Hemos asistido a un gran debate sobre la presencia de latas de atún en las zonas afectadas por el terremoto de Perú donadas por Venezuela, donde aparecían fotos del presidente Hugo Chávez y el opositor peruano Ollanta Humala con frases críticas contra el gobierno de Perú. La gran mayoría de los medios, y muy especialmente […]
Hemos asistido a un gran debate sobre la presencia de latas de atún en las zonas afectadas por el terremoto de Perú donadas por Venezuela, donde aparecían fotos del presidente Hugo Chávez y el opositor peruano Ollanta Humala con frases críticas contra el gobierno de Perú. La gran mayoría de los medios, y muy especialmente los españoles, han arremetido contra el gobierno venezolano al que han acusado de aprovecharse de una tragedia para hacer campaña. El asunto fue primera página de los diarios El País, El Mundo y La Razón el día 21 de agosto. Vale la pena estudiar con detenimiento el asunto.
Lo primero que llama la atención es que de la única fuente de donde se nutren todos los periódicos y agencias para afirmar la distribución de esas latas es el periódico de derechas peruano Expreso. En él aparece la noticia el día 20 sin firmar con una foto cuya autoría tampoco se cita. Resulta sorprendente que ningún otro periodista ni medio de comunicación presente en la zona -y había muchos- pudo encontrar las latas, a pesar de que el diario peruano decía que había «miles» «repartidas en zonas de desastre».
Al día siguiente El Mundo titula: «Chávez envía ayuda humanitaria a Perú etiquetada con propaganda bolivariana» . La crónica del enviado especial a Pisco, Ramy Wurgaft, comienza afirmando que «El Partido Nacionalista de Perú, (PNP), una formación con fuerte apoyo financiero y logístico desde Caracas, envió a la zona de la catástrofe 3.500 latas de atún en las que aparece la imagen de su líder Ollanta Humala, junto a la del presidente venezolano Hugo Chávez sobre un fondo rojo». A pesar de encontrarse el periodista en la zona la noticia la ilustra con la foto del diario peruano del día anterior, es decir, el enviado de El Mundo no ha fotografiado ni suponemos que ha visto las latas puesto que debe recurrir a una fotografía de hemeroteca. Sólo dentro del texto encontramos el desmentido de líder opositor peruano Ollanta Humala y del ministro de Información de Venezuela, William Lara.
Eso sí, recoge un testimonio que confirma la noticia, el de «Desiderio Vergara, empleado de la red de supermercados Wong», que «comentó a El Mundo que los nacionalistas pegaron unas etiquetas en las que se lee: «Frente al desastre natural que sacudió al Perú, el PNP se hace presente junto con la hermana República Bolivariana de Venezuela y su líder, Hugo Chávez»». Resulta sorprendente que si buscamos a esa persona en Internet no ha hecho declaraciones a ningún otro medio, sólo a El Mundo, pero también si entramos a la web de esa cadena de supermercados y vemos el listado de tiendas [1] comprobamos que todas están en Lima, no hay ninguna en la zona del terremoto, difícil será por tanto encontrar allí a empleados de la cadena. Para asegurarnos llamamos al servicio de atención al cliente de supermercados Wong y, efectivamente, nos confirman que no tienen comercios fuera de la capital de Perú.
La noticia le permite al diario español publicar un texto a modo de editorial titulado » La falta de escrúpulos de Chávez». En él mezclan la compra de armamento, el encuentro de Maradona con Chávez y, como no, el asunto de las latas de atún señalando la «falta de escrúpulos para hacer proselitismo incluso aprovechando la peor de las tragedias. La ayuda humanitaria de Venezuela a los damnificados de Perú incluye conservas con su efigie y la de su protegido en el país andino, Ollanta Humala».
Al día siguiente, el 22 de agosto, su columnista David Torres volverá a cargar contra el presidente venezolano con un artículo titulado El atún de Chávez.
El derechista diario español La Razón también dedica página entera al asunto ese 21 agosto en una información desde Pisco del enviado especial Angel Sastre, bajo el sensacionalista título de «Chávez envenena el rescate en Perú». Como subtítulo: «El presidente venezolano envía ayuda humanitaria para paliar el seísmo etiquetado con su imagen y la del derrotado candidato a la Presidencia, su aliado populista Ollanta Humala». El periodista también cita como fuente el diario peruano y opta por no publicar foto alguna a pesar de que la información ocupa toda la página. Por supuesto el desmentido del embajador venezolano que recoge dentro del texto no le impide dar por hecho la existencia de las latas a pesar que no las ha visto y menos aún fotografiado.
