En estos días se discute en el parlamento argentino la entrega de poderes especiales al Poder Ejecutivo. El debate generó polémicas sobre el uso hegemónico de las facultades. El diputado y economista Claudio Lozano considera que más poder implica recaudar más para pagar a los acreedores externos y no solucionar la crisis nacional. Para el […]
En estos días se discute en el parlamento argentino la entrega de poderes especiales al Poder Ejecutivo. El debate generó polémicas sobre el uso hegemónico de las facultades. El diputado y economista Claudio Lozano considera que más poder implica recaudar más para pagar a los acreedores externos y no solucionar la crisis nacional. Para el legislador nacionalista Claudio Lozano, economista de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), la jugada del gobierno tiene un solo y único objetivo: confirmar el pago de la deuda externa y mejorar la oferta a los bonistas extranjeros, aunque el discurso de barricada apunte a priorizar las necesidades generadas por la exclusión social y la pobreza en casi 8 millones de habitantes. Una mirada al presupuesto nacional previsto para 2005 y enviado al Congreso por Kirchner no revela sustanciales cambios con relación a la matriz tributaria que caracterizó los últimos tres años. En diálogo con Brecha, Lozano afirmó lo que sigue.
– Se trata de «un presupuesto profundamente injusto y conservador porque ratifica que se trata de una recaudación sostenida sobre el consumo como forma de obtener recursos públicos, con lo cual en un proceso de alta concentración de los ingresos cobrar impuestos a los ricos brilla por su ausencia. No sólo hubo una demora en la decisión de avanzar en una clara reforma impositiva, sino que se está avanzando en una reforma impositiva al revés: por un lado se establecen mecanismos de diferimiento fiscal a favor de las principales empresas del país, y se financió con un 20 por ciento de recursos públicos la inversión de unas 30 empresas principales sobre la base de proyectos que ya estaban en marcha. En segundo lugar, son proyectos que congelan el esquema productivo actual porque financian la salida exportadora al sector primario, al punto tal que Repsol y Carril aparecen entre los principales beneficiarios. Y se trata de inversiones de capital intensivo donde el promedio de inversión por puesto de trabajo está en el orden de los 300 mil pesos. A ese ritmo y perfil de inversión vamos a resolver el problema del desempleo dentro de 74 años. No se trata de un tipo de inversión que dinamice el aparato productivo adecuadamente, planteando reconversiones adecuadas, y tampoco genera empleo por el lado de las necesidades que Argentina tiene.
– ¿Qué pasa con los gastos?
Desde el lado de los gastos, para completar el cuadro de injusticias, se ve una caída en el nivel adquisitivo de los salarios, ya que no están contemplados dentro del presupuesto, y se prevé una inflación para el próximo año del 8 por ciento. También pierden poder adquisitivo las jubilaciones y pensiones, los beneficiarios de los planes sociales y cae el presupuesto universitario en investigación. Por lo tanto, tomando las pautas de asignaciones de recursos y la de los gastos, tiene un presupuesto injusto, donde los únicos casos donde hay incrementos es en los pagos de la deuda externa, asignándole casi un 38 por ciento en valores reales por habitante, y crece también la inversión pública, obviamente en niveles muy bajos pero con características especiales: son obras que no responden a un plan concreto, hay subsidios encubiertos para las empresas privadas, como los operadores ferroviarios y de energía eléctrica, que representan el 20 por ciento del gasto total en transportes en el caso de los ferrocarriles y otro 20 por ciento del total del gasto en energía, se declaran montos que no se gastan.
– Usted definió al presupuesto como un dibujo…
Es que lo que se presentó como debate al parlamento no es real. El gobierno va a finalizar el ejercicio 2004 con un superávit que ronda entre 6 mil y 10 mil millones de pesos y debería aparecer en el presupuesto 2005 financiado inversiones. Pero ese dinero no aparece en ningún lado. El otro elemento que dibuja al presupuesto es que la pauta de recaudación está por debajo de la realidad. Cualquier estimación conservadora acerca de cuánto se va a recaudar en impuestos durante 2005 supera a los 10 mil millones de pesos.
– ¿Adónde irán esos diez mil millones?
No, discúlpeme, pero el excedente y lo que se recaude en 2005 suman entre 16 mil y 20 mil millones de pesos, y se le está ocultando al parlamento. Más allá de los poderes delegados hay ocultamiento de recursos, no permitiendo que el parlamento asigne las partidas con independencia de los poderes. La tesis que yo sostengo es que como el gobierno no tiene resuelto el problema con los bonistas, es decir la salida del default, ni tiene resuelto cuánto van a terminar poniendo para esta solución, y como tampoco está resuelto el acuerdo con el FMI, se prefiere mantener recursos ocultos en caja para tener capacidad de respuesta frente a esas circunstancias. Por eso por un lado están haciendo caja y recaudando recursos y por otro reclamando facultades extraordinarias para el Poder Ejecutivo para disponer de ellos sin ningún tipo de discusión. Eso es lo que define el tercer aspecto del presupuesto: la delegación de facultades.
– ¿En qué sentido?
La delegación de facultades viene como contrapartida necesaria de la asignación de recursos sin discusión, en el marco de una prioridad que es en todo caso el cierre del default de la Argentina. El gobierno está invirtiendo el discurso original del presidente Kirchner, cuando decía que el crecimiento se iba a sostener apuntalando las necesidades sociales de la Argentina, y desde allí iban a anunciar cuánto es lo que el país podría pagar. Ocurre lo inverso: guardan recursos para tener capacidad de respuesta, y en todo caso aquello que no tengan que poner en la negociación, lo que sobre, será lo que pondrán en recursos locales.
– Más allá de la discusión económica del presupuesto, ¿no se trata de un vaciamiento de funciones del parlamento?
No sólo eso, sino que estamos ante una delegación de facultades absolutamente inconstitucional que raya prácticamente en malversación de fondos públicos, porque no sólo se están delegando facultades que el parlamento tiene inhibido delegar, sino que se hace sin restricción. En síntesis, la ley de presupuesto y la de emergencia económica solicitando poderes especiales para el Poder Ejecutivo podrían resumirse en un solo artículo: vamos a recaudar todo lo que podamos y vamos a utilizar esos recursos como nos venga en gana y sin ningún control.