El martes se conoció el valor del Merval, índice bursátil que mide el «escenario para los buenos negocios» y las expectativas de ganancias en los balances comerciales de las grandes empresas. Así, los balances que cada tres meses se presentan a la Bolsa de Comercio, muestran para este semestre otra vez el aumento de las […]
El martes se conoció el valor del Merval, índice bursátil que mide el «escenario para los buenos negocios» y las expectativas de ganancias en los balances comerciales de las grandes empresas.
Así, los balances que cada tres meses se presentan a la Bolsa de Comercio, muestran para este semestre otra vez el aumento de las utilidades en empresas como Acindar, Siderar y Tenaris, o sea, las de siempre.
Siderar, la mayor productora argentina de aceros planos controla por el grupo Techint, tuvo una ganancia en este primer semestre de 732 millones de pesos.
Acindar informó el crecimiento de sus utilidades en un 30 por ciento durante los primeros seis meses de este año y Tenaris, si bien aún no se conocen datos oficiales, se estima que mostrará beneficios superiores a ese porcentaje.
Respecto a las petroleras todo indica que van en ese mismo camino. Tomando el caso de Repsol-YPF, la empresa informó que en este semestre alcanzó el record de crudo procesado acumulado de los últimos trece años.
«Las tres refinerías están operando con una utilización del 102 por ciento de su capacidad instalada», afirmó la compañía, en referencia a las refinerías de La Plata, en Buenos Aires, Luján de Cuyo, en Mendoza, y la de Plaza Huincul en Neuquén.
Con el alto precio internacional del crudo, que cotiza a 76 dólares el barril, para las petroleras continúa siendo rentable la explotación a pesar de las retenciones a las exportaciones que les hace el Gobierno.
Por eso en los primeros tres meses de este año la perforación de pozos en los que hay petróleo seguro, creció un 32 por ciento con respecto al mismo período de 2005. Pero la exploración, actividad de mayor riesgo económico, fue en picada: en el primer trimestre se perforaron apenas 6 pozos, a diferencia de los 28 del mismo período del año pasado.
Ahora, la otra Argentina
Con un salario mínimo, vital y móvil que no llega a cubrir la canasta básica de bienes y servicios – acordado entre la CGT, el gobierno y este empresariado que gana tanto – el salario en negro golpea a los hogares más pobres.
Un informe realizado por el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) reveló que los hogares más afectados por el empleo en negro son los de menores ingresos.
Según datos oficiales el empleo en negro asciende a un 44 por ciento. Pero según este informe el en negro es 4,5 veces mayor en los hogares con más bajos ingresos.
«En la Argentina, el empleo no registrado en el quintil más pobre es de 76 por ciento, mientras que en el quintil más rico es de 17 por ciento. (…) Esto contribuye a que la pobreza y la muy inequitativa distribución del ingreso se mantengan aun en un contexto de fuerte crecimiento de la economía», dice el informe.
Según un estudio del Departamento de Economía de la Universidad Católica Argentina, la brecha de ingresos entre los hogares pobres y los trabajadores registrados aumentó en los últimos cinco años, y las políticas públicas tradicionales «no son eficaces en reducir la pobreza debido a la informalidad».
Los datos tomados del INDEC, muestran que en abril de este año el PIB era un 20 por ciento mayor que en el 2001 mientras que el salario real de los trabajadores en blanco apenas superó un 5 por ciento. Sin embargo, los ingresos reales de los hogares pobres están un 7 por ciento por debajo del nivel que tenían en el 2001.
En buen criollo: mientras la economía crece en forma constante y produce más cantidad de bienes y servicios (PBI) que antes de la crisis, una proporción muy grande de la población accede a menos bienes y servicios para poder satisfacer sus necesidades.
Mas de 13 millones de argentinos se encuentran por debajo de la línea de pobreza. El gobierno, según un informe del Banco Río, tendría que desembolsar casi 15 millones de pesos por año en subsidios para revertir esta situación.
Mientras, unos pocos argentinos tienen en el exterior 122.000 millones de dólares, cerca de 400.000 millones de pesos. Saque usted sus propias conclusiones