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Estela de Carlotto celebró la recuperacion del 109º nieto, Pablo Germán Athanasiu Laschan

«Llena almas y dice que es posible que las cosas pasen»

Fuentes: Página/12

El nieto recuperado es hijo de Angel Athanasiu y Frida Laschan Mellado, dos chilenos desaparecidos desde 1976.

La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, tomó la foto en blanco y negro de un bebé y la puso frente a la cámara de la computadora portátil. «¿O no que se parece a su papá?», preguntó a quienes se encontraban del otro lado de la pantalla, vía teleconferencia. Las hermanas de Angel Athanasiu Jara, desaparecido desde abril de 1976, contuvieron la emoción y sonrieron. «Sí, creo que se parece», contestaron desde la casa familiar en el sur chileno, sin todavía creer demasiado lo que están viviendo, esa vuelta de página que les ha comenzado a transformar el dolor en alegría. Carlotto no dudó en afirmarlo: Pablo Germán Athanasiu Laschan, el nieto cuya verdadera identidad le fue restituida el miércoles, «se parece mucho a Angel».

El salón de la sede central de la organización quedó definitivamente chico ayer para albergar al numeroso público que fue a escuchar la noticia que «llena almas y dice que es posible que las cosas pasen», como explicó Carlotto antes de leer el comunicado. Desde el miércoles a la noche se sabía lo fundamental: Abuelas había encontrado al nieto 109. «Tomémoslo como una oportunidad oportuna, valga la redundancia, en un momento en que necesitamos saber que el pueblo está unido», inauguró la presidenta de Abuelas en el marco del anuncio con más tinte político de los últimos tiempos. A su lado, la escucharon el ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao; la representante de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad, Claudia Carlotto; la abuela Buscarita Roa; la presidenta de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Marta Vásquez. Detrás se ubicaron las Madres Taty Almeida y Haydée Gastelú; Elsa Sanchez de Oesterheld y Lita Boitano, de Familiares. Más allá, nietos recuperados y miembros de Hijos.

Carlotto definió la nueva restitución como «un acto de afianzamiento de la democracia» que «demuestra que el pueblo y el Gobierno que el pueblo eligió» están «haciendo las cosas bien», y vinculó el hecho con la política que lleva adelante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner: «Si el Estado lo hace por qué no lo vamos a reconocer, aunque nos digan oficialistas». «Los que hoy dicen que tenemos una dictadura algún día van a entender qué es una dictadura. Esto tiene que ser la democracia eterna», declaró. Tatiana Ruarte Britos, la primera nieta recuperada gracias a la lucha del organismo, enmarcó la buena noticia en el mismo contexto: «La sociedad está muy polarizada y nosotros nos ponemos tristes al pensar que hay alguien que compara este gobierno con la dictadura. Nos parece siniestro. Pero por eso mismo, nuestro esfuerzo se redobla», concluyó. En la misma línea, el representante de la secretaría nacional de Derechos Humanos, Agustín Di Tofino, consideró el hallazgo como «el fruto de años de lucha de estas abuelas que son el ejemplo para nuestra sociedad y que este gobierno está cristalizando en políticas públicas».

Barañao habló específicamente del Banco Nacional de Datos Genéticos, que por estos tiempos está veladamente envuelto en una polémica por su futuro traslado a una sede independiente del Hospital Durand, donde actualmente funciona. Ese traslado es rechazado por algunos organismos y dirigentes de derechos humanos, como la Asociación de ex Detenidos Desaparecidos, el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, y la Asociación de Profesionales en Lucha. «Para nosotros es una profunda satisfacción el poder colaborar a través del BNDG», mencionó el ministro, y aprovechó: «Estamos trabajando para darle una sede con todos los requerimientos de seguridad y mejores condiciones de trabajo para el personal que lo pone en funcionamiento».

La historia

«Pablo siempre estuvo cerca, muy cerca nuestro. Vive por aquí», deslizó la titular de Abuelas con el deseo de haber, aunque sea de casualidad, visto al muchacho de 38 años alguna vez. Allí, cerca de la sede central de la organización que inauguró y sigue sosteniendo la búsqueda de hijos e hijas de hombres y mujeres desaparecidos o asesinados por la última dictadura cívico-militar que fueron arrebatados de sus familias biológicas y criados bajo identidades falsas, vivió Pablo junto a sus apropiadores desde que tenía poco menos de seis meses.

