresiva. La respuesta está en «como es arriba es abajo». Los «servidores públicos» se olvidaron de que son servidores y se comportan como todo frustrado al que dan poder, se creen señores feudales. Note amigo solo el trato que recibe en migraciones al llegar por ejemplo al aeropuerto de Ezeiza en Buenos Aires. ¡Póngase allí!, ¡ponga el dedo allí, derecho! (voz de mando y nunca por favor) y ni imagine la salida al pasar por el escáner: ¡sáquese el abrigo!, ¡ponga el celular en la cinta! Y cuando pasa por el detector que siempre suena pues los cierre relámpago son metálicos: ¡venga acá! ¡Levante los brazos! ¡Qué satisfacción en humillar! ¡Cuánto sadismo! ¿De donde salió esta porquería? No, este no es el país donde nací, me dije.

Retomando la historia, los gobernantes tal como en la Tragedia Griega, comenzaron con proezas (aunque nunca inmaculadas pues la corrupción jalona los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner), con la muerte de Néstor Kirchner cuando su esposa ya lo había sucedido en el gobierno, ésta pasó de un gobierno «asesorado» por su marido, a uno a su libre arbitrio, ocurrió lo que estaba programado en las tragedias griegas, el héroe (en este caso la heroína) se enferma de hybris [3] y comienza la Némesis, un período de castigo de los dioses.

Esa Argentina, con cinco Premios Nobel legítimos: dos de la Paz, dos de Medicina, uno de Química [4], cambia la racionalidad por una extraña mezcla de razón y emoción, que transforma a la oposición en cualquier ámbito en enemigos de la patria, a la disensión en traición, a la obsecuencia perruna en la más alta virtud. Las relaciones comerciales arduamente construidas a través de los años quedan al arbitrio de un Secretario de Comercio Interior que dice: esto se importa, esto no, sin cuidar que no sean insumos esenciales de la industria nacional o medicamentos estratégicos.

Dejando de lado el maniqueísmo, pues una mente no confundida no puede ignorar las partes buenas y pintar solo las malas, Néstor Kirchner tomó un país destrozado por los corruptos que robaron lo que se fue acumulando como deuda externa y que el cancerbero FMI obligó a honrar por más deshonrosa que fuese, saliendo de una catastrófica estafa al pueblo en beneficio de los grandes capitales, catástrofe ocurrida a finales de 2001, cuando todos gritaban ¡que se vayan todos!, Néstor Kirchner puso un poco de cordura aunque al pueblo nunca lo resarció de la estafa del Gran Capital, y el país lastimado comenzó a andar. Debemos también reconocer que Cristina Fernández de Kirchner (CFK) logró ganar las elecciones antes de la muerte del marido y luego una reelección con el 54% a su favor. Ambos Kirchner ayudaron a muchos desahuciados con sus planes sociales, y a los adultos mayores que no cumplían los requisitos anteriores les dio jubilación incluyendo a las amas de casa con una moratoria que se paga con parte de la jubilación, sean argentinos o extranjeros, para lo que usó bien la bendición de los precios internacionales de la soja, el maíz y el trigo (es claro que todas esas acciones jugaron un papel fundamental para que los beneficiarios votasen su reelección, pero fueron acciones asistencialistas que beneficiaron a cadenciados). Durante un prolongado período el pueblo argentino tuvo una vida apacible. Pero no por ello debemos ignorar que cuando los fondos se acaban por su demanda exponencial, cuando los inversores ni se acercan por el riesgo país y los que están y pueden irse se van, cuando los que ganaron (bien o mal) su dinerillo lo preservan mandándolo el exterior, aparece necesariamente el cepo cambiario. En realidad no es grave, lo grave es la restricción mencionada a las importaciones para ahorrar dólares que provocan carencias graves en la industria y la salud.

CFK se rodeó de personas de escasos escrúpulos. Con la bandera de los derechos humanos metió en la cárcel a los represores del Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983), pero dio carta blanca a la conducción de Madres de Plaza de Mayo (madres de desaparecidos en la represión), insólitamente devenidas contratistas para la construcción de viviendas. Nunca sabremos nada por la justicia, pero las Madres no sabían hacer casas y le dieron poder a gente que sacaron de la cárcel por parricidas y en un momento todo saltó por los aires y acusaciones acá acusaciones allá, el dinero nadie sabe adónde fue, eso sí que es una verdad científica.

