AntecedentesDesde aproximadamente el año 1990 se ha instalado en el puerto de Mar del Plata, un sistema de seudo-cooperativas, por el cual se desterraba al país del nunca jamás todos los beneficios que poseían los trabajadores de tierra de la industria del pescado. Dichos beneficios debían su existencia a las leyes laborales que garantizan un […]
Antecedentes
Desde aproximadamente el año 1990 se ha instalado en el puerto de Mar del Plata, un sistema de seudo-cooperativas, por el cual se desterraba al país del nunca jamás todos los beneficios que poseían los trabajadores de tierra de la industria del pescado. Dichos beneficios debían su existencia a las leyes laborales que garantizan un mínimo de protección al trabajador, como también del Convenio Colectivo de Trabajo 161/75. Dicho cambio fue impuesto por las grandes empresas del puerto. Fue facilitado por la complicidad del gobierno, y del SOIP que nunca se opusieron a su implementación; aunque muchas veces sí lo apoyaron. Pero lo más lastimoso de todo, es que gran parte de los mismos trabajadores, se tragaron eso de ser «sus propios patrones» y la otra parte de los obreros, conscientes de la precarización que significaba el cambio hacia el sistema de cooperativas, no pudo organizarse y resistir el embate de todos los otros (patrones, gobierno, obreros engañados) y así veía como después de tanta lucha, conflictos, resistencia y huelgas para conseguir el Convenio del año 75, ese magnífico logro se les escapaba de las manos. Más de 5.000 trabajadores son los que se encuentran trabajando en negro en las Cooperativas. Estos trabajadores se enfrentan, por interés de clase a los grandes empresarios del puerto como son Valastro (GIORNO), Moscusa, Solimeno, Barilari, etc; se enfrentan también a los jefes cooperativistas, los cuales viven explotando a sus «socios»; el gobierno cómplice de los empresarios, mira para otro lado y solo combate el trabajo en negro en las tiendas de ropa de la peatonal; y como si fuera poco, encuentra a muchos de los trabajadores del pescado mirando el conflicto por televisión.
El origen del conflicto
El comienzo del justo reclamo de los trabajadores tiene como circunstancia determinante la falta de materia prima para procesar, en este caso, pescado proveído por la Empresa GIORNO SA (Valastro). Obligados por la falta de trabajo, empiezan una lucha tendiente por un lado a conseguir un mínimo garantizado (en el Convenio Colectivo 161/75 se lo consagra como garantía horaria por el cual se le garantiza a los trabajadores registrados un haber mínimo independientemente de la materia prima procesada); y por otro lado, tendiente a lograr el tan anhelado «blanqueo» o registración laboral.
Es decir que si bien el reclamo versa sobre cuestiones mas profundas como es la superexplotación de los obreros mediante la implementación del sistema de las cooperativas, el presente conflicto no hubiera existido, o al menos no con las características que tuvo, si los trabajadores hubieran tenido pescado para filetear. En la ciudad de Mar del Plata a mediados del mes de julio de 2007, luego de varias semanas, en muchos casos meses, de cobrar muy poco, ya que el trabajo escaseaba, los trabajadores iniciaron un piquete frente a una de las plantas involucradas, para luego, dirigirse a cortar las salidas del puerto de Mar del Plata. El corte, vale aclarar, solo impedía la salida de transporte de pescado, para de esa manera impedir que sea procesado por otros trabajadores -mucho de los cuales se encuentran más inclinados a trabajar a cualquier costo que a involucrarse en la lucha de sus compañeros. Si se hubiera permitido la salida de pescado del puerto, el corte hubiera sido inútil, ya que en Mar del Plata existen infinidades de establecimientos que trabajan en negro, teniendo GIORNO SA, solamente, que elegir de cual de ellos tomaba prestada la mano de obra. Y los otros trabajadores, que sigan quemando cubiertas hasta que se cansen. Desde el principio y durante gran parte del piquete, fueron los trabajadores en negro de GIORNO S.A. (incluidos en ocho seudo-cooperativas, San Julián, El faro; Fe de Mar, El Gaucho, Puerto Argentino, La Armonía, San Jorge y 4 de Octubre) los que llevaron adelante la lucha. Acompañados por primera vez, por organizaciones sociales y de derechos humanos, y lo que queda de los partidos de izquierda. Es de destacar que los trabajadores cooperativizados directamente afectados a la empresa GIORNO, son alrededor de 600; en el corte se mantenían unos 150, llegando alrededor de 500 solo en los últimos días en los que el conflicto finalizaba.
El papel de la burocracia y el gobierno
Los trabajadores iniciaron como pudieron y sin apoyo ni dirección de sus «representantes» sindicales (SOIP), la lucha por la registración de la relación laboral. El SOIP se mantuvo expectante a las directivas que recibía desde las empresas, no convocaron a Asambleas (medida tendiente a garantizar la integridad física de sus autoridades), y sólo decretaron paro cuando: 1) fueron obligados por los trabajadores de las bases, que se dirigieron al Sindicato y tuvieron que arrancarlo, como si fuera un aumento de sueldo. 2) ya existía un paro de hecho, ya que no había materia prima para procesar por estar cortadas la salidas del puerto;
Por otro lado, vieron y ven, como la CTA que nunca tuvo ingerencia en el gremio, se posicionaba sin mucho esfuerzo como un interlocutor válido de los trabajadores. ¡No lo podían permitir! Mejor dicho, los empresarios no podían permitir que en las futuras negociaciones alguien ose representar a los trabajadores y discutir algo. Los empresarios saben que la CTA no es una organización conocida por representar fielmente los intereses de la clase trabajadora, pero con el SOIP es todo tan fácil, que para que cambiar.
