Mauricio Macri completó ayer la faena y consiguió ser reelecto con gran amplitud en el ballottage para jefe de Gobierno porteño. Las cifras finales -en rigor, la mayor incógnita previa al comicio- le dieron una ventaja de 28 puntos y medio: 64,25 por ciento para el PRO contra el 35,75 por ciento del candidato del […]
Mauricio Macri completó ayer la faena y consiguió ser reelecto con gran amplitud en el ballottage para jefe de Gobierno porteño. Las cifras finales -en rigor, la mayor incógnita previa al comicio- le dieron una ventaja de 28 puntos y medio: 64,25 por ciento para el PRO contra el 35,75 por ciento del candidato del Frente para la Victoria, Daniel Filmus. Todo un logro: luego de cuatro años de gestión, Macri logró estirar su cosecha en más de tres puntos sobre lo que obtuvo en la segunda vuelta de 2007 contra el mismo rival. «No sé cómo agradecer tanta confianza recibida», sostuvo Macri en su discurso. En la evidencia de la derrota, el kirchnerismo resaltó el hecho de que el Frente para la Victoria quedó consolidado con esta elección como la segunda fuerza política en un territorio históricamente hostil.
Amor amarillo
A las 21, puntual, Macri se abrazó en el centro del escenario en el bunker de Costa Salguero con la vicejefa electa, María Eugenia Vidal. Además del agradecimiento a los porteños -obviamente, «a los que nos votaron y a quienes no»-, su discurso sonó como el lanzamiento de su campaña a la presidencia en 2015, con acento en sus puntos flojos, lo social y lo público. «Tenemos que trabajar todos juntos por el crecimiento y la igualdad», tiró. La ausencia de suspenso atentó contra el clima en el bunker, un poco falto de entusiasmo. Tanto que, aunque amagó, Macri no hizo el habitual bailecito.
El jefe de Gobierno insistió en que hablará con todos los candidatos presidenciales para decidir a quien apoyará en octubre. En la ronda, anticipó, incluirá a «la señora presidenta», a quien le agradeció el llamado que le hizo anoche para felicitarlo. Las conversaciones serán, reiteró, luego de las elecciones primarias del 14 de agosto. Mientras, los macristas buscaron ayer promover a los candidatos que llevarán ese día la camiseta amarilla, como el candidato del PRO a diputado en Capital, Federico Pinedo, y los candidatos a intendente de Vicente López y Lanús, Jorge Macri y Néstor Grindetti, respectivamente.
El resultado vino a confirmar que Macri no perdió votos por los allanamientos a empresas vinculadas con su asesor Jaime Durán Barba por unas encuestas truchas que buscaban perjudicar a Filmus y que puede considerar a la ciudad de Buenos Aires como un consolidado bastión electoral. Con ese punto de salida, los dirigentes macristas buscaban instalar la idea de un armado «nacional», del que adolecen, resaltando el segundo puesto conseguido por el cómico Miguel Del Sel en Santa Fe. «Se siente, se siente, Mauricio Presidente» y «Acá tenés los pibes para ir por la Nación», fueron los cantitos con que acompañaron la salida del jefe de Gobierno porteño.
Reconocimiento
Poco después de las 20, cuando el centro de cómputos oficial todavía no había difundido el resultado ni de una mesa, Filmus sorprendió al salir a reconocer su derrota. El tono, fue evidente, buscó evitar nuevos dolores de cabeza con el electorado porteño, teniendo en cuenta que en dos semanas serán las elecciones primarias. El kirchnerismo aspira a que la presidenta Cristina Kirchner sea la candidata que obtenga más votos también en la ciudad de Buenos Aires. Filmus destacó que el Frente para la Victoria era la primera fuerza porteña con candidato nacional.
Junto a su compañero de fórmula, Carlos Tomada, el senador saludó a su rival. «Queremos felicitar particularmente al PRO, al ingeniero Macri, que ha resultado electo, porque de eso se trata la democracia», adelantó. Como lo había hecho la semana anterior en Santa Fe el candidato a gobernador del FpV, Agustín Rossi, Filmus se hizo «responsable de todos aquellos aspectos que es necesario mejorar». En clave autocrítica, aceptó que «debemos aprender con humildad» para entender «por qué no hemos llegado con nuestro mensaje».
