En estos últimos años nos hemos acostumbrado a los discursoso neoliberales disfrazados de nacionales para sobreestimar un supuesto crecimiento de la inversión extranjera directa (IED) de la que han echo gala los jóvenes economistas argentinos cepalinos quienes le envían los «powerpoint» a la presidenta argentina Cristina Fernández para respaldar el supuesto modelo de crecimiento con […]
En estos últimos años nos hemos acostumbrado a los discursoso neoliberales disfrazados de nacionales para sobreestimar un supuesto crecimiento de la inversión extranjera directa (IED) de la que han echo gala los jóvenes economistas argentinos cepalinos quienes le envían los «powerpoint» a la presidenta argentina Cristina Fernández para respaldar el supuesto modelo de crecimiento con inclusión social» (concepto copiado al BID) e intentar la defensa de las medidas económicas adoptadas en el gobierno post-néstor kirchner.
Sin embargo, el reconocido sociólogo estadounidense, James Petras, escribió en 2005 un artículo en el que presenta varias falacias alrededor de la IED, especialmente en América Latina. Postula que:
Es mentira que la inversión extranjera cree nuevas empresas, ganancias o expansión de los mercados. «La mayoría de esta inversión va dirigida a comprar empresas públicas y empresas privadas, lo que resulta en la adquisición de mercados ya existentes», afirma. Para Petras, «en lugar de complementar el capital local público o privado, la inversión extranjera «empuja fuera» al capital local y a la iniciativa pública y mina los emergentes centros de investigación tecnológica». Los sectores que más IED han recibido en América Latina son aquellos que generan menor valor añadido. Por ejemplo, las empresas que «acaparan lucrativos recursos minerales y los exportan con poco o ningún valor añadido». «La extracción de materias primas se hace con capital intensivo que emplea pocos trabajadores -remarca-. La fabricación y procesado emplea más mano de obra intensiva y crea más empleos».
En muchas oportunidades, la inversión extranjera se concreta a través de préstamos a extranjeros de ahorros nacionales para la compra de empresas locales o inversiones financieras. Muchas empresas internacionales realizan estas compras a través de préstamos obtenidos en bancos locales, que tienen como respaldo el dinero de los ahorristas del país en el que se supone van a invertir. Esta realidad pone en duda la idea instalada de que los inversores extranjeros traen «capital fresco» a un país.
En otros tantos casos, la inversión extranjera está más cerca de la «relocalización» que de otra realidad. Es decir, compañías que buscan instalar sus fábricas en nuevos destinos no para actualizar tecnología, mejorar sus productos o generar proyectos a largo plazo, sino para abaratar costos a través de mano de obra más económica, o llegar a nuevos mercados.
En ese año, las empresas extranjeras que operan en Argentina ganan 11 veces más que las nacionales, de acuerdo con el Informe sobre las Grandes Empresas que anualmente publica el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
El informe dado a conocer ayer incluye a las 500 mayores empresas radicadas en el país, de las cuales 337 están constituidas con capitales extranjeros y 163 son nacionales.
Las primeras ganaron durante 2005 un total de 37.990 millones de pesos (alrededor de 12.250 millones de dólares), mientras que las segundas sólo tuvieron utilidades por 2.979 millones (961 millones de dólares).
El informe indicó que existe un alto grado de concentración de las ganancias, ya que unas 50 (10 por ciento del total) son las que acaparan el 68 % de ellas, en tanto que 200 empresas -40 por ciento del total- se llevan el 85 % de las utilidades.
El estudio permite conocer que existen dos firmas de capital extranjero por cada empresa nacional, y que el valor de la producción de las foráneas es casi cinco veces mayor que el de las locales.
Esas 500 grandes empresas vendieron 301.138 millones de pesos (97.150 millones de dólares) y obtuvieron una utilidad de 37.990 millones de pesos (12.250 millones de dólares).
El sector de ‘minas y canteras’ (que incluye a los yacimientos petroleros), con 37 empresas, fue el que más ganó, con 15.632 millones de pesos (poco más de 5.000 millones de dólares), el 41 % del total.
Buitres mineros
En la actualidad sobre un total de más de 2.000 empresas multinacionales que llevan adelante operaciones en la Argentina, 500 son de origen estadounidense y se ubican entre las principales inversoras en el país, según un informe publicado en el boletín informativo mensual que elabora la Embajada argentina en Washington. Grupos económicos de países como Canadá, Estados Unidos, Australia, Gran Bretaña o Suiza, por citar algunos casos, controlan en el país la explotación de los minerales que más cotizan hoy en el mercado internacional. Salta y Jujuy, en sus salares, son algunos de los territorios más prolíficos en este mineral dentro de la Argentina. En los últimos dos años, capitales foráneos comenzaron a realizar inversiones y a tomar posiciones en zonas específicas dotadas de un elemento vital: el litio.
Hoy la Argentina aparece como el tercer productor mundial, pero tiene potencial para transformarse en el primero, de este mineral que muchos expertos denominan la «commodity del futuro». un grupo de apenas 10 empresas se reparte la totalidad de las áreas ricas de este valioso metal. un grupo de apenas 10 empresas se reparte la totalidad de las áreas ricas de este valioso metal.
La riqueza que esconden los salares locales superaría con comodidad los 260.000 millones de dólares
La demanda de litio, el metal más ligero en la tabla periódica, para producir baterías de autos eléctricos movió 32 millones de dólares en 2009, pero de cara a 2020 podría llegar a los u$s74.100 millones, según cálculos de la consultora A.T. Kearney.
Buitres raros
Las denominadas «tierras raras» son un grupo de 17 elementos químicos indispensables para la tecnología moderna.
Se los emplea en campos muy dispares como la elaboración de imanes para los discos duros, en las lámparas halógenas o en la construcción de equipos de diagnóstico por resonancia magnética nuclear.
Comprenden una combinación materiales como lantano, lutecio, escandio, itrio, cerio y neodimio, entre otros, que sólo se encuentran presentes en muy pocos macizos graníticos.
Muchas veces, se extraen de otros procesos productivos y algunos son más bien escasos, lo que los hace muy cotizados, sobre todo por su uso en las nuevas tecnologías.
Respecto del coltán, se trata de un componente vital para el desarrollo de toda la industria electrónica y resulta parte esencial de un sinfín de productos tecnológicos.
El mineral en cuestión ostenta una demanda tan elevada que en el último tiempo alcanzó una cotización de casi u$s400.000 la tonelada.
Buitres socios
El modelo sojero-minero buitres ha sido formateado durante la década de los 90 y sostenido por el modelo de crecimiento del kirchnerismo que cedió ganancias extraordinarias a empresas transnacionales mientras estas se llevaban los dólares extrayendo recursos naturales para industrializar y el Estado argentino pagaba a organismos internacionales unos 50.000 millones de dólares y a bonistas privados otros 80 mil millones mientras se dejaban fugar unos 65 mil millones más en esta connivencia del gobierno argentino con los buitres de todo pelaje y color que expolió al pueblo argentino durante los últimos al menos 60 años.