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Los hijos del kirchnerismo

Fuentes: Rebelión

El año 2003 marco una bisagra política ineludible en la historia argentina ante la emergencia del kirchnerismo como proceso social, político y económico que recupera las mejores virtudes del conocido peronismo y las re actualiza en función de las políticas que llevo adelante durante sus 12 años de gestión estatal. Recuerdo ese año con todas […]

El año 2003 marco una bisagra política ineludible en la historia argentina ante la emergencia del kirchnerismo como proceso social, político y económico que recupera las mejores virtudes del conocido peronismo y las re actualiza en función de las políticas que llevo adelante durante sus 12 años de gestión estatal.

Recuerdo ese año con todas las turbulencias que existían entre el todavía que se vayan todos los ardorosos conflictos sociales y el posible retorno de Carlos Menem al poder.

Tuve el privilegio de militar junto a Eduardo Luis Duhalde con quien colocábamos carteles por las avenidas porteñas con el lema La Hora de los Pueblos además de asistir al momento histórico donde se pronunció la presidencia de Néstor Kirchner ante la declinación de su contrincante.

Lo sucedido después es largo y conocido.

De la recuperación del Estado, la recomposición del sistema económico y de la política de Derechos Humanos todo bajo una mirada latinoamericanista que se plasmó en primer lugar por la presencia de casi todos los mandatarios latinoamericanos en la asunción presidencial.

Quizás la mayor virtud haya sido la recuperación de la política como herramienta de análisis y de acción tanto por dentro como por fuera del Estado como una estrategia alternante a la estrategia del neoliberalismo que di socializa la sociedad por la implantación del individuo como supremacía.

La reacción se encontraba desconcertada ante dicho fenómeno sin capacidad de articulación lo que le dio margen a la gesta, pero ya desde 2005 comenzó a gestar la idea de un proyecto alternativo vía el presidente de Boca Jr. y después Jefe de Gobierno el Ingeniero Mauricio Macri.

Una pertinaz estrategia pergeñada por los medios de comunicación y el marketing político le dieron la aceptación de un amplio margen de la población argentina, pero en particular de una franja de votantes independientes que inclinaron la balanza a su favor en las elecciones de 2015.

De las expectativas en alza a la decepción política se encuentran grandes masas de argentinos que confiaron en la palabra del ingeniero presidente y ya la gesta dura 18 meses y no se vislumbran avances sociales o económicos significativos para amplias márgenes de la población, sino que la percepción es de un retroceso notorio.

El peligro es la animosidad hacia lo político que es otra de las vías de imposición modelo neoliberal al considerar una sociedad apática y anomica gobernada por las decisiones de los grandes actores del establishment económico.

Pero la memoria y la recuperación de la misma vía la acción militante puede tener un efecto positivo en la sociedad que por un largo periodo percibió que el ascenso social y los avances económicos eran posibles aun en un mundo alineado a la reacción.

Grandes franjas sociales que durante los años mozos inclinaron la balanza en favor de la gesta popular deben ser nuevamente convocados en virtud no solo del peligro que acecha sino de la posibilidad de vislumbrar un futuro más promisorio.

Ezequiel Beer. Geografo UBA y analista politico.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.