Sino fuera por lo trágico de la problemática del conflicto, movería a risa las declaraciones del Secretario General del SOIP (Samuel Salas), cuando dijo que el paro se hacia «en solidaridad» con los trabajadores del pescado.
A medida que se iban desarrollando los hechos, se veía claramente como el paso del tiempo influía en el ánimo de los trabajadores. Sin dirección, ni organización que ordene sus fuerzas ni se ponga a la cabeza de la lucha, explicando y proyectando las metas a conseguir en el corto y largo plazo. Al conocerse la noticia de que el Fiscal Mariano Moyano, había ordenado el desalojo de los manifestantes, la CTA trata de convencer a los trabajadores para que depongan su actitud. Luego de idas y venidas que no duraron más de media hora, los trabajadores rechazaron rotundamente el consejo de sus portavoces de la CTA. El corte seguiría.
Al día de hoy, los trabajadores han levantado el corte de los accesos y salidas del puerto. Se ha conseguido por lo pronto, $800 pesos por mes como mínimo, se trabaje o no, para aquellas cooperativas que sucesivamente van reconociendo los empresarios en la negociación que se lleva a cabo en el Ministerio de Trabajo. Y se ha reducido a 100 días corridos, el período para registrar a los trabajadores (la propuesta de la patronal eran 120 días hábiles).
El papel que jugó el gobierno es el mismo que desde hace muchos años nos tiene acostumbrado. El mismo papel que durante el gobierno peronista de Menem, que durante el radical De la Rua, y sigue la lista… Y para muestra solo hace falta un botón: si bien nos podríamos referir largo y tendido sobre la actuación del gobierno en el conflicto, señalaremos sólo una declaración del Ministro de Trabajo de Provincia de Buenos Aires, Mouillerón, el que luego de declarar en el diario La Capital que, «el reclamo de los trabajadores es justo» y que «todos deben ser registrados», dijo: la solución está en las partes en conflicto, nosotros no podemos hacer nada si las partes no se sientan a negociar. Es decir, que luego de reconocer la existencia de trabajadores en negro, de conocer a las empresas que los mantienen en esa condición y luego de declarar que todos deben ser registrados, El Ministro dice: «No podemos hacer nada si las partes no encuentran por si mismas la solución». ¡No olvidemos trabajadores. las palabras del presidente Kirchner al asumir la presidencia: «Traje a rayas para los evasores»! ¿Y estas empresa que son?
El conflicto no se resolvió
En estos días, la patronal, en la negociación con los trabajadores de cada Cooperativa por separado, intenta imponer un ANEXO al Convenio del 75, por el cual hecha por tierra los logros más importantes allí contenidos. Debemos entender las diferencias, leer y comprender lo que vamos a firmar. Pero sobre todas las cosas, si queremos negociar con la patronal, para no perder mucho, los trabajadores tendríamos que:
-estar unidos (en este caso el sindicato está dirigidos por gente que responde directamente a las empresas) ya que las cámaras patronales sí se unieron y enfrentaron a los trabajadores junto con sus aliados de poca monta los cooperativistas, los periodistas alcahuetes, etc.
-tener una dirección que sólo la puede dar una organización con referentes confiables, con probada experiencia en la lucha, con capacidad para guiar a la clase en su propio interés. Esta organización no existe y está en los trabajadores crearla.
-tener un programa de lucha que persiga metas beneficiosas para toda la clase (los trabajadores no tuvimos un programa de lucha, sí lo tuvieron y lo pusieron en práctica los empresarios conjuntamente con sus socios, los gobernantes de turno). Los trabajadores debemos prepararnos para conflictos cada vez más largos en el tiempo. La agudización en las contradicciones de clase también se verá reflejada en la cada vez mayor dificultad en arrancar a la clase empresaria, los beneficios o conquistas económicas.
Perspectivas
En primer lugar, si nos tomamos el derecho en señalar las falencias en la organización obrera es porque lo que más nos interesa es que las mismas se corrijan para que, creándose un movimiento obrero organizado, consiga todo lo que pueda arrancar a la patronal en este sistema capitalista; y conseguir todo lo que se merece, en otro sistema donde sean los trabajadores los que dirijan el gobierno del país. No fueron pocos los avances respecto a otras luchas del pasado: a pesar de que empresarios, capangas cooperativistas, medios de comunicación, etc., alentaron la represión para los obreros de los cortes del puerto, dicha represión no se llevó a cabo porque ayudó la actual situación pre-electoral y el gobierno no está preparado para pagar el costo político. También debemos reconocer que la unidad de los trabajadores fue fundamental para el mantenimiento de la medida.
Queda para lo inmediato la organización de los trabajadores, para luchar por la aplicación del Convenio del 75. Pero también debemos reconocer que el paso de ser un trabajador en negro a ser uno registrado no es poca cosa. La lucha dio resultados, debemos reconocer y resaltar los logros para pelear con más fuerza. La concientización de todos los asalariados como pertenecientes a la misma clase y la formación sindical y política de los mismos, es una tarea esencial para construir un futuro distinto.