Todo lo que había de acumulación clasista, de un movimiento sindical antiburocrático, antiestatal y de democracia directa, con su máxima expresión en las coordinadoras obreras posteriores al Cordobazo, fue barrido por la dictadura militar y su continuidad durante años de gobiernos peronistas y radicales. Durante los años de democracia se fortalecieron los sindicatos y gremios […]
Todo lo que había de acumulación clasista, de un movimiento sindical antiburocrático, antiestatal y de democracia directa, con su máxima expresión en las coordinadoras obreras posteriores al Cordobazo, fue barrido por la dictadura militar y su continuidad durante años de gobiernos peronistas y radicales. Durante los años de democracia se fortalecieron los sindicatos y gremios conducidos por sectores más interesados en hacer amistad con los empresarios y el gobierno para acumular poder, que en defender los intereses de los trabajadores. Burocracia sindical fue el nombre que se ganaron los gordos como Moyano, Cavalieri, Daer, Palacios, y otros no tan mediáticos.
Fueron pocos los sectores que salieron a luchar por el salario en la hiperinflación del 89-90 y en las privatizaciones. Pero durante todo ese período, en algunos gremios, militantes de izquierda y activistas comenzaron a organizarse para superar ese sindicalismo empresarial.
Del trabajo a la sociedad, y de la sociedad al trabajo
Luego de la crisis económica, de la inflación, la caída del salario y el aumento de precios llegaron los decretos presidenciales que aumentaban los salarios de forma no remunerativa. Pero a pesar del aumento, los sueldos no lograron equiparar el valor de la canasta familiar y comenzaron a hacerse sentir las primeras luchas de los trabajadores ocupados, antiburocráticos y democráticos. Durante el 2004 y lo que va del 2005 algunos conflictos salieron de la fábrica para acercar el apoyo a otros gremios y sectores.
Trabajadores telefónicos, de prensa, estatales, ferroviarios, colectiveros, ceramistas, de la alimentación, frigoríficos, los mineros del carbón, metalúrgicos, docentes y trabajadores universitarios fueron quienes protagonizaron los principales conflictos del último tiempo. En este 1º de Mayo de 2005 se encuentran varios sectores en lucha como los motoqueros y mensajeros del SIMECA, los trabajadores del subterráneo, trabajadores portuarios, docentes en todo el país, de hospitales como el Garrahan y aeronáuticos como Lafsa.
Muchos de estos sectores han logrado confluir en un acto en Plaza Lorea este 1º de Mayo, para luego confluir con el acto unitario en Plaza de Mayo. Esta coordinación es producto de varias articulaciones previas, de apoyo en la lucha y discusiones entre las comisiones internas, cuerpos de delegados y gremios. Marchas y contramarchas de coordinaciones truncas y nuevos intentos.
Como espacios de coordinación de la clase trabajadora ocupada y desocupada, del último período y que aún permanece, se halla principalmente la Asamblea Nacional de los Trabajadores (ANT), que desde su inicio lleva siete asambleas realizadas y hoy es la mayoritaria. Sus principales convocantes son algunos partidos políticos de izquierda.
Luego de la lucha de los trabajadores de Subterráneos de Buenos Aires que consiguieron la reducción de su jornada laboral sin afectar los salarios y, como consecuencia, lograron la creación de 500 nuevos puestos de trabajo, se creó el «Movimiento por la Jornada Legal de 6 hs y Aumento General de Salarios». Este lleva tres encuentros realizados, convocados por los trabajadores de subterráneo junto a organizaciones de ocupados y desocupados.
