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Macri, la derecha sin careta

Fuentes: Rebelión

Qué fáciles de entender las relaciones humanas cuando se comprende que hay que mirarlas desde una perspectiva de clase y la defensa de los intereses de cada una. Para los que entendemos que más allá de las complejidades del mundo en el que vivimos, esos intereses contradictorios contínuan siendo los de los explotadores y los […]

Qué fáciles de entender las relaciones humanas cuando se comprende que hay que mirarlas desde una perspectiva de clase y la defensa de los intereses de cada una.

Para los que entendemos que más allá de las complejidades del mundo en el que vivimos, esos intereses contradictorios contínuan siendo los de los explotadores y los explotados, no es difícil diagnosticar la coyuntura que nos toque sufrir.

Por ejemplo, a los que nos tocó vivir de este lado «occidental y cristiano» del mundo, nos han metido en la cabeza y se ha hecho cultura, que la «democracia» es el modelo ideal de organización social, el más justo y participativo. Claro, quienes eso sostienen sin más, esbozan un concepto vacío, sin adentrarse en los vericuetos de los intereses y la lucha de clases. Son, por ejemplo, los que nos hablan con emoción de la «democracia griega» como cuna de la actual, pero siempre, siempre, siempre, casualmente, se «olvidan» de mencionar que esa «democracia» era gozada sólo por el 15% de la población, pues la griega era una sociedad esclavista y patriarcal, donde mujeres y esclavos, obviamente, no tenían ningún derecho.

Esa es la concepción de la runfla nazi que nos gobierna hoy, sin medias tintas. No son vergonzantes como los anteriores, lo dicen abiertamente, no se disfrazan.

¡Cuánto más fácil es señalar a Macri que al kirchnerismo!

Macri es esto, lo que muestra en sus políticas y en la mediocridad de sus discursos, su atroz lectura y su retórica: no necesita engañar a nadie como sí lo hizo el kirchnerismo, no necesita hacer «filosofía», él es un fiel representante de la clase explotadora.

Por eso, puede decir sonriendo que va a favorecer a los más humildes generando trabajo mientras los despide a diestra y siniestra. Por eso puede cacarear que va a favorecer al pueblo mientras le paga a los buitres con su sacrificio. Por eso puede hablar contra la inflación mientras permite y genera aumentos de precios brutales. Por eso dice que le va a aliviar la presión impositiva a las masas asalariadas y marginadas mientras libera de impuestos y retenciones a las corporaciones multincacionales que nos saquean. Por eso puede hablar de la «revolución de la alegría» mientras reprime la protesta social que generan sus políticas antipopulares

Esta realidad tan clarita, exige por parte de los que soñamos con cambiarla de raíz para que de una vez por todas se terminen la explotación del hombre por el hombre y la miseria en el país y en el mundo, estar a la altura de las circunstancias.

Y para ello hay que dejar todos los vicios autoproclamatorios y sectarios que nos han caracterizado durante décadas, para enfrentar con un solo puño a las bestias que hoy nos gobiernan.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.