Sus padres biológicos, Angel Athanasiu y Frida Laschan Mellado, eran militantes chilenos. Miembros del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), huyeron de su país natal cuando sucumbió al terror pinochetista, en marzo de 1974. Cruzaron la cordillera, se instalaron en Neuquén y se sumaron al Partido Revolucionario del Pueblo. A mediados de 1975 relocalizaron su vida en la ciudad de Buenos Aires, conscientes de que estaban siendo «vigilados». En octubre de ese año nació Pablo. En abril de 1976 cayeron en las garras del terror argentino. Por su origen, se cree que fueron secuestrados en el marco del Plan Cóndor y pasaron por el centro clandestino de detención y exterminio Automotores Orletti. El bebé fue apropiado por un matrimonio vinculado con la represión, que lo registró como hijo propio. «Tan es así que el hombre se encuentra detenido por delitos de lesa humanidad» en el marco de la causa conocida como Díaz Bessone, radicada en la ciudad santafesina de Rosario.

Desde el otro lado de la cordillera, las hermanas de Angel escucharon su historia breve y dolorosa con sonrisas leves y ojos cargados. Se excusaron de hablar públicamente: «Estamos viviendo la noticia al interior de nuestra familia, muy conmocionadas», justificaron. Recibieron un aplauso desde la sede de Abuelas. El nieto restituido también tiene familiares maternos, que aún Abuelas no ha logrado contactar.

Los abuelos de Pablo llegaron a encontrarse con las Abuelas argentinas en el marco de la búsqueda que hicieron de sus hijos. En 1982, el organismo de derechos humanos argentino radicó la denuncia por las desapariciones en el juzgado federal Nº 1, a cargo de María Romilda Servini de Cubría. Los abuelos de Pablo ya no viven y sus cuerpos debieron ser exhumados para poder radicar el perfil genético completo de Frida y Angel en el Banco Nacional de Datos Genéticos.

Tras una ardua investigación, miembros del equipo de investigación de Abuelas localizaron a Pablo en abril y empezaron a charlar con él acerca de la posibilidad de que fuese un hijo apropiado. Aceptó tomarse una muestra de su sangre para cotejar con perfiles de víctimas del terrorismo de Estado nacional. El miércoles, Claudia Carlotto le comunicó el resultado que «posibilitará, en los tiempos que él necesite, la reunión con su familia», completó la titular de Abuelas. Pablo aceptó conocer a sus tías. Sin embargo, ayer no estuvo presente.

Parados detrás de la presidenta de Abuelas durante el anuncio, una gran troupe de hijos y nietos restituidos escuchó y festejó la noticia, y varios de ellos le hablaron directamente a Pablo. «Sabemos cómo te podés estar sintiendo. Este es tu hogar, tu lugar y así como estuvimos mucho tiempo buscándote, ahora vamos a estar esperándote», lo alentó Guillermo Pérez Roisimblit. «No existe ningún colectivo en el mundo que te pueda llegar a entender como éste. Toma su tiempo, cada uno tuvo el suyo», le deseó Gonzalo Reggiardo Tolosa. Pablo Gaona Miranda estuvo en el lugar de su tocayo exactamente un año atrás: «Se sienten nervios, se siente miedo. Pero es necesario que sepa que lo vamos a esperar el tiempo que él necesite. Estaremos acá», concluyó.

Por último, el presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, Remo Carlotto, propuso recordar «lo que falta». «Hay más de 400 hombres y mujeres a los que buscamos. Esto es una batalla contra el tiempo», sostuvo. Abuelas de Plaza de Mayo, sus nietos restituidos y los hijos de hombres y mujeres desaparecidos y asesinados por la última dictadura cívico-militar argentina continúan insistiendo «a todo aquel que tenga información o datos, aquellos que duden de su identidad, a que se acerquen para que podamos resolver esta enorme deuda pendiente que seguimos teniendo», concluyó.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-226255-2013-08-08.html