Con respecto al tema de los fondos buitres hay que diferenciar entre noticias fabricadas por sus voceros y los hechos reales. Se puede decir que todo es noticia, pero no es lo mismo una noticia que se refiere a un hecho que la que enuncia una posibilidad, en este caso, generalmente, una posibilidad fabricada artificialmente […]
Con respecto al tema de los fondos buitres hay que diferenciar entre noticias fabricadas por sus voceros y los hechos reales. Se puede decir que todo es noticia, pero no es lo mismo una noticia que se refiere a un hecho que la que enuncia una posibilidad, en este caso, generalmente, una posibilidad fabricada artificialmente por los voceros de estos fondos.
Hay que diferenciar la fuerza real que tienen los fondos buitres en base al fallo de Griesa, y las posibilidades prácticas que tienen de llevar a cabo todas las amenazas que difunden sus voceros como si fueran «noticias».
Como en una partida de poker, el que tiene las mejores cartas, gana. Pero tanto en el poker como en el truco se simula que se tiene buenas cartas esperando que el adversario lo crea y acepte la derrota. Son dos armas distintas, las cartas que, efectivamente se tienen y la posibilidad de asustar al adversario.
Las cartas reales que tienen los fondos buitres es el fallo del juez Griesa dejado en firme por el fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos. Si a los fondos buitres les alcanzara con ese fallo, estarían tranquilos. Pero no están nada tranquilos. Se están moviendo por todos lados. de múltiples maneras: la Task Force enviada al país y la colaboración conseguida de gran parte de la prensa opositora, la amenaza de embargar YPF, el vaticinio de que el default es inminente, los argumentos mentirosos como que pagar al país no lo perjudica en nada y que al contrario lo beneficia, etc. Si les alcanzara con el fallo del juez Griesa, y el plazo de fin de mes fuera una frontera infranqueable para el país, los fondos buitres estarían tranquilos sentados en sus escritorios esperando el paso del tiempo.
Que no sea así muestra la gran debilidad en la que están los fondos buitres.
Como en el póker o en el truco, su gran fortaleza radica en su capacidad de asustar a la opinión pública y, sobre todo, asustar al gobierno logrando que acepte los reclamos de estos fondos buitres. Dentro de los límites de su política, de manejarse dentro del capitalismo, respetando todas sus instituciones y «cumpliendo los compromisos» de deuda en forma «justa, equitativa y legal», el gobierno se ha mantenido firme. Esta firmeza radica principalmente, en actuar respetando la cláusula RUFO, es decir, sin correr el riesgo de un reclamo del 92,4 % de los bonistas que aceptaron la reestructuración de deuda. Mientras el gobierno mantenga esta firmeza, los fondos buitres no podrán cobrar más que los bonistas reestructurados, a pesar del fallo del juez Griesa. Este fallo por sí sólo no les permite cobrar el 100 del valor nominal de los bonos aunque así lo exija. Es un fallo imposible de llevar a la práctica, mientras el gobierno se mantenga firme. Los fondos buitres lo saben, no están tranquilos, por eso apelan a todas las campañas de noticias de los últimos días.
El otro problema es si los fondos buitres logran asustar a una parte importante de la población. Ahí tendrían una base para lograr sus objetivos. En este momento esa es su principal política. El peligro podría ser, por ejemplo, que por esta vía lograran desestabilizar algunas variables económicas, como el dólar paralelo, y provocar una nueva presión sobre la brecha cambiaria. Desestabilizar alguna de las variables económicas sería uno de sus objetivos. Pero hay que tener claro que esto implica una debilidad estructural de los fondos buitres, porque ratifica que solamente con el fallo del juez Griesa no es suficiente.
Por supuesto, los fondos buitres no están solos, forman parte del capital concentrado y centralizado internacional (CCyCI), y todo depende también, de que nuevas políticas desestabilizantes pueda llegar a implementar este capital concentrado, más allá de las específicas que están realizando los fondos buitres. Pero el CCyCI tiene sus disputas internas y no todos están muy convencidos de apoyar a los fondos buitres.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.