El problema que apareció con la reelección de CFK es que el Kirchnerismo fue mayoría en las Cámaras. Como a los ministros de la Corte Suprema los nombran el Poder Ejecutivo y el Legislativo, es claro que todos los poderes del Estado son o tienen mayoría oficialista, y… la República se transformó en Reino absolutista. Para los cuentistas políticos este es un tema a estudiar. Con mayoría en las Cámaras y elección del PJ entre los otros dos poderes.

Para garantizar la libertad política del ciudadano que, según Montesquieu no es inherente a ningún tipo de gobierno, es necesario poner ciertos límites que eviten el despotismo: la separación de poderes en legislativo, ejecutivo y judicial, inspirada en la legislación inglesa y en las ideas de Locke. Es necesario que el poder contenga al poder. El genial análisis de Montesquieu sobre la posibilidad de combatir al despotismo mediante tres poderes independientes que se controlen entre sí, deja de ser útil cuando un poder domina a los otros y por tanto los poderes no son independientes -eventualidad encontrada también en las Repúblicas-, allí se acabó la medicina y el despotismo campea libremente y sin modo legal de limitarlo.

Como decíamos, en Argentina hay un solo poder -el Ejecutivo–, que actúa como en un reino absolutista. Impunidad total para los cortesanos, la ley se aplica discriminadamente a la plebe. El vicepresidente fue acusado de estafa, pero CFK dijo, ¡defiendan a Boudou! (el vice) y por allí anda suelto. Sus procesos bloqueados por el gobierno.

El deseo de perpetuarse hasta la eternidad en el poder hace que todo opositor sea un enemigo y todo pretendiente a suceder a la Señora sea un sujeto a destrozar. Esto último está pasando con el gobernador elegido de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli que fue vicepresidente en el primer gobierno de CFK. La persecución es desembozada, hasta se anuncian las medidas punitorias a su «traición». La CGT ya no responde a CFK.

Para un observador atento, el gobierno entró en una etapa de inestabilidad, sin el asesoramiento un equipo de experimentados y prudentes estadistas, CFK cree que con su liderazgo basta, y van apareciendo personajes que se caracterizan por una prepotencia irracional y suicida para las relaciones internacionales como el mencionado Ministro de Comercio Interior, Guillermo Moreno, más parecido a un patotero que a un funcionario de un país civilizado. Los acuerdos comerciales con el extranjero son letra muerta y se producen permanentes conflictos con los socios comerciales de Argentina. En la última reunión del MERCOSUR en Mendoza, la Secretaria de Comercio Exterior de Argentina, Beatriz Pagliegi imitando a su jefe Moreno se tomó a gritos con su par brasilera la secretaria de Comercio Exterior Tatiana Prazeres [5], que abandonó la sala, provocando un papelón internacional. Este gobierno con sus políticas poco prudentes y apresuradas está llevando a Argentina a quedar aislada del mundo y a sufrir condenas judiciales que como siempre las paga el pueblo.

 

Notas:

[1] http://www.lagaceta.com.ar/nota/453333/Economia/New-York-Times-aconseja-Obama-inspire-Argentina.html

[2] http://www.rebelion.org/noticia.php?id=152180&titular=a-confesión-de-parte…-

[3] La hibris o hybris es un concepto griego que puede traducirse como ‘desmesura’ y que en la actualidad alude a un orgullo o confianza en sí mismo muy exagerada, resultando a menudo en merecido castigo. El castigo de los dioses a la hibris es la némesis, que tiene como efecto devolver al individuo dentro de los límites que cruzó. En la Tragedia Griega al llegar la némesis los espectadores proyectaban sus defectos en el actor que al sufrir el castigo producía una catarsis en el público. (Fuente Wikipedia).

[4] http://www.fmmeducacion.com.ar/Historia/Notas/nobelargentinos.htm

[5] http://www.ieco.clarin.com/economia/Termino-escandalo-reunion-Brasil-comerciales_0_728327285.html


Guillermo F. Parodi es escritor, profesor universitario, miembro del Observatorio Internacional de la Deuda y de los colectivos Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala (www.tlaxcala.es), la red de traductores por la diversidad lingüística. Este artículo se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la revisora y la fuente.

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.