Visiblemente golpeado, Filmus salió a hablar en un tono bajo que no dio muchas oportunidades de cantar a los jóvenes militantes kirchneristas que se habían acercado al bunker instalado en el Suterh, en San Telmo. No obstante, instó a trabajar «a partir de mañana a la mañana» para asegurar una buena elección en las primarias. «Lo que hemos conseguido es una plataforma enorme para instalar una fuerza transformadora, también en la ciudad», sostuvo.
Si en algo quedó claro que no había funcionado la estrategia de Filmus fue en su intención de que fueran a votar quienes no lo habían hecho en la primera vuelta. En un día de intenso frío, los lugares de votación lucieron despoblados. En las mismas mesas donde el 10 de julio era necesario hacer colas de más de media hora, ayer la gente entraba y salía sin problemas. Recién se empezaron a notar algunas esperas luego de las 16 hasta el cierre. Se dijo que había sufragado alrededor del 70 por ciento del padrón, pero pareció menos. El voto en blanco tampoco fue significativo.
Barrios
Como ya había sucedido en la primera vuelta, el triunfo de Macri fue cómodo e incluyó a las quince comunas. La mayor diferencia la obtuvo de nuevo en los barrios del norte de la Ciudad, principalmente en la comuna 2 (Recoleta), con un sorprendente 78 a 22 por ciento, y en la más habitada 13 (Belgrano, Núñez y Colegiales) con el 73,5 al 26,5 por ciento.
En tanto, Filmus repitió su buena elección en el sur porteño, al que apuntó buena parte de su campaña. La mejor performance la hizo en la comuna 8 (Villa Soldati y Lugano) con una diferencia para Macri de 12 puntos: 56 a 44 por ciento. Similar fue el resultado en la comuna 15 (Villa Crespo y Chacarita), que terminó 58,8 a 41,2 por ciento.
En un lugar considerado típico barrio de la clase media porteña, la comuna 6 (Caballito), el escrutinio fue muy similar al de la elección general: 64,5 a 34,4 por ciento.
Primarias
En medio de la primera y la segunda vuelta porteña, quedó en sandwich la elección en Santa Fe, lo que marca una seguidilla adversa para la Casa Rosada a pocos días de las elecciones primarias, en la que esperan que la presidenta Cristina Kirchner obtenga una considerable diferencia respecto de los candidatos de la oposición. A la salida del bunker del FpV, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, sostuvo que «de ocho elecciones, hemos ganado seis» en lo que va del año, sumando los casos de fuerzas aliadas como en Neuquén y en Tierra del Fuego. Randazzo aclaró que no se debía extrapolar el recuento de ayer a las primarias porque -un argumento que aceptan aun los propios macristas- muchos electores del jefe de Gobierno se inclinarán por Cristina Kirchner.
El poco más de millón de votos porteños obtenidos ayer por Macri son un bocado al que todos los aspirantes opositores ansían morder. Ya en los días previos, Eduardo Duhalde, Ricardo Alfonsín y Elisa Carrió habían expresado sus simpatías por el jefe de Gobierno aunque -como les pasó a Alfonsín y a Carrió- eso les generara críticas a nivel interno.
Anoche volvieron a celebrar la victoria ajena como propia. «Es un triunfo para la oposición en su conjunto», metió la cuchara Duhalde. «Estoy contenta con la elección», se sumó Lilita. Alfonsín fue más allá y en su cuenta de Twitter adelantó que si es presidente «respaldaremos la autonomía de la Ciudad: se terminan los condicionamientos del gobierno ncional a Buenos Aires», buscando ganarse unos puntitos para el apoyo de Macri. El candidato del Frente Amplio Progresista, Hermes Binner, no se quiso quedar afuera. «El país en blanco y negro no funciona. Hay que entender las diferencias», escribió, también en Twitter.
Fuente original: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-173495-2011-08-01.html