Este movimiento aún no ha logrado plasmarse en una reivindicación que lleven adelante las luchas sindicales, sino que permanece como un movimiento de propaganda, que explica cómo es posible reducir la desocupación si los trabajadores pelean contra la patronal y el gobierno. Según Beto Pianelli, trabajador de Metrovías, «responde a la necesidad de intervenir sobre una lógica por la cual la clase obrera tanto ocupada como desocupada, ha actuado durante los últimos 10 años en forma atomizada. Responde a la necesidad de intervenir dentro del movimiento de sectores ocupados y desocupados, desde una lógica distinta y plantear que la única alternativa de resolver el problema de conjunto de la clase obrera es con la reducción de la jornada para repartir las horas de trabajo. No es un espacio corporativo, es un espacio de unidad de clase. Y que presenta la lucha política hacia la patronal, hacia el Estado y hacia el gobierno. La ubicación que tiene este espacio es el de un gran frente único de todos los sectores o componentes en los que está dividida la clase obrera hoy, ese es el espacio que busca ocupar».
Por otra parte, el 2 de abril se realizó el Encuentro Intersindical Nacional, con la intención de comenzar las discusiones para el reagrupamiento y la coordinación de organizaciones y luchadores ocupados y desocupados para recuperar las organizaciones de los trabajadores.
El Encuentro tuvo serias dificultades organizativas (empezó cuatro horas mas tarde, tiempo en el cual se retiraron 200 personas), pero fue un buen intento de formar una corriente sindical para «recuperar las organizaciones de los trabajadores, contribuir a su combatividad y lucha por una nueva dirección democrática del Movimiento Obrero, antipatronal, antiburocrática, antigubernamental y antiimperialista».
En momentos donde los conflictos rebasan a las direcciones sindicales, donde el gobierno pone principal atención en aquellos conflictos que se organizan desde las bases, con asambleas y delegados propios, es necesario hacer balances sobre los espacios de coordinación que la clase trabajadora se da para lograr la unidad y superar los sectarismos.
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«Todavía cuesta que los sectores de vanguardia vean la combinación entre lo político y lo sindical»
Entrevista a Beto Pianelli, delegado de la Linea E de Metroviás, impulsor del Movimiento de las 6 horas y de la Intersindical.
Pianelli realizó un doble balance del Encuentro Intersindical del 2 de abril. Por un lado le pareció positivo porque finalmente se realizó y dejó tareas pendientes como el apoyo a las luchas en curso, la realización unitaria del 1º de Mayo y de un segundo encuentro. Sobre los aspectos negativos, remarcó que los problemas organizativos expresaron límites políticos. «No fue un problema administrativo del lugar, sino por la lógica en la que se manejan la mayoría de las organizaciones políticas que fueron parte organizadora del Encuentro. Reeditaron viejas rencillas internas de la izquierda que poco tienen que ver con las necesidades del movimiento obrero. También sucedió porque el encuentro no estuvo garantizado desde las organizaciones sindicales, organizaciones de frente único de los trabajadores, sino que quedó en manos de las organizaciones políticas partidarias que en general tienen estos vicios».
La disociación entre lo político y lo sindical
«Los principales grupos o sectores de vanguardia tienen una disociación entre la lucha política y la lucha sindical, cuando en realidad precisamente las 6 horas supera esa disociación. Entonces se ve que la lucha sindical solamente es responder a las necesidades inmediatas y que la lucha política solamente es hacer propaganda sobre las cuestiones abstractas, como el no pago de la deuda externa, o el problema del reparto del superávit fiscal, o el problema del gobierno. Y no ven, por ejemplo, que hay una unidad profunda, que es una pelea política, tomar los reclamos de las necesidades inmediatas de los trabajadores para que lo tome el conjunto de la clase y de esa manera creo que es la forma en que se hace política. La pelea por la reducción de la jornada es una pela esencialmente política. Igual que la pelea salarial es una pelea política y no sindical».
«Esa disociación tan grande tiene que ver, yo creo, con años de corporativismo sindical peronista, donde cuesta que los sectores de vanguardia vean esta combinación.»
La unidad entre ocupados y desocupados
Pianelli opina que mientras el movimiento obrero en los últimos 10 años estuvo a la defensiva, las organizaciones de desocupados crecieron de un modo dependiente de los partidos.