También el diario ABC de este 21 de agosto se hace eco de la noticia, pero de forma breve y citando un cable de AFP, el cual a su vez cita al diario Expreso en aquella noticia que nunca se supo quien la escribió porque nadie la firmó.
Sin embargo, la versión digital de El Mundo del mismo día ya reconoce que el asunto no está muy claro con el titular «El misterio de las latas de atún con propaganda de Chávez», ahora ya procedente de un teletipo de Efe y no de su enviado que recoge testimonios en Pisco de empleados de empresas que están en Lima e informa de la presencia de latas de atún cuyas fotografías debe recogerlas de un periódico del día anterior. Es el mismo cable que publica ese día El País, también en portada, recogiendo en el subtítulo «El Gobierno de Venezuela ha negado que el alimento que ha donado tras el terremoto esté etiquetado con la fotografía del Presidente. -La oposición peruana tampoco se ha adjudicado la autoría».
Resulta curioso que si vemos con detalle los textos de los cables de las agencias, el envío a Perú de latas de atún con la esfinge de Chávez y Humala está siendo desmentida por el nuevo embajador de Venezuela en el país, José Armando Laguna; el ministro de Información de Venezuela, William Lara; el director del cuerpo nacional de socorristas de la Protección Civil de Venezuela, coronel Antonio Rivero, quien mostró a la prensa local las bolsas con alimentos que se han enviado a Perú para demostrar que son marcas comerciales locales y que no tienen fotos de Chávez o de Humala, y el ministro de exteriores venezolano, Nicolás Maduro. Este último afirmó sin dudas que se trataba de un «montaje» y una «lata podrida» con el fin de «manchar» la solidaridad del gobierno de Hugo Chávez con el pueblo de esa nación. Pocos días más tarde el propio Chávez también desmentiría su relación con esas latas.
Incluso, ni siquiera el presidente peruano Alán García confirmó el origen de los envases: «No creo que Chávez esté haciendo propaganda, porque él no es candidato aquí en el país. Habría que preguntarse quién entrega esas latas, que es de muy mal gusto». Extraño que haya camiones repartiendo miles de latas y que el presidente del país no sepa de donde proceden.
Mientras tanto Vicente Romano, catedrático español jubilado de Comunicación Audiovisual, presente en esas fechas en Perú, ha señalado en el periódico Rebelión.org que «Todas las latas reunidas por el PNP (el partido de Ollanta Humala) son de marcas comerciales peruanas. Los envíos de Venezuela han permanecido almacenados (retenidos) en la base aérea de Ica. Ninguna autoridad fue a recibir la ayuda venezolana. La revisión de la carga no ha descubierto nada relacionado con las latas de marras. El presidente Alan García se ha disculpado a medias ante Chávez, pero deja abierta la calumnia para Ollanta». Romano también ha recordado que la línea editorial del diario Expreso ha sido de constante acoso y mentiras contra el opositor Humala.
Las conclusiones a las que podemos llegar están claras. La prensa mundial se ha lanzado de cabeza a criticar al presidente Chávez por aprovechar el terremoto de Perú para enviar una ayuda en forma de latas de atún con las que hace apología política, pero ni un solo enviado de esos medios ha visto las latas ni les ha hecho fotos, puesto que todos citan y reproducen las mismas imágenes del diario peruano donde no aparecen nunca más de tres latas, bien expuestas a la cámara a pesar de que dicen que hay miles. Una noticia de la que ningún periodista ni ningún fotógrafo del diario peruano se ha hecho responsable. El hecho fue desmentido desde Venezuela por dos ministros, un embajador, el presidente y el responsable de protección civil; y desde Perú por el líder del partido que decían aparecía en la etiqueta. Ninguno de esos desmentidos ha podido evitar que se siga afirmando o insinuando la presencia de esas latas. Tampoco ha aparecido ningún damnificado del terremoto que haya afirmado haber recibido ni consumido ninguna de esas conservas. El único testimonio es recogido en Pisco y procede de un empleado de unos supermercados que no existen en esa región. Tampoco existe ni se ha hecho público dato alguno sobre qué empresa -venezolana o peruana- las ha fabricado y distribuido, ni tampoco información sobre su registro sanitario o legal.
Por último, un detalle, el gobierno peruano que dice no saber nada del asunto ni haberlo investigado, parece muy eficaz etiquetando productos con motivo del terremoto. El día 23 se informaba que iba a regalar a los gobiernos que habían ayudado tras el seísmo botellas de pisco, un licor local, etiquetado como «Pisco 7,9», en alusión al grado de la escala Richter alcanzado por el terremoto.