La valentía de los obreros y la fuerza que recibieron de parte de las mujeres que los acompañaron le dieron a la pelea contra las multinacionales petroleras, las contratistas, el gobierno chubutense y las burocracias sindicales una características especial y al mismo tiempo se convirtió en una lucha ejemplificadora para los demás trabajadores de la […]
La valentía de los obreros y la fuerza que recibieron de parte de las mujeres que los acompañaron le dieron a la pelea contra las multinacionales petroleras, las contratistas, el gobierno chubutense y las burocracias sindicales una características especial y al mismo tiempo se convirtió en una lucha ejemplificadora para los demás trabajadores de la región.
Pan American es la máxima operadora petrolera del Chubut, produce alrededor de 4,5 millones de metros cúbicos de crudo por año y Cerro Dragón es el yacimiento más productivo del país, lo que le reporta a la compañía subsidiaria de BP-Amoco importantísimas ganancias anuales. Pero más allá de esté dato Pan American se negó sistemáticamente a propiciar el aumento salarial.
Totalmente por fuera de las estructuras sindicales y con sus propios métodos democráticos de organización los trabajadores de Dragón lograron iniciar una dura pelea contra la petrolera Pan American en la búsqueda de un aumento salarial del 100% por hora de trabajo, para lo cual necesitaban el reconocimiento como interlocutores válidos.
Esto fue justamente lo que los obreros de la construcción conquistaron tras 8 días de paro en medio de las temperaturas bajo cero, la nieve y las constantes amenazas policiales de reprimir.
Entre medio de abrazos, alegría y llantos los trabajadores levantaron la medida de fuerza luego que Pan American, las contratistas, el gobierno de Das Neves y las burocracias sindicales de la UOCRA, la CGT, Camioneros y Petroleros Privados los reconocieran como principales participantes de la mesa de negociación.
Los más golpeado de la clase
Desde la privatización de YPF en las distintas cuencas petroleras del país se comenzó a instrumentar un macabro sistema de subcontratistas y precarización laboral que le facilitó a las multinacionales que se quedaron con los recursos naturales obtener una mayor rentabilidad y alejar los conflictos laborales.
En ese marco aparecen los obreros de la construcción que son contratados por las pequeñas y medianas empresas para realizar las mismas tareas que los trabajadores petroleros, pero con salarios mucho más bajos, condiciones de seguridad deplorables y hasta el sistema jubilatorio es distinto, ya que a los petroleros se le contabiliza un año trabajado por dos y a los de la UOCRA uno por uno.
Cansados de hacer las mismas tareas y cobrar miseria, los trabajadores de las contratistas que operan en Cerro Dragón comenzaron a organizarse y reclamaron una mejora salarial de casi el 100%. Más de 3.000 obreros paralizaron el yacimiento y midieron fuerzas contra las multinacionales, el gobierno y las burocracias, que se sólo se preocuparon por que la huelga no se extienda ni se unifique con otros reclamos similares.
El conflicto de los obreros de la construcción mostró lo más miserable del gran negocio petrolero y las múltiples penurias de los proletarios más explotados del principal sector productivo de la Patagonia.
El rol de las Dragonas
Una pieza clave en toda esta protesta salarial fueron las mujeres de los obreros en lucha. Ante la falta de respuesta y con la angustia de que la represión o el frío les arrancara a alguno de sus hombres, las esposas, hermanas, hijas, cuñadas, etc. de los trabajadores decidieron organizarse para pelear a la par de sus los huelguistas.
Fue así como montaron un campamento de solidaridad y lucha frente al edificio que la petrolera tiene en Comodoro Rivadavia. Desde allí centralizaron la solidaridad de otros gremios y del pueblo comodorense en general, pero fundamentalmente instalaron el conflicto en la ciudad, metiéndole una presión extra a los que estaban en la vereda de enfrente.
En varias oportunidades consiguieron micros para visitar a sus hombres y hacerles llegar la leña, los alimentos, los abrigos, la fuerza y el cariño de las que estaban dispuestas a todo.
Pero cuando ya no pudieron ir más al yacimiento, que estaba semi militarizado, hicieron dos marchas por las calles de Comodoro y conquistaron una profunda y sustantivamente importante solidaridad del resto de los trabajadores y los sectores populares.
Las mujeres de Dragón cumplieron un rol fundamental para desnivelar esta ejemplar pelea que los obreros protagonizaron contra el imperialismo y sus representantes locales.
* Periodista e investigador de: Nuevo Proyecto Energético Latinoamericano (NPEL), grupo Economistas de Izquierda (EDI), Consejo Editorial de la revista Marxismo Vivo y del Centro Regional de Estudios Económicos de la Patagonia Central (CREEPaCe). Dirección electrónica: [email protected]