«Las organizaciones de desocupados se constituyeron con una lógica tendencial, que son expresiones de determinados partidos. No hay un sindicato de desocupados. Quizás en las primeras ANT’s hubo una intención de eso, pero quedó expresado en tendencias esencialmente partidarias. Es diferente a un organismo de frente único de la clase trabajadora, que puede tener mayoría o minoría de tal o cual partido pero siempre sigue siendo un organismo de frente único. La comisión interna siempre es la comisión interna, lo mismo con los cuerpos de delegados, pueden intentar dividirlo pero sigue siendo el cuerpo de delegados que intenta representar a los trabajadores, igual que los sindicatos. Los movimientos de desocupados no construyeron esa unidad.»
«En el momento en que empiezan a aparecer las luchas de los ocupados con sus organismos recuperados o tradicionales, empieza a prevalecer la necesidad de un frente único y la coordinación con los partidos que son parte de esos organismos, es decir, son una parte que puede estar o no en esos organismos. Entonces lo que estamos presenciando es una resistencia, bastante encarnizada, de algunas organizaciones políticas a volver a cumplir el rol que tienen que tener los partidos y que son parte de la clase trabajadora y no son un componente ajeno, y por ende igual a los organismos de masas.»
En el Encuentro del 2 de Abril también hubo una crítica desde las organizaciones de desocupados por no ser incluidos en el debate. Pianelli, explica que «era un Encuentro de los actores que empezaron a aparecer en la escena política nacional y que podían estar sindicalizados. Por eso se invitó a los trabajadores desocupados con una representación. Porque convengamos que desocupados viene mucho mas organizado, desde hace 10 años atrás. Entonces planteamos que hubiera delegaciones para que se pudiera expresar este nuevo fenómeno. La intención era discutir en esta nueva clase obrera donde hay desde sectores desocupados, sectores tercerizados, trabajadores en negro, sectores sindicalizados tradicionalmente. Discutir cómo conseguir la unidad. Esta era la lógica que tendría que haber tenido».
Las perspectivas
Sobre la posibilidad de realizar un segundo Encuentro Nacional del Activismo Obrero, el delegado de Metrovías, opina: «Tiene que estar basado en que los sectores recuperados de la burocracia sindical nos pongamos de acuerdo en cómo va a ser y lo organicemos nosotros, para evitar próximas frustraciones y puedan participar todos los sectores. Me parece que en este sentido los partidos tienen que ubicarse en aportar en el marco de que haya un acuerdo de las organizaciones».
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El Movimiento de las 6 hs como un Espacio de Unidad entre Ocupados y Desocupados
Testimonio de Jerónimo Altschuler, referente de la Unión de Trabajadores Piqueteros (UTP)
«El movimiento de las 6 horas surge con la idea de unir todos los distintos sectores, e incluso individuos que están de acuerdo con un solo punto que es luchar, promover, hacer la campaña, difundir y conquistar la reducción de la jornada laboral, como punto casi excluyente, casi porque el otro que acompaña es el tema más candente y más actual de la lucha de clases que es el aumento general de salarios. O sea que es un movimiento que intenta ser lo más amplio posible pero que tiene sus dificultades porque no logra cautivar la atención de nuevos sectores.»
«La lucha por las 6 hs propicia la acción directa inmediata, que los trabajadores puedan tomarlo como un tema programático para tratar de conquistarlo, y donde los movimientos de desocupados podemos reforzar la poca relación de fuerza que tienen los compañeros del lugar para disputar de una manera posible las 6 hs.»
«Nosotros lo hemos tratado en asambleas, sobre todo cuando fue el lanzamiento de la campaña y llevamos bastantes datos sobre las 6 hs en los barrios, pero lo cierto es que no se lo termina de ver como algo palpable, como algo cercano, como algo accesible a conquistar, más allá de los compañeros del Subte que ya lo consiguieron. Sin embargo, después vimos que lo de TAYM fue una demostración de que compañeros que están tan flexibilizados, superexplotados, organizándose y luchando con el apoyo de los compañeros del Subte y de afuera, pudieron obtener las 6 horas. Aunque a veces cuesta, sabemos que es posible».