En su sitio de Internet, la empresa Telecom publicita varios aspectos de la organización, incluso sorprende con un link que remite a reportes de su supuesta «responsabilidad social empresaria». Aunque si usted quiere conocer en profundidad cuál es la política practicada por la empresa de telecomunicaciones, aunque lea atentamente todo lo que dice en el […]
En su sitio de Internet, la empresa Telecom publicita varios aspectos de la organización, incluso sorprende con un link que remite a reportes de su supuesta «responsabilidad social empresaria». Aunque si usted quiere conocer en profundidad cuál es la política practicada por la empresa de telecomunicaciones, aunque lea atentamente todo lo que dice en el sitio de Internet le aseguro que nada encontrará acerca de la persecución que Telecom practica contra los trabajadores que pretenden organizarse para defender sus derechos.
Telecom se presenta como «agente transformador de la sociedad», sin decir claramente qué transformación quiere hacer. Aunque leyendo lo denunciado por la Unión de Trabajadores Telefónicos de Córdoba (UTATEC-CTA) advertimos qué tipo de transformación puede querer esta multinacional que usa todo su poder para impedir la agremiación de los laburantes.
Hace un tiempo, en 2008 y 2009, en Telecom Francia la cifra de empleados suicidados superó largamente la veintena de trabajadores que cayeron bajo la presión empresarial. Detrás de todo estaba el rigor de la empresa con sus trabajadores, la persecución para lograr la maximización de la ganancia. En definitiva la explotación, adornada con las mejores palabras pero sin sangre.
Desde el año pasado los trabajadores telefónicos de Córdoba vienen denunciando las distintas modalidades de persecución de las que son objeto, como ser despidos, suspensiones, traslados de delegados gremiales, sanciones, etc. Entienda lo que entienda Telecom por «responsabilidad social empresaria», es claro que la misma no contempla permitir que los trabajadores se sindicalicen. De eso podría contarnos el trabajador Oscar Quiñónez que fue despedido por realizar actividad gremial en su lugar de trabajo.
Según parece, la «responsabilidad social empresaria» de Telecom tampoco le impide trasladar desde Córdoba a la ciudad de Salta a Manuel Salguero, trabajador que según le comunicaron hoy dentro de diez día debe presentarse a tomar servicio en la ciudad del norte argentino. Claro que, de cumplirse el traslado, le resultará difícil ejercer desde allí el cargo de delegado gremial en el edificio Alvear, en Córdoba capital, para el cual es candidato. Como se ve, impedir la organización gremial es parte de la transformación que plantea el «agente transformador» Telecom.
Ante todo esto no puedo dejar de pensar en lo sucedido en Francia. Allí la empresa tampoco se hizo responsable de la muerte de los trabajadores. Cuando lo irreparable se repitió lo suficiente para reiterarse en todos los medios de prensa recién se dieron cuenta de aumentar los médicos laborales, hicieron telereuniones de gerentes, etc. Quizás Telecom entienda que su llamada «responsabilidad social empresaria» debe limitarse a acciones para propaganda, o decir que se preocupa por sus trabajadores luego de que pasa lo irreparable. Por ahora continúa ejerciendo la mano dura para perseguir a los trabajadores que pretendan sumar a la organización gremial.
Sería muy bueno, o para decirlo con las palabras del poeta, sería fantástico, que Telecom respetara el derecho a un trabajo digno. Derecho que incluye la sindicalización. El derecho del trabajo es un derecho fundamental, de esos que llamamos Derechos Humanos, es un derecho que genera otros derechos.
Por ahora Telecom prefiere optar «responsabilidad social empresaria», o corporativa, que a las luz de los hechos podría traducirse como explotación y persecución con propagandas. La real transformación social es la que plantean los trabajadores que luchan para que se cumplan los